Sergio de Diego y Marta González están en la reducida lista de segovianos con la consideración de Deportistas de Alto Nivel y defienden que su deporte, pese a ser minoritario, cuente con el incentivo. «El kickboxing merece esta consideración por el sacrificio que hay detrás. ... Todo lo que tiene una preparación amplia para poder competir en otros países». Hablan de un deporte en auge en España, pero aún lejos del nivel de otros países. Así que mejorar implica viajar. Y gastar, tiempo y dinero. Dos medallistas internacionales que hacen cábalas para que su dedicación, al menos, no les salga deficitaria. «Es importante que te reconozcan que has dedicado una parte de tu vida a entrenar para llegar ahí».
Publicidad
Sergio fue nombrado deportista de alto rendimiento por la Junta de Castilla y León a finales de 2019, una consideración que, por ejemplo, da ventajas a la hora de escoger universidad. Defiende la consideración como clave para «amortizar» entrenamientos y competiciones. Desde 2022, es deportista de alto nivel, una figura concedida por representar a la selección y conseguir una medalla en campeonatos internacionales: subcampeón de Europa. El estatus dura cinco años –el objetivo es cubrir al menos un ciclo olímpico, cuatro–, aunque su participación en el Mundial del año pasado reinició el reloj, que ahora vencería en 2028.
Él, que se formó como entrenador de kickboxing y ahora estudia un grado superior de acondicionamiento físico en Segovia, pone en valor las facilidades académicas para, por ejemplo, cambiar un examen si coincide con una competición o cursar las asignaturas de forma telemática cuando tiene viajes largos como una convocatoria con la selección. Además de la conciliación, defiende la figura como un incentivo para patrocinio privado, pues permite que las empresas se desgraven una aportación crucial para un deporte minoritario como el suyo. Con todo, él lo busca y no lo ha encontrado. Así que vive a base de subvenciones como la del Ayuntamiento de Segovia para asistir a campeonatos.
Sergio de Diego
Entrenador
Una de las patas que hace viable su contabilidad deportiva es que reside con sus padres. Gastos como una alimentación específica. «Un deportista no puede ir al supermercado y coger lo primero que ve, incluso necesita algún suplemento». Aunque él no tiene nutricionista. «Yo, de momento, he aprendido a comer». Su calendario anual incluye unas cinco citas de la Copa del Mundo y estima cada una en una media de 500 euros: desde alguna más barata, por 350, a otras que pueden rozan los 1.000. El mapa cambia –había una fija en Ucrania que se cayó por la guerra– y este año ha viajado ya a Italia –fue plata–, Hungría –bronce este año– o Bélgica, una opción más barata que Uzbekistán. «Se iba un poco de precio. Cuando estamos con la economía más ajustada, hay que elegir».
Publicidad
El calendario nacional está formado por la Copa de Clubes, junto al campeonato y las ligas nacionales. En total, compiten otras cuatro y cinco veces al año en un deporte en el que se compite poco. «Cada mes. Si compites un fin de semana sí y otro también puede ser una gran fatiga». Física y mental. Los viajes en España son generalmente en coche y tratan de ir y venir el día si la distancia lo permite.
Marta González logró la designación como deportista de alto nivel gracias a las dos platas que cosechó el año pasado en el Mundial disputado en Portugal. «Al final, te aseguras un poco más tu puesto en la selección, estás un poco más tranquila». Repetirá a mediados de mes junto a Sergio concentración en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada en busca de un billete para el Europeo del noviembre. Será la tercera vez que la segoviana viaja, un intensivo de entrenamientos de todo tipo, aprovechando el extra que supone la altura, a 2.320 metros por encima del nivel del mar. «Mucho vídeo, estrategia y técnica. Entrenamientos de alto nivel». Una experiencia que permite poner en común cómo trabaja cada región y estrechar el conocimiento entre seleccionadores y deportistas.
Publicidad
El balance de Sergio es que el kickboxing le cuesta dinero. «Lo hago por vocación. Si hago la cuenta, puedo perder. Es cierto que entreno a las nuevas generaciones y en base a eso sacamos una parte para ir a las competiciones». Marta matiza: «Depende del resultado, que además suele ser a finales de año. Si consigues hacer una medalla, por ejemplo, en el Europeo, suele ser positivo porque ahí sí que te dan una buena cantidad. El resto, dependes de las ayudas. Y si has tenido un año flojo te cuesta más de lo que ganas».
Marta González
Deportista
Gastar dinero en competir en necesario, subraya Marta. «Tienes que estar ahí para asegurarte un puesto en el ranking. Al final, muchas decisiones se toman en base a eso. Se tiene en cuenta que hayas salido o hayas competido contra la gente que la selección quiere, los cabezas de serie. Salir fuera es otro mundo». Sus cuentas salen porque ella, que trabaja como camarera, echa horas extra los fines de semana como complemento a las becas públicas o los escasos premios como campeona de España. «También con la ayuda de mis padres», sonríe.
Publicidad
Ella aprovecha cada experiencia. No pudo competir en la Copa del Mundo de Bélgica para no arriesgar su concentración en Sierra Nevada por sus lumbares. Pero se subió al avión. «Ya había sacado los billetes, así les animaba. Por el ambiente y ver Bélgica». Porque el kickboxing no solo consiste en dar patadas, también permite ver mundo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.