La iglesia de San Esteban de la capital segoviana vislumbra al fin un futuro cercano y esperanzador. La Junta de Castilla y León tiene en previsión realizar diversas actuaciones en el templo después de veinte años en las que ha estado cerrado al culto. La ... redacción de un proyecto de obras que se acometerán en el exterior del edificio para sufragar su estado de deterioro está en «fase final». De hecho, se espera que durante los próximos meses se puedan licitar las actuaciones dirigidas a limitar las humedades en su fachada y cubiertas para garantizar la supervivencia de la joya del rómanico en la ciudad.
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El proyecto para la primera fase de restauración de la iglesia de San Esteban ultima sus detalles de su redacción. Todavía requiere una aprobación previa a la contratación, necesaria para poner inicio a las obras. «No tardará mucho tiempo», asegura la jefa del Servicio Territorial de Cultura de Segovia, Ruth Llorente. «Confiamos en que las actuaciones comiencen este año, una vez finalizadas las que se han llevado a cabo en la iglesia de San Martín», puntualiza el delegado diocesano de Patrimonio Histórico, Alberto Espinosa.
Los segovianos pueden respirar aliviados. La Junta, a través del Servicio Territorial de Cultura y Patrimonio, incluyó esta iglesia en la lista de prioridades para su restauración en 2019. Sin embargo, ha habido que esperar casi cuatro años para que esta propuesta llegue a buen puerto. Un tiempo nada significativo si se compara con las dos décadas que lleva cerrada al culto con motivo de sus deficiencias estructurales.
El escenario de la primera fase de actuación será el exterior del templo. «El objetivo es quitar todos los peligros exteriores del edificio de tal manera que luego se pueda arreglar por dentro», subraya Espinosa. Por un lado, se repararán las cubiertas para garantizar una correcta evacuación y saneamiento de las aguas en los lugares en que se concentran, lo que permitirá recuperar la estabilidad de la techumbre, detalla la jefa del Servicio Territorial de Cultura. Por otra parte, se limitará el aporte de humedad desde el suelo y subsuelo de la plaza con una reforma de la acera perimetral y la recogida de las aguas pluviales en los patios de la zona norte de la iglesia, «la más afectada por las inclemencias meteorológicas», añade.
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Las humedades han sido la espada de Damocles de la iglesia de San Esteban. Por ello, también se requerirá la puesta en marcha de un refuerzo en la estructura de madera visible y la limpieza de los parámetros verticales. Es decir, de los muros ennegrecidos por los líquenes en algunas zonas. «Esas son las principales actuaciones que se van a abordar», estima Llorente.
Este problema fue el motivo de las obras de urgencia que ya se acometieron en 2019 en puntos concretos de la cubierta del templo que presentaban hundimientos, como es la techumbre del acceso al templo, el atrio y la capilla de los Condes de Barro. El presupuesto de las obras ascendió a más de 40.000 euros. Meses más tarde, la propia unidad parroquial a la que pertenece la iglesia de San Esteban costeó la restauración del prebisterio y de sus zócalos, para lo que se realizó una inversión de 60.000 euros.
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No obstante, estos «parches parciales» no habían atajado el deterioro, sino que este había ido «a más», según explicó en aquel periodo el párroco de Segovia Centro, Andrés de la Calle. La situación era urgente. Muestra de ello son los desprendimientos que han amenazado la estructura del templo en los últimos años, uno de ellos el protagonizado por la veleta de su torre, así como el descascarillamiento, motivado por las humedades, que presentan sus paredes. A ello se suma el polvo en sus estancias y elementos artísticos interiores, como es el famoso Cristo de la mano tendida, que ha sido reflejo del paso de un largo tiempo sin poder sacar a relucir sus riquezas patrimoniales.
Aunque todavía no ha finalizado la redacción del proyecto, Espinosa cifra en más de 200.000 euros el presupuesto que se destinará a esta primera fase de trabajos en el exterior de la iglesia. A este habrá que sumar el importe correspondiente al procedimiento futuro que se trasladará a la restauración del interior del templo. En estos dos últimos años se han realizado los estudios necesarios previos a la ejecución, cuyo coste se eleva a los 52.000 euros.
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Para la realización de este informe preliminar a los trabajos se ha contado con un equipo multidisciplinar en el que han trabajado codo con codo arqueólogos, restauradores, historiadores y arquitectos. «Estos estudios parece que no, pero llevan su tiempo; son muchos pilares los que se tocan», matiza Llorente. Esta labor ha consistido en un levantamiento planimétrico, en un análisis arqueológico y arquitectónico, y en un estudio histórico y documental.
La Junta define estas labores a partir de un convenio de colaboración en el que se establece un marco común en materia de patrimonio cultural. Esta edificación es considerada como uno de los tesoros arquitectónicos más destacados de la ciudad. Su torre exenta, construida con sillares de piedra caliza en el siglo XIII, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento en 1982. Con 56 metros levantados hacia el cielo, es la torre románica más alta de la península. Tras la caída de un rayo en 1894, resultó gravemente dañada y, a comienzos del siglo XX, se desmontó y volvió a reconstruir.
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Los esfuerzos inversores se concentrarán este curso en la iglesia de San Esteban, una vez finalizadas las obras en la de San Martín. El desprendimiento de algunos elementos del chapitel el año pasado obligaron a la Junta a intervenir de inmediato para consolidar uno de los campanarios más característicos de Segovia. Las obras en este templo empezaron en 2021 y se centran en la limpieza, impermeabilización y protección de la estructura de su campanario.
A día de hoy, las actuaciones están «prácticamente terminadas», se alegra el delegado de Patrimonio del Obispado. Su finalización estaba prevista para principios de este año y los plazos se han cumplido, aunque algunos obstáculos están retrasando los últimos retoques. «Las heladas y las nieves de estos días han impedido continuar con los trabajos, aunque ya están avanzados, casi concluidos», añade. Se refiere así al cuerpo de las campanas, cuyas labores se han completado. «Falta ir limpiando, quitar los andamios y poner algún remate en la torre», concluye.
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