La Junta investiga las palomas muertas en Segovia para descartar gripe aviar

Los cadáveres de palomas proliferaron a finales de la semana pasada en el entorno del jardín botánico, pero no se descarta que también existan en otras zonas de la capital. Entre el 4 y 8 de agosto, agentes de la Policía Local entregaron varios ejemplares al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS Los Lavaderos), dependiente de la Junta. Estos fueron recogidos por el personal para su análisis, que está a la espera de los resultados. Estos tan solo pueden confirmar o descartar la presencia de gripe aviar en las aves, pero no determinar otras posibles causas como el envenenamiento.

Las muestras fueron trasladadas al Laboratorio de Sanidad Animal dependiente del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con el objetivo de descartar que las palomas estén afectadas por gripe aviar. Al tratarse de aves muertas, aunque se desconoce el número, se ha aplicado el «habitual protocolo de control» de esta enfermedad, aclara la Delegación Territorial de la Junta en Segovia. A su vez, matiza que las palomas no «son el grupo de más riesgo» en comparación con otras especies de poblaciones de zonas húmedas.

Varios testimonios de vecinos próximos al jardín botánico muestran cierto grado de preocupación ante la aparición de estos cadáveres en aceras, alcorques, matorrales, jardines, aparcamientos, e, incluso, en terrazas. También observan comportamientos «extraños» de las palomas, como si no «se espantaran cuando una persona se acerca» o moribundas, resguardadas en los portales de las viviendas y sin poder moverse. «Si tienen algún virus o bacteria me gustaría saberlo», pronunció una residente en la calle Santo Tomás.

El grupo municipal de Ciudadanos pidió explicaciones al Consistorio sobre esta cuestión. El gobierno local respondió que no estaba previsto llevar a cabo ningún tipo de actuación. La empresa encargada de la vigilancia de aves o control de plagas en la ciudad, Halconeros de Castilla, lleva a cabo una observación periódica de los ejemplares. Así, algunas capturas relacionadas con esta alerta han arrojado resultados que nada tienen que ver con algún tipo de enfermedad, explicaron fuentes municipales, por lo que achacan las muertes al calor.

El Colegio de Veterinarios de Segovia no tiene constancia de estos hechos ni ha recibido información relativa a la investigación de los ejemplares recogidos. Su presidente José Miguel Gil sostiene que «las fuentes de agua ahora mismo están llenas de palomas», lo que indicaría que las altas temperaturas podrían estar detrás del repunte de muertes. «Sucede lo mismo en otras ciudades, como en Madrid», declara.

Asimismo, explica que hay otras enfermedades no transmisibles a los seres humanos que pueden presentar estas aves urbanas. Todo ello cuando aplicar el protocolo de control y aislamiento de la influenza en las palomas «sería prácticamente imposible». Pero si se confirmara el caso positivo, «enseguida lo sabríamos», aclara.