La jugosa convocatoria de 24 plazas de bombero para la Diputación

Noticia Relacionada

La formación presencial de opositores en academias desaparece tras la covid

Luis Javier González

La academia vallisoletana Nexo Formación tiene un grupo de unos 150 opositores que concurrirán por una de las plazas de la Diputación de Segovia. Frente a un cuerpo municipal, que tiene en el callejero un temario principal, un proceso provincial incide en las carreteras, por ejemplo. Esto reduce la ventaja de aspirante local e incentiva a un público amplio. Ocurre en la Diputación de Valladolid, que ha convocado otras 35 plazas. «Hacía mucho tiempo que no salía un número así de plazas en Segovia. Por eso es una gran oportunidad y nos lo ha demandado mucha gente. Esta oposición tiene una parte muy amplia de temas comunes y tenemos alumnos muy preparados», subraya su directora, Marta Conill.

Sus números demográficos han hecho que Valladolid haya exportado bomberos por toda la región. «Es quizás la oposición con más movilidad. Los opositores están abiertos a ir a cualquier sitio. Tenemos alumnos de Valladolid que han sacado plazas en sitios como Segovia y pueden desplazarse el día de guardias». La formación 'on-line' también facilita que haya aspirantes de cualquier lugar, por ejemplo, de Canarias. «Cada uno intenta sacarla en su sitio, pero igual te toca esperar años hasta que sale en tu ciudad y no te puedes quedar parado. Te vas presentando donde van saliendo».

Frente a una carestía de plazas años atrás, Conill describe un buen momento. «Hay muchas jubilaciones, en toda la Administración Pública en general, también en los bomberos. Y se están abriendo muchos parques nuevos». Cita el ejemplo de la Diputación de León, con una generosa oferta el año pasado, una ocasión que aprovecharon sus alumnos. «Casi todas las provincias de Castilla y León están convocando. Se paró en la pandemia, pero ha vuelto porque hay que cubrir los turnos. Hay parques que están funcionando con solo dos bomberos y eso no puede ser. Hay que renovar plantillas».

Las academias compiten por resultados y su academia aspira a llevarse «el máximo número posible» de plazas. «En estos 150 hay muchos que han empezado ahora y no van realmente con garantías. Hay que mirar a los que realmente están preparados, y de ellos a lo mejor el 70% pueden conseguir la plaza». Aquí entra en juego el gran miedo de una academia: que su candidato caiga en las físicas. En este caso, el examen teórico va antes. El menú incluye cuerda, dominadas, circuito de agilidad, salto con los pies juntos, natación (50 metros) y carrera (1.000 metros lisos).

Conill habla de una oposición muy dura, tanto a nivel físico como en cuanto a conocimientos. «Se tarda mucho en estar preparado». Con todo, describe a un perfil diferente. «En otras oposiciones como Policía Nacional tengo un perfil más jovencito, gente sin amueblar; se creen que todavía están en el colegio, sacando el móvil a escondidas. Los bomberos son alumnos vocacionales, es algo que han deseado hacer toda la vida». Admite que su academia marca un ritmo muy exigente que sirve como selección natural entre los comprometidos y quienes no lo están tanto. La presencialidad es escasa –un día al mes– con varias clases 'on-line' a la semana y un grupo de WhatApp que echa humo.