El jinete herido el sábado en el encierro de Nava evoluciona de forma favorable

Como viene siendo habitual en los últimos años, el último día de las fiestas fue también uno de los más multitudinarios, al celebrarse los dos últimos encierros urbanos en la misma jornada. En el primero, a las doce del mediodía, se soltaron las reses desde la plaza de toros.

Como única incidencia, un astado se quedó rezagado largo rato en la calle Julián Arévalo y ni siquiera hacer que regresara el resto de la manada sirvió para que el novillo se les uniera. Finalmente, tras volver una vez más los mansos, se consiguió que completara el recorrido. Terminada la capea se soltó en el coso todo el ganado utilizado en los festejos.

Por la tarde se celebró el último encierro de añojas, nuevamente con más de treinta grados y una calle Real abarrotada de público. El festejo se alargó más de una hora con las vacas recorriendo el centro de Nava en múltiples ocasiones y haciendo disfrutar a los cientos de vecinos y visitantes.

Además de los festejos taurinos, todavía resuena el eco del segundo de los conciertos estrella de las fiestas, celebrado la noche del pasado sábado con los locales Sinloko y los míticos La Frontera. Juntos consiguieron abarrotar la principal calle navera, en una gran noche de rock sólo truncada por algunos fallos de sonido al inicio de la actuación de La Frontera. «Estamos muy satisfechos con el concierto, ha sido impresionante estar ahí arriba y ver a toda esa gente viéndonos», señalaron los componentes de Sinloko. La actuación de la orquesta Nexus y la charanga Los cuatro gatos alargaría la fiesta casi hasta el amanecer.