El jefe de paliativos domiciliarios afirma que estos cuidados «no son la alternativa» a la eutanasia

«Los paliativos no significa que sea el final de la vida, no son pacientes desahuciados. Atendemos a personas que tienen una enfermedad crónica, por lo que el fin es lograr mejorarles su día a día y evitar los dolores todo el tiempo que sea posible», explica Maroto, quien reivindica que cuando el entorno familiar no puede asumir estos cuidados, «deben existir centros e instituciones públicas donde puedan estar el tiempo necesario para recibir los cuidados básicos y seguir enraizadas con la sociedad».

Los detractores de la ley de eutanasia suelen lanzar una apuesta más rotunda por los cuidados paliativos, como si éstos fueran una alternativa a la norma. Para el especialista no cabe esa disyuntiva. Ambas respuestas se hallan en espacios diferentes. «La eutanasia es un derecho del que nos hemos dotado como sociedad, con una ley aprobada en el Parlamento que deja claros los criterios y condicionantes para llevarse a cabo; los paliativos son una obligación del sistema sanitario», distingue Maroto, que matiza que ambas pueden ser compatibles en el sufrimiento extremo, pero diferentes.