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Decenas de peces muertos flotaban en el cauce del río Eresma a su paso por Segovia en la mañana de este lunes. La investigación para saber lo que ha ocurrido está en marcha. A los agentes del Servicio de Protección de la ... Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, así como del Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León, técnicos de la Concejalía de Obras y Servicios del Ayuntamiento de la capital se va a sumar un equipo enviado por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para desarrollar las oportunas indagaciones que esclarezcan los motivos que han provocado la mortandad de los peces. A lo largo de la mañana ya se han tomado muestras y se ha peinado el recorrido del río donde se ha concentrado el hallazgo. Está previsto que a lo largo de la tarde, los agentes medioambientales de la Administración autonómica retiren los cadáveres.
Testigos que advirtieron a las autoridades de los hechos señalan que los primeros peces muertos se han localizado a partir del colector situado a la altura del Molino de los Señores, muy cerca del santuario de la Fuencisla. El reguero de cadáveres continúa aguas abajo hasta el siguiente colector, en la zona de San Pedro de Abanto, donde la concentración de peces muertos era aún mayor, a tenor de las explicaciones aportadas por esos testimonios vecinales que han colaborado en las pesquisas iniciadas por el Seprona. El rastro mortal prosigue por el cauce del Eresma hasta el entorno donde las aguas del río van a parar a la estación depuradora para su tratamiento.
Los agentes que han inspeccionado durante la mañana del lunes el recorrido han encontrado a su paso truchas, la joya de la corona que empezaba a recuperarse en este lecho y que son la especie que necesita para vivir una mayor calidad del agua, así como barbos, gobias, bogas y bermejas.
Las primeras impresiones extraídas de las pesquisas llevadas a cabo sobre el terreno apuntan la posibilidad de que detrás de este desastre natural esté la tromba de agua que cayó con fuerza sobre la ciudad durante la tarde-noche del domingo. Los dos colectores en torno a los cuales se han hallado la mayoría de los cadáveres se pudieron ver desbordados por el volumen y la intensidad de las precipitaciones, lo que puso en marcha los aliviaderos con los que cuentan.
El concejal de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Segovia, Miguel Merino, añade que en las inspecciones del lugar «se han encontrado restos de sangre en el río». Esta circunstancia añade la posibilidad de que el agua aliviada por alguno de los colectores contuviera esos desechos orgánicos de sangre animal, probablemente vertidos por alguna planta dedicada a la industria cárnica, avanza Merino, quien en cualquier caso aguarda a que los resultados de las analíticas sean definitivos y a las valoraciones de los técnicos antes de concretar y certificar los motivos de la mortandad de peces en el Eresma. De confirmarse la existencia de un vertido incontrolado, el autor se enfrenta a un expediente y una sanción en función de la gravedad de los daños.
«Los colectores se diseñan para abordar los picos de precipitaciones en una tormenta» como la que descargó en la tarde dominical, explica Miguel Merino. Luego «se hacen aliviaderos para evitar que esas infraestructuras se colapsen». La intensidad de la tromba de agua puso en funcionamiento esos aliviaderos que vertieron el exceso de pluviometría al cauce. Bajo esta premisa, el concejal duda de que un episodio de estas características por sí solo pueda provocar la muerte de peces y agrega que ha de haber algún elemento contaminante diluido para causar esas muertes.
En principio, el edil descarta que las muertes estén vinculadas a algún fallo en la depuradora de aguas residuales de Segovia, ya que los cadáveres se han detectado antes de llegar a la estación. También desliga este episodio de los malos olores que se detectaron hace unos días en torno al Eresma y que estaban ocasionados por un reventón a la altura de la vieja fábrica de borra que a su vez originó unos vertidos. Dicho problema, causado por la presión ejercida por las raíces de unos árboles, «se subsanó la semana pasada, por lo que en principio no tiene nada que ver».
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