Mata a su compañero de celda, con el que mantenía una relación sentimental, y luego se suicida

De ser así, sería la segunda muerte violenta de un recluso que registran las prisiones españolas en los últimos cinco años. La anterior fue en las instalaciones de la madrileña cárcel del Soto del Real, donde un preso que acababa de ingresar mató al interno de confianza que le había sido asignado.

El descubrimiento de los cuerpos sin vida de los dos reclusos se ha producido hacia las 8 de la mañana de este lunes, cuando los funcionarios del turno de mañana procedían al recuento de reos. Tras dar el aviso de lo ocurrido, se ha trasladado a la cárcel el juez, que ha ordenado el levantamiento de los cadáveres. Por su parte, Instituciones Penitenciaria mantiene la cautela propia en este tipo de investigaciones y confirma que el caso está bajo investigación hasta que se determinen las causas de las muertes y las circunstancias en las que se han producido. Las autopsias, que se practicarán en el Instituto de Medicina Legal, situado en el tanatorio San Juan de la Cruz de la carretera de La Granja, y las diligencias judiciales encargadas por el juzgado de guardia que se ha hecho cargo del caso, contribuirán a la despejar las incógnitas que envuelven al suceso.

El organismo estatal responsable de la política carcelaria ha enviado esta mañana a un inspector para recabar información sobre las circunstancias en las que se han producido los hechos que han vuelto a sobresaltar la convivencia en el centro penitenciario de Perogordo. Cuando apenas se recuperaba de la muerte de otro interno de 25 años, el cual se ahorcó en su celda del departamento de aislamiento este fin de semana, el hallazgo sin vida de estos dos internos ha revolucionado la vida dentro de las instalaciones penitenciarias de Perogordo.

En lo que va de año, la prisión de Perogordo ha registrado cuatro muertes, de las que tres se han concentrado en menos de dos días.La primera se produjo con la entrada de 2020 y fue por causas naturales, ya que fue un ataque cardiaco el que acabó con la vida del preso.

Los sindicatos han dado la voz de alarma en numerosas ocasiones sobre la falta de personal en la cárcel de Segovia. Según sus cálculos, hacen falta unos cincuenta trabajadores para cubrir las vacantes que arroja a día de hoy la plantilla de funcionarios de seguridad, diezmada por la nula tasa de reposición. Asimismo, también han reiterado la escasez de recursos materiales y humanos, sobre todo en los servicios sanitarios y en la atención psiquiátrica que requiere buena parte de la población reclusa que cumple condena en Perogordo.