![Miguel Ángel de Vicente (2º por la derecha), arropado por dirigentes y responsables del PP regional, provincial y municipal.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201907/22/media/cortadas/constitucion_diputacion_de_segovia_015-k5HI-U80820420482aeB-624x385@El%20Norte.jpg)
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La Diputación de Segovia tiene nuevo presidente: Miguel de Vicente, del Partido Popular, quien este lunes juró el cargo con la serenidad de gozar de una presidencia avalada con una holgada mayoría absoluta en la votación que se celebró en la sesión de constitución de ... la institución provincial. Los votos favorables de los dos miembros de Ciudadanos (Cs) que se sientan en la nueva corporación reforzaron esa mayoría para sumar quince apoyos frente a los diez de la propuesta de la bancada socialista en la oposición.
Este respaldo se enmarca en el pacto regional entre el PP y las siglas naranjas de Albert Rivera para que Alfonso Fernández Mañueco se convirtiera en presidente de la Junta de Castilla y León, con el apoyo recompensado de Cs en forma de vicepresidencia y consejerías, contenía una serie de condiciones.
En esas cláusulas negociadas y consensuadas por ambas partes tras las elecciones municipales y autonómicas celebradas el 26 de mayo figuraba la cesión de la presidencia de la Diputación segoviana a Ciudadanos. Y en particular, a Noemí Otero, como desveló hace unas semanas el propio secretario de Acción Institucional de Cs en Castilla y León, David Castaño.
Sin embargo, cuando se llegó a ese acuerdo los populares contaban solo con doce actas, por lo que carecían de mayoría absoluta en la institución, y todavía flotaban en el aire muchas incógnitas que han condicionado la votación y la sesión de constitución de la Corporación Provincial de este lunes. Por ejemplo, a inicios de junio estaba sin conformarse el Ayuntamiento de la capital y, por ende, también se hallaba en compás de espera la Diputación. Poco a poco se han despejado los interrogantes, aunque no todos.
El pasado 8 de julio, la Junta Electoral de Zona acordaba quitar el único diputado provincial logrado por Izquierda Unida para concedérselo a la bancada del PP, que de esa manera sí alcanzaba la mayoría absoluta.
Si Ciudadanos ya no era necesario para que los populares reeditasen el gobierno provincial sin recurrir a pactos, ¿cómo quedaba entonces el acuerdo autonómico de Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea?
La sesión constitutiva de la Diputación ha aportado algunas pistas gracias a gestossignificativos que dejan entreabierta la puerta a la entrada de Cs en el gobierno de la Corporación a través de la asunción de alguna área del organigrama que tendrá la administración el próximo cuatrienio.
De Vicente comentaba después de su discurso que era pronto para hablar con nombres y apellidos de la estructura del equipo de gobierno, aunque sin mencionar las negociaciones que tendrá que acometer el Partido Popular con las siglas naranjas. Miembros de Cs dan por hecho que los contactos empezarán en las próximas horas.
El primero de esos dos gestos fue que la organización naranja –que en la Diputación está representada por la portavoz municipal en el Ayuntamiento de la capital, Noemí Otero, y por el concejal en San Cristóbal de Segovia, Ángel Jiménez– no presentó candidatura en la sesión de investidura, a diferencia de lo que sí hizo en la constitución del Consistorio de la ciudad, pese a saberse en minoría y después, además, de sufrir un revés judicial contra su intento de ganar representación.
La segunda señal fue mucho más visible y notoria, a pesar del pequeño lío que se hizo el presidente de la Mesa de Edad, Basilio del Olmo, a la hora de notificar el recuento de sufragios. Los resultados de la votación que han materializado la presidencia provincial pusieron de manifiesto que los dos representantes de Ciudadanos habían escrito el nombre de Miguel Ángel de Vicente en la papeleta que depositaron en la urna.
Al final, quince respaldos para el dirigente del PP provincial, cuya propuesta, por cierto, fue hecha de viva voz por el portavoz del grupo, José Luis Sanz Merino, quien en el seno del Partido Popular segoviano le disputaba la candidatura para ocupar el sillón que abandona Francisco Vázquez.
Con estos guarismos, el ya proclamado 'patrón' al timón de la Diputación consigue un margen de apoyos suficiente como para no temer una resolución contraria a sus intereses por parte del TSJCyL en el contencioso planteado por la ausente Izquierda Unida. De esta manera, con los dos votos de los dos diputados provinciales de Ciudadanos, De Vicente se asegura la presidencia y estabilidad, ya que si el PP perdiera un escaño en los tribunales, le sobraría aún otro para mantener la mayoría absoluta que ha arropado su designación.
Fuentes consultadas en el seno de las siglas naranjas confirman que el apoyo prestado al representante popular se enmarca dentro de los acuerdos autonómicos entre ambas fuerzas políticas, aunque la decisión de la Junta Electoral de Zona ha obligado a cambiar el rumbo de las aspiraciones adquiridas por el grupo 'ciudadano' a raíz del pacto entre Mañueco e Igea. Esa ambición ya no se dirige hacia la presidencia, como recogía el acuerdo a nivel autonómico entre ambas fuerzas políticas, sino que se encamina posiblemente hacia la opción de poder asumir alguna área de gobierno. «Todo es posible», han reconocido fuentes de Ciudadanos, quienes confirman a su vez que están pendientes de sentarse a parlamentar con los responsables del PP.
Tras jurar su nuevo cargo, el ya presidente de la Diputación de Segovia amplió la lista de agradecimientos que figuraba en su discurso a los dos representantes 'naranjas' por su respaldo. Este agradecimiento no estaba en el guion de la alocución, y aunque era obvio por el resultado de las votaciones, De Vicente no citó expresamente a los miembros de Ciudadanos.
Así pues, el alcalde de Collado Hermoso empuñó el bastón de mando con la seguridad de quien sabe que, gracias a los votos de Ciudadanos, el TSJCyL no se lo va a quitar. Así lo ve De Vicente, quien deduce del nuevo escenario que en el supuesto de que la Sala Regional diese la razón a la coalición de izquierda, su investidura quedaría intacta ya que solo perdería un voto, pero no la mayoría absoluta que le encaramado a la presidencia.
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