La intervención en la calle San Agustín espera al avance de las obras del Cervantes

La alcaldesa de Segovia, Clara Martín, expone que el proyecto para arreglar la calle en la que se ubican las dependencias centrales de la Diputación de Segovia, el Colegio de Abogados, el Palacio de Justicia o los museos Rodera Robles y Palacio Quintanar ya está redactado. De hecho, fue aprobado incluso en junta de gobierno local, con un presupuesto aproximado de 600.000 euros (con los precios de las materias primas que había hace más de un año). No obstante, hasta la fecha no se ha reservado ninguna partida para abordar la actuación, ni en el presupuestario ordinario ni con fondos de remanentes de tesorería.

El motivo principal por el que el proyecto de reurbanización de la calle San Agustín y de la plaza de San Facundo permanece guardado en un cajón a la espera de su ejecución son otras dos intervenciones en el casco antiguo de la ciudad. Una de ellas, la reconstrucción del teatro Cervantes, comenzó la pasada primavera, aunque todavía le quedan más de tres años de obras para su conclusión. La segunda, la construcción de una residencia universitaria y de un párking en la calle Donantes de Sangre, está todavía a la espera de un acuerdo del Ayuntamiento con la propiedad.

«El proceso de redacción del proyecto no nos ha permitido ejecutar la intervención antes del inicio de las obras del Cervantes. El proyecto lo tenemos redactado, pero somos conscientes de que es un problema importante porque la obra supone el corte de la calle y afectaría a una gran inversión como es la del teatro Cervantes», señala la regidora. Por ello, emplaza a un mayor desarrollo de las obras del Cervantes para comenzar con la reurbanización de San Agustín. «Hasta que no seamos conscientes de que se puede cortar la calle sin afectar al desarrollo de otras obras importantes de la ciudad», afirma Martín sobre la fecha en la que pueden dar comienzo los trabajos.

Para intentar no demorar su ejecución demasiado en el tiempo, la Concejalía de Obras estudia la posibilidad de acometer la intervención por fases, una solución que «técnicamente es muy complicada» al tratarse de la principal vía de acceso al recinto amurallado. No obstante, descarta que sea necesario esperar a la conclusión de las obras en el Cervantes, ya que durante el último año y medio de dicha intervención los trabajos estarán centrados en acondicionar el nuevo teatro. Por lo tanto, no habrá una circulación de camiones por la zona tan intensa como en la actualidad.

Sin embargo, sí que existe el riesgo de que coincida con la construcción de una residencia universitaria en la calle Donantes de Sangre, proyecto que también contempla un aparcamiento para residentes con un centenar de plazas.