La inteligencia artificial irrumpe en el turismo de Sepúlveda

«Es necesario en los tiempos actuales. Tenemos que dar respuesta a la nueva forma de consumir turismo», subraya De Frutos, que sitúa las nuevas tecnologías como el principal vehículo de la población joven, que visita cada vez menos su mostrador. «La gente prepara mucho más los viajes porque tiene acceso a más información y consulta en internet lo que va a visitar». Esa planificación previa exige respuestas que el asistente virtual puede dar desde la distancia, ahorrando llamadas de teléfono a una oficina que puede estar cerrada. Después, la práctica del turismo no ha cambiado. «Vienes a disfrutar del arte, de la historia, de las actividades culturales y a comerte un lechazo. El paseo por las Hoces tenemos que ser nosotros mismos, físicamente, los que lo hacemos».

El asistente también permite «bichear». Descubrir lo que no se planifica. El turista que llega por casualidad a la Virgen de la Peña, se encuentra la Senda de los Dos Ríos —una ruta sencilla de unos cinco kilómetros que parte del casco histórico— y el asistente ofrece entonces la información para realizarla. O responde por qué hay una misa en la iglesia del Salvador el tercer domingo de mes: la de Minerva. Un híbrido entre informar y completar. El complemento es también horario: ver la oficina de Turismo Sepúlveda cerrada a las siete de la tarde no significa que no haya edificios abiertos. «O das un paseo nocturno por Sepúlveda, pero necesitas información».

El objetivo del proyecto no es tanto competir con otros pueblos entre los que el turista pueda elegir, sino mejorar la calidad de la visita, una forma de que vuelva y difunda las virtudes del lugar. «No van a venir a verme porque tenga un asistente; nuestro objetivo es que pueda hacer su visita con toda la información y se vaya contento de aquí». Aunque no entre en ningún listado. De Frutos habla de una caída gradual de usuarios a su mostrador. «Y eso no es lo que yo veo en la calle, la cantidad de gente que hay. Muchos nos llaman, nos mandan correos o entran en la web». Es una «nueva normalidad» del turismo tras el «boom» posterior a la covid en la que los viajeros dedican más tiempo. «La gente ya no te pide un mapa para verlo en diez minutos: vienen a disfrutar. Eso es muy importante porque significa que van a entrar a los museos, hacer una visita guiada o comer».

El asistente que lleva por nombre 'Municipio de Sepúlveda', aparece con un código QR en lugares de interés. Responde a preguntas rápidas, como que no es necesario un permiso para transitar esa Senda de los Dos Ríos. Trámites que mejoran también la calidad de la atención presencial. «Un jueves de Semana Santa tienes muchísima gente. Tú les das la información; a lo mejor te quieren hacer más preguntas, pero se cortan y se van». De Frutos cree que las oficinas turísticas tienen garantizada su supervivencia. «Somos los que alimentamos la inteligencia artificial; sin nosotros, no puede alimentarse sola».

La pandemia ha reducido la dependencia estadística de Sepúlveda frente al visitante madrileño, cuyo porcentaje ha caído hasta representar la mitad de las visitas totales. No responde tanto a una reducción de estos turistas, sino a un aumento de otras procedencias como Castilla y León o Castilla-La Mancha en fines de semana corrientes. En festivos más amplios se extiende a País Vasco, Cataluña, Comunidad Valencia, Andalucía, Cantabria o Asturias. «Eso es muy importante porque implica que pernoctan. No vienen solo un día; se convierten en turistas de verdad».

El reto del municipio está en atraer jubilados para los días de diario, las excursiones y el turismo extranjero. «No nos llega tanto y lo que tenemos que hacer es luchar para que las comunicaciones les permitan llegar a nuestros pueblos». En cuanto a volumen, De Frutos define un panorama sostenible. «Se distribuye más a lo largo del año y lo que más influye es la meteorología;esta Semana Santa habrá sido la peor de la historia para todos, no la puedes comparar con otros años».

El código QR del asistente es un número de móvil de WhastApp. «No te va a explicar una visita guiada de una hora y media, pero le puedes preguntar cuántas iglesias tiene Sepúlveda o cómo ir a San Frutos. No son respuestas de tres folios, sino cuestiones útiles». Su trabajo ahora consiste en corregir errores y seguir alimentando sus archivos, es decir, las respuestas que aún faltan.