«Hay dos grandes grupos de inquilinos morosos: los que, por su situación, no son capaces de pagar la renta, y los que directamente no quieren». El analista del Observatorio del Alquiler, Sergio Cardona, distingue así los dos perfiles que más abundan cuando los propietarios ... de inmuebles padecen el incumplimiento del contrato por parte de sus arrendados. La deuda generada en la provincia de Segovia por la suma de estos casos y de otros supuestos de huéspedes esquivos a la hora de abonar el importe convenido por el aprovechamiento de una vivienda que no es la suya, ha aumentado en el último año un 1,65%.
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Es uno de los cinco territorios de Castilla y León en los que este tipo de morosidad ha crecido. En términos relativos, la subida ha sido mayor en Salamanca, con una tendencia al alza en 2023 del 2,4%; seguida de Zamora, donde el incremento se situó en el 1,9%. En tercer lugar se encuentra Segovia; y a continuación están Soria, provincia cuyo mercado inmobiliario de alquiler experimentó un repunte del 1,5% en el fenómeno de la morosidad, y cierra el grupo de los aumentos Ávila, que arrojó un endeudamiento de los inquilinos un 1,1% mayor que en el curso precedente.
En el resto de la comunidad autónoma, los impagos a los propietarios arrendadores descendieron, aunque en ningún lugar esa rebaja fue más allá del 1%. Burgos se quedó en el 0,66%; Palencia registró una disminución muy similar (0,61%); el régimen de rentas de Valladolid apuntó un retroceso del 0,43%, mientras que en León el recorte de los ficheros de morosos se tradujo en una caída más liviana aún del 0,14%.
59% de subida
registrada por el fenómeno de la morosidad en la provincia de Segovia en 2020, cuando estalló la pandemia de la covid-19.
Son datos recabados por la Fundación Alquiler Seguro, que a través del estudio sobre la morosidad en arrendamientos urbanos capta una radiografía del escenario en el que se mueve este segmento. Su objetivo es «facilitar información y dotar de transparencia a un mercado tradicionalmente opaco para promover su desarrollo y profesionalización», reivindica la entidad la utilidad de su informe. En este documento retrata los impagos registrados en el alquiler durante 2023 en el conjunto de España y los localiza por comunidades autónomas y provincias.
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En Castilla y León, el cómputo global da cuenta de una subida del 0,49% de la deuda contraída por los inquilinos que no pagan sus rentas. Se trata de una salto que roza el medio punto con respecto al cierre de 2022. La primera conclusión que extrae Sergio Cardona es que la curva que dibujan los impagos mantiene su tendencia ascendente. Por su parte, si se amplía el radio del análisis al conjunto de España, el estudio pone de manifiesto un incremento medio de la morosidad del 0,87%.
Por lo tanto, después de un primer vistazo a este informe, se deduce que los arrendados segovianos que no pagan sus rentas han aumentado entre los años 2022 y 2023 por encima de lo que lo han hecho, de media, el resto de la comunidad autónoma y del país. A tenor de los datos publicados por el Observatorio del Alquiler, el importe adeudado por los morosos a los titulares de las viviendas alquiladas sube hasta situarse en una media de 2.451,97 euros.
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Si se atiende al promedio de 850 euros -según las cifras publicadas por el portal especializado Pisos.com este mismo jueves- que pagan por sus rentas cada mes los inquilinos que viven en régimen de alquiler en la provincia de Segovia, esa deuda contraída por los morosos equivale a unos tres recibos acumulados en el debe.
A pesar del crecimiento, el citado importe medio al que ascendieron los impagos durante el pasado es inferior y menos costoso para los titulares que el que generó el estallido de la doble crisis sanitaria y económica de la pandemia del coronavirus. Los estragos financieros dispararon los índices de morosidad en España. Esas ondas expansivas también alteraron el sector inmobiliario segoviano.
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Sergio Cardona
Analista del Observatorio del Alquiler
Tal fue el impacto que entre 2019, el curso previo a la covid, y 2020, el periodo en el que saltó por lo aires la vida cotidiana como consecuencia de la expansión mortal de la enfermedad y de las medidas restrictivas adoptadas por las autoridades, la morosidad experimentó un aumento cercano al 59% en Segovia, en torno a ocho puntos más elevado que el arrojado por el conjunto de la comunidad autónoma. Hasta entonces, las subidas de los endeudamientos acumulados por los inquilinos en régimen de alquiler habían sido del 4,5% entre 2017 y 2018, aumentando hasta el 10,3% en el intervalo que fue de 2018 a 2019.
La cuantía media adeudada por los morosos en el fatídico año en el que irrumpió la pandemia escaló hasta los 3.515,69 euros en la provincia de Segovia, lo que representa un montante casi 1.063 euros superior al que adeudan de media los ciudadanos arrendados que incumplieron con el abono de sus rentas en 2023.
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Al buscar las causas que están detrás de que el fenómeno de la morosidad haya vuelto a repuntar, Sergio Cardona, quien también es responsable de estudios de la Fundación Alquiler Seguro, observa un panorama general de «falta de oferta». En clave segoviana, el experto esgrime dos circunstancias que actúan como motivos. Una, «es que cada vez hay más viviendas alquiladas», lo que tiene que ver con que el abanico de opciones para quienes aspiran a firmar un contrato de alquiler se haya reducido. La otra es «el aumento del precio» que piden los propietarios. De hecho, Segovia se alza como la capital en la que más ha crecido el esfuerzo necesario para alquilar una casa. Cardona matiza que, además, se alinéa otro factor, que es el contexto económico general en el que se mueve el mercado.
Luego, cada lugar posee sus particularidades, que también definen el comportamiento de las rentas. La capital segoviana, con una nutrida comunidad universitaria, no va a presentar las mismas condiciones que el parque de arrendamientos de un pueblo situado más alejado del cinturón metropolitano.
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Quique Yuste
Sin perder de vista los efectos latentes del coronavirus en las economías domésticas, el analista del Observatorio del Alquiler recuerda que «muchas familias gastaron sus ahorros en los últimos años debido a la pandemia y al aumento de precios derivado de la guerra en Ucrania y ahora tienen dificultades para afrontar cualquier gasto imprevisto». Conclusión: «hay hogares que no pueden hacer frente al alquiler».
«La capacidad de pago de los ciudadanos continúa comprometida a causa de las deudas contraídas en el pasado», añade en su reflexión. Sergio Cardona avanza la previsión de que las dificultades para abonar los recibos de las rentas de sus arrendamientos van a continuar «en el corto plazo». Y ello a pesar de que en el ejercicio anterior se ha empezado a detectar una moderación de los precios tras un periodo inflacionista.
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