![Las inminentes obras en el teatro Cervantes redoblarán las molestias del tráfico en la zona](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202109/30/media/teatro-cervantes-detorre1.jpg)
![Las inminentes obras en el teatro Cervantes redoblarán las molestias del tráfico en la zona](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202109/30/media/teatro-cervantes-detorre1.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
El Ayuntamiento de Segovia es consciente de las molestias que las obras de rehabilitación del teatro Cervantes van a causar en una zona extremadamente sensible. El recinto del coliseo está en pleno casco antiguo, incrustado en la Casa de los Picos, y linda con la ... Calle Real, la calle Obispo Gandásegui y la huerta del seminario. El acceso no es fácil, lo que dificultará el tránsito de máquinas y camiones, especialmente durante las fases iniciales de la obra, cuando más excavaciones y movimiento de tierra habrá. El Consistorio descarta canalizar ese tráfico por la Calle Real, vía peatonal y reservada a la carga y descarga que da servicio a comercio y hostelería, lo que dejará el eje que forman las calles San Juan, San Agustín, Serafín, Ildefonso Rodríguez, Domingo de Soto y Obispo Gandásegui como la única alternativa posible. «Sabemos que va a ser una obra complicada, sobre todo los primeros meses, que es cuando más movimiento de camiones habrá. La ubicación dificulta todo, pero merecerá la pena sufrir un poco porque la noticia de la recuperación del Cervantes es excelente. El resultado será satisfactorio para todos», señala la concejala de Urbanismo y Patrimonio Histórico, Clara Martín. Desde la Calle Real solo se verán los andamios que cubrirán la fachada.
El comienzo de la obra es inminente. Operarios instalaban ayer el cartel que anuncia los trabajos, que empezarán en cuestión de días. El plazo de ejecución está abierto. «La Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes ya ha firmado el inicio con la constructora, y la empresa se emplea ahora en las tareas previas, aunque también está a expensas de la cesión de la huerta del seminario por parte del Obispado», apunta la concejala. La adjudicataria ha pensado en el uso de este suelo que no tiene titularidad pública para el acopio de los materiales que se necesitan durante la ejecución de las obras. «Es una cuestión menor, de protocolo, porque el Obispado ha de tener la garantía –o el compromiso–, tanto por parte de la constructora como del propio Ministerio, de que la huerta del seminario mantendrá el aspecto que ahora posee cuando acaben los trabajos», añade Clara Martín. Como propietario del Cervantes, el Ayuntamiento de Segovia es copromotor de la recuperación del histórico edificio, cuya reconstrucción durará tres años y medio (cuarenta y dos meses), según se recoge en la licitación. El Estado es el que sufraga la inversión. «Como se trata de un bien municipal, el Ayuntamiento debe desempeñar una tarea de coordinación, pero no puede intervenir porque no dispone de competencias para ello», subraya la edil, que tiene pendiente una reunión con el nuevo subdirector de la Unidad de Arquitectura, de la que depende la intervención.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó en julio la adjudicación del contrato por parte de la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes, por un importe de 7,4 millones de euros (el desembolso final superará los 9 millones), a la unión temporal de empresas (UTE) integrada por las compañías valencianas Torrescamara y EMR. No fue la oferta más barata de las veintitrés que concurrieron a la convocatoria abierta, pues hubo alguna propuesta que reducía los costes a 6,4 millones de euros en un proceso de licitación que partía de un presupuesto original superior a los 10 millones.
Aunque se habla de rehabilitación, será una obra de reconstrucción en toda regla, porque será preciso levantar de nuevo el antiguo teatro, del que solo se conservan la escalinata de acceso y los muros externos que delimitaban el edificio. El objetivo es recuperar el coliseo como espacio para la representación escénica y la actividad cultural en general, pero también dotarlo del esplendor que antaño tuvo. El Cervantes lleva cerrado desde 1984 y son varias las generaciones de segovianos que lo recuerdan con mucha nostalgia. En estos momentos, el abandono, la degradación producida por el paso del tiempo y la vegetación se han apoderado del espacio donde en su día encontró acomodo el arte de Talía.
La construcción del Cervantes fue impulsada por el Círculo Mercantil e Industrial, que en 1921 había comprado la Casa de los Picos para instalar en ella la sede que perdiera meses atrás en un formidable incendio. Tras acondicionar el inmueble a sus necesidades y animada por la bonanza económica de los felices veinte, la junta directiva del Círculo decidió levantar un teatro en el solar del patio. Así lo acordaron los socios el 1 de enero de 1922, cuando la presidencia del Mercantil recaía en Pascual Guajardo. Las obras empezaron con rapidez, y en algo menos de dos años el teatro Cervantes era una realidad. Cuenta Mariano Grau que la aceptación popular que tuvo desde la apertura se debió a su emplazamiento, pues la vida discurría cada vez más en el entorno del Azoguejo. También ayudaban las características del propio teatro, la amplitud del patio de butacas y la disposición de las plateas.
Las obras a acometer en el Cervantes, encuadrado en la tipología de los coliseos clásicos italianos, originaria del siglo XVIII, dejarán un recinto conforme al diseño de una arquitectura fiel al presente, que proporcione soluciones adecuadas a cuestiones funcionales, formales, técnicas y de normativa de las necesidades actuales, si bien el nuevo recinto exhibirá los elementos tipológicos más relevantes del antiguo teatro, como los frescos de la bóveda, obra de Lope Tablada Maeso (es decir, su reproducción, pues desaparecieron cuando se desmontó el teatro en el año 2006). El auditorio dispondrá de 680 butacas, aunque el aforo previsto es de 866 personas (casi el doble que el que posee el teatro Juan Bravo). El resultado será un espacio cultural renovado y moderno en pleno centro de Segovia.
El teatro Cervantes abrió sus puertas el 12 de septiembre de 1923, un día antes del golpe de estado del general Primo de Rivera, y cerró al público algo más de sesenta años después, en 1984. Las obras para recuperar el inmueble llevan paralizadas desde 2007. Su ubicación es realmente peculiar, pues ocupa parte del antiguo patio de la Casa de los Picos, edificio que se apoya a su vez en la vieja muralla, que configura su fachada y que al mismo tiempo cede su planta baja para proporcionar el acceso al interior del teatro. Desde la Calle Real, donde está el acceso principal, nadie diría que lo que esconden esos muros es un teatro de la amplitud que posee el Cervantes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.