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Ciuadadanos foráneos en las inmediaciones de la Subdelegación del Gobierno, donde está la Oficina de Extranjería Antonio de Torre

La inmigración y los desplazados alivian las secuelas del virus en el padrón provincial

Segovia pierde 56 habitantes en el año de la covid pese a haber sufrido el segundo mayor exceso de mortalidad de Europa

Miércoles, 21 de abril 2021, 07:59

Un año que acaba con 2.417 defunciones en una provincia de poco más de 153.000 habitantes marca un hito luctuoso y vaticina una debacle demográfica, máxime cuando la natalidad en esos doce meses continuó bajo mínimos después de que en 2019 se registrara ... la cifra más baja de alumbramientos en 75 años. La Consejería de Sanidad de la Junta confirma en sus datos diarios 966 fallecimientos por la covid-19 a día de hoy. El 'crack' del padrón provincial estaba servido.

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Pero no. La frialdad objetiva de los números publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) rebate esos negros presagios, auspiciados también por el preámbulo del descenso experimentado en el padrón de la capital segoviana, que en el curso de la covid-19 se desangró. La hemorragia de 506 vecinos perdidos también alimentó la previsión de un cataclismo demográfico. En 2020, el conjunto de la provincia volvió, sí, a la senda de la disminución de habitantes que guió los pasos de la evolución durante el pasado decenio.

Vale, pero la pérdida apenas hace mella. El padrón provincial se dejó el año pasado 56 residentes. Es un descenso del 0,03%, casi imperceptible. De 153.478 a 153.422 vecinos.

Dos claves, dos torniquetes

Entonces, con una mortalidad de récord, que incluso situó a Segovia en la primavera de la primera ola de la pandemia como el segundo territorio europeo con un mayor exceso de defunciones con respecto a la medias habituales de óbitos; y una natalidad en mínimos de la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística, ¿cómo se explica este descenso demográfico tan liviano?

Hay dos motivos que han sido los torniquetes que han apretado los padrones par evitar que se desangraran. Uno, la población desplazada. Es un fenómeno que se ve más claramente en los datos que facilita la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Por ejemplo, el último mes de 2020 había activas 4.909 tarjetas de Sacyl de pacientes desplazados solo de la Comunidad de Madrid.

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El empadronamiento en pequeños pueblos de personas que huyeron de las ciudades amortigua un poco la caída

Como ha explicado a lo largo de este último año el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, cientos de personas procedentes del otro lado de la sierra de Guadarrama se asentaron en sus segundas residencias de este municipio compuesto por cuatro núcleos de población. Muchos de esos desplazados huían en la primera ola de la compleja situación en la que la covid había sumido a la comunidad vecina y al final han acabado empadronándose.

El Espinar, a por los 10.000

Si la tendencia se mantiene en este año que ya ha deshojado cuatro meses del calendario, el regidor está convencido de que al final del ejercicio superarán los 10.000 habitantes en las listas oficiales del INE, un padrón que Javier Figueredo intuye que 'de facto' ya se ha materializado.

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El Espinar es el ejemplo paradigmático del efecto demográfico de los desplazados por la pandemia. A fecha de 1 de enero no llegaba a los 9.000 vecinos (8.986 en el INE). Un año después, su padrón coquetea con los 9.500 residentes.

Hay otras localidades que también han notado este efecto secundario del virus en sus poblaciones. Riaza es una de ellas. Su alcalde, Benjamín Cerezo, comentaba durante los meses de apogeo del coronavirus cómo segundas residencias se habían convertido en primeras para nuevos convecinos que ya no solo usan este refugio serrano como escape de los núcleos urbanos. De nuevo Madrid figura como principal surtidor de moradores. El regidor especificaba que, en la mayoría de los casos, se trata de ciudadanos jubilados que pasaban alguna temporada en la zona.

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Un 14% más de foráneos

La otra gran razón que explica el comportamiento demográfico en la provincia durante el año de la covid es la inmigración. La afluencia de extranjeros que se han empadronado en esos meses compensa en buena parte el negativo saldo vegetativo que arroja la diferencia entre defunciones y nacimientos.

Durante 2020, la provincia ha acogido a 2.519 nuevos vecinos cuya cuna no fue España. Esta cifra equivale a un aumento de la comunidad foránea del 14%, pasando de los 17.965 que había al inicio del curso pasado a los 20.484 con los que ha arrancado el presente ejercicio.

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Un dato altamente llamativo: Por cada ciudadano extranjero hay seis nacidos en España

El INE localiza los lugares de procedencia de los nuevos segovianos en el continente americano. El asentamiento de latinoamericanos ha crecido un 81% en 2020. Por otra parte, nacionalidades europeas como la búlgara (que sigue siendo la más numerosa con 4.090 personas), la rumana o la polaca, habitualmente muy presentes en las cifras de población tienden a perder esa representatividad en el padrón.

Sin embargo, la irrupción en el último año de foráneos procedentes de Sudamérica y Centroamérica-Caribe se ha disparado en un 101% y un 54%, respectivamente. El colectivo de países del sur continental ha pasado en un año de 2.355 a 4.737 integrantes. Destaca Colombia, que está cerca de haber duplicado su población en la provincia (de 872 a 1.641). Ecuador, por ejemplo, siendo menos importante, triplica su comunidad y pasa de 227 a 667 residentes. Algo similar ocurre con los peruanos (de 255 a 619). Venezuela de convierte en el segundo país sudamericano con más ciudadanos empadronados, con 684, que son 236 más que un año atrás.

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Por su parte, si la brújula señala hacia el norte, la afluencia procedente de Centroamérica y países del área del Caribe eleva su particular censo dentro de la provincia a 2.815 personas, 985 más que el 1 de enero de 2020. Los dominicanos han duplicado su representación (de 400 a 843); lo mismo que ha hecho Cuba (de 160 a 341); aunque los más numerosos son los hondureños, que alcanzan los 1.451 empadronados, casi 300 más que un año antes.

Un dato altamente llamativo sobre la presencia de inmigrantes y su peso sobre el padrón provincial. Por cada ciudadano extranjero hay seis nacidos en España.

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