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Las dificultades del transporte para encontrar relevo generacional tienen una excepción: el taxi. Esa sensación de los clientes habituales de ver caras nuevas se traduce en la parrilla, con cinco conductores menores de 30 años y otros tantos entre los 30 y los 40. No ... son pocos los hijos con estudios superiores que se han puesto al volante y muchos se han quedado. Las ventajas de una empresa familiar, con el vehículo paterno y buenos ingresos superan a las desventajas: los horarios, los fines de semana. La edad media de los 74 conductores de Segovia capital –repartidos en 58 licencias, 15 de ellas 'dobladas', con al menos dos personas– ha bajado porque la profesión sigue cotizando alto.
Uno de los jóvenes es Roberto Sancho, que se sentó en el de su tío con 18 años, apenas unos meses después de sacarse el carné B –obtuvo después el C-1– y que media vida después, con 36, preside la Asociación Radio Taxi de Segovia. En el otro extremo, hay un taxista con 71 años que recibe críticas y parabienes del colectivo porque vende su licencia por encima del precio de mercado, unos 200.000 euros. «En la parada nos reímos, pero es la verdad. Todas las licencias que se han vendido hasta ahora, las ha vendido él. Han ido a preguntarle, ha pedido 222.000 y se la han comprado al que te pide 20.000 menos, como es normal».
58 licencias
de taxi hay concedidas en Segovia capital.
5 conductores
de taxi menores de 30 años hay en la capital segoviana.
Para un taxista sin relevo generacional la licencia es un plan de pensiones. Por eso la cotización cuenta en un gremio celoso de que el Ayuntamiento dé paso a nuevas licencias –en la práctica devaluaría el valor de mercado de las suyas– aunque haya volumen de trabajo para ellas. Lo cierto es que el tema no está sobre la mesa porque no supone una demanda vecinal ni una iniciativa municipal en una ciudad donde a diferencia de otras cercanas no han cuajado los VTC como Über o Cabify, un aspecto que sitúa a los taxistas en una posición más fuerte.
Sancho habla de un relevo consolidado de padres a hijos. «Lo hablamos mucho. Hay hijos de compañeros que tienen carreras y vienen al taxi. Hay gente que ahora tiene más de 50 años; empezaron con sus padres y al final se quedaron». Licenciados al volante por la libertad del trabajo y sus ingresos, argumenta. «En el taxi se gana dinero echando horas. Sobre todo, fines de semana. Sábados por la noche, que yo me he comido muchísimos. Cuando la gente está por ahí, tú estás trabajando». Sacrificar parte de la juventud por una mejor vida adulta. «Puedo decir que tengo cosas que hay amigos que no tienen».
Los jóvenes que cogen el testigo de sus padres siguen esa ética. «Tienen su grupito de amigos, salen por ahí, vienen al taxi, trabajan y algún fin de semana se van por ahí. Vives con tu padre, ganas dinero y te das tus caprichos. Es gente que echa sus horas». ¿Cuál es el ingrediente para ser un buen taxista? «Tener mucha paciencia». Simpatía contra las circunstancias para «aflojar» al viajero conflictivo, especialmente en la noche. «Hay gente muy pesada que toman cuatro copas. Son diez minutos, les llevas y a por otros. Ahora, como te pongas a malas, lo único que puedes tener son problemas. Yo paso un poco todo menos que traten mal el coche y me falten el respeto». Son la excepción. Incluso en los casos más molestos, suele haber un amigo que frena la euforia. Así se entrena la paciencia. «Cuando se baja, le llamas de todo para ti y ya está. Le fichas y a lo mejor al día siguiente te lo piensas».
Uno de los motivos de la buena marcha del taxi de Segovia son los estudiantes de IE University. «Es gente muy peculiar, pero no dan ningún problema». Habla de carreras cortas y otras muy largas. «Se les calienta la cabeza a un grupito, se cogen cuatro taxis y a Madrid de fiesta». Pese a la barrera del idioma, pues Sancho considera «fundamental» hablar inglés. «No hacemos mejores carreras con extranjeros porque no sabes cómo explicarles que existe Pedraza». Hay un taxista bilingüe y alguno más que se desenvuelve, pero la mayoría no lo utiliza, especialmente los mayores. Uno de los puntos donde las nuevas generaciones aportan al taxi.
Entre los 74 conductores hay dos mujeres. «Podría haber más, perfectamente», subraya Sancho, que no tiene una razón que explique ese carácter minoritario y lo ve como una salida para sus dos hijas. «Para irse a ganar 500 euros a media jornada en cualquier sitio, que se queden trabajando con su padre». Es el futuro del linaje tras la jubilación de su padre el 20 de diciembre. Un linaje asegurado para un negocio que sigue llenando bolsillos.Los ingresos del taxi segoviano aseguran el recambio generacional del sector
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