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Las reglas del mercado no siempre responden al sentido común. La inflación dispara la compraventa de pisos en Segovia capital pese a las fluctuaciones económicas y la subida de los intereses hipotecarios. El pasado año se cerró con la mejor cifra de transacciones desde 2007 ... y las inmobiliarias experimentan un 'boom' de actividad inaudito. El afán por obtener rentabilidad lleva a pequeños ahorradores, tanto segovianos como foráneos, a invertir en vivienda en la ciudad y sus alrededores para su posterior alquiler.
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En plena crisis económica, guardar el dinero en el banco no es una opción frecuente entre los ciudadanos. Muchos de ellos consideran que el bolsillo ya no es un lugar seguro para almacenar sus ahorros. «La situación es mala y la gente prefiere invertir», afirma rotundamente el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Segovia, Miguel Tovar. Este es uno de los preceptos que explica el drástico aumento de transacciones de viviendas en el último año, hasta alcanzar las 4.795 en 2022, de las cuales un 49% son resultado de acciones de compraventa y un 23% proviene de las herencias.
Históricamente, la adquisición de casas y pisos ha sido una de las opciones más recurrida para este cometido. «Hoy por hoy, el ladrillo es el lugar en el que está más seguro el dinero», considera Tovar. «En este mercado no va a perder valor físico, sino que la inversión aumentará poco a poco en las plusvalías y si no, siempre se puede destinar al alquiler», explica.
Pero esta situación no se vive del mismo modo en todo el territorio. Mientras que el mercado de la vivienda está en auge en la capital segoviana y su alfoz, en el resto de la provincia la actividad se encuentra en plena decadencia. «San Cristóbal de Segovia o La Lastrilla funcionan muy bien porque comparten el mismo nicho de compradores que la capital, pero en el caso de El Espinar, Cantalejo o Cuéllar la compraventa está a la baja. Los pueblos se van despoblando y hay menor demanda», detalla el presidente de los inmobiliarios.
El aumento del interés en la capital, presente en 2021 y 2022, se ha materializado en gran medida en los dos primeros meses del nuevo ejercicio. La compraventa de viviendas se caracteriza por un ritmo apresurado. «A todos nos han entrado las prisas y hay oferta y demanda continua en el mercado, por lo que se han bajado mucho los precios para sacar adelante las ventas», refiere el gerente de Best House, Rufo Gómez. Una cuestión sorprendente, ya que Tovar advierte de que la disponibilidad en la ciudad es limitada por sus pequeñas dimensiones y población.
La relación directa entre la oferta y demanda determina el valor de los inmuebles, lo que mantiene al sector siempre en alerta, sobre todo en la capital segoviana. «Aunque se vendan viviendas, no se reponen al mismo ritmo en que se compran», sostiene. El mercado es limitado, la oferta es escasa y, en consecuencia, los precios pueden cambiar de un día para otro.
Las ventas de viviendas en la ciudad han aumentado por el interés inversor relativo al alquiler. «Es una situación temporal, un 'boom' que hay ahora, pero cuando pase el verano todo habrá acabado y volverá a la normalidad», estima. Las transacciones están determinadas por el precio y, mientras que el año pasado estaban al alza, «ahora han bajado», sostiene.
La inflación ha empujado a muchos ciudadanos a optar por la compraventa de un piso para rentabilizar sus ahorros. «Los bancos no te pueden ofrecer la misma rentabilidad que un piso a buen precio», defiende. Anque las hipotecas sean más caras, la subida del precio de la vivienda no ha sido excesiva, lo que explica la gran actividad que hay en el mercado inmobiliario.
Ha habido un repunte al alza de inversores. «Ya no son grandes fortunas, sino pequeños ahorradores, que han visto que tenían un dinero ahorrado y lo han sacado del banco», dice el gerente de Segodomus Inmobiliaria, Jorge Ayuso. Por otra parte, Tovar atribuye otra característica al actual periodo. «Aunque los inmuebles se van vendiendo, tardan en salir otros nuevos ya que no se reponen al mismo ritmo que se compran», señala.
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Es difícil separar la incertidumbre de las fluctuaciones que registra un mercado autorregulado como es el inmobiliario, a pesar de los óptimos resultados del momento actual. Además, esta cuestión determina el valor de la vivienda, que a día de hoy permanece en niveles estables del mismo modo que en los meses posteriores al estallido de la pandemia. «Ha subido el precio de las hipotecas, pero el de la vivienda en Segovia se mantiene, por lo que la gente sigue comprando», sostiene Ayuso.
El precio por metro cuadrado registrado el pasado mes de enero es de 1.779 euros, lo que cifra en aproximadamente 125.000 euros el coste de un piso con superficie media de 70 metros cuadrados. Son cerca de 3.000 euros más si se compara con el mismo periodo del año anterior, o 1.500 menos respecto a diciembre.
Los comerciales inmobiliarios coinciden en que no hay viviendas baratas o caras, sino fuera o dentro del mercado. «El que quiera vender tendrá que ajustarse a la demanda y, quien quiera comprar, lanzará las ofertas que vea conveniente», subraya Tovar. Este es el aspecto que define el tiempo que tarda en venderse un inmueble, cuyo rango va desde una semana hasta los ocho meses. Aunque no se puede hablar de un periodo medio, el gerente de Best House, Rufo Gómez, ejemplifica con la publicación de un anuncio de un piso en San Lorenzo el pasado jueves y «este lunes ya estaba vendido». Un hecho relevante sobre todo cuando «el viernes no abrimos», añade.
«Es una situación que no he vivido ni he conocido nunca», advierte el profesional segoviano. En esta misma línea se posiciona Ayuso, quien asegura que se han llegado a cerrar multitud de ofertas en el primer día de venta. «Hemos llegado a hacer tres visitas y, al finalizar, todos los interesados querían hacerse con el inmueble», recuerda. Es una situación inusual y temporal, un 'boom' que «seguramente finalizará cuando acabe el verano», pronostica Gómez.
Si bien es cierto que la mayoría de las ventas responden al afán de obtener rentabilidad por medio del alquiler, cada vez son más las familias arrendadoras que han optado por hacer un «pequeño esfuerzo» e incluso sacar un crédito hipotecario para poder comprar. «Al nivel que están los alquileres, hay ocasiones en las que compensa más adquirir una vivienda», sostiene el presidente de los inmobiliarios segovianos. Aunque Tovar hace hincapié en el equilibrio que hay entre las ventas que se corresponden con las inversiones y las que se destinan a primera vivienda, el gerente de Segodomus eleva el primer caso a un rango superior.
«El 60% de las últimas transacciones que hemos realizado se han hecho de cara a inversión para alquilar», indica el comercial segoviano. La ciudad tiene mucho movimiento de arrendadores y arrendados y, en comparación con otras poblaciones semejantes, «es cara», subraya. No sorprende, por tanto, que muchos hayan optado por estrenarse en el mercado, mientras que otros cuentan con varios años de experiencia a sus espaldas. «Hay gente, sobre todo segoviana, que poco a poco se ha hecho con varios pisos. No es difícil conocer a propietarios con dos o cuatro viviendas», concluye Tovar.
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