Los expertos y el deán (en medio) muestran la réplica de los huesos en 3D. El Norte

El infante don Pedro tenía entre 6 y 18 meses cuando murió, según los forenses

Era el niño que, según la tradición, cayó desde una ventana del Alcázar cuando estaba en brazos del aya

Sábado, 3 de octubre 2020, 12:19

Entre seis meses y un año y medio es la edad que ha determinado el estudio antropológico y radiológico de los restos óseos del infante don Pedro, tal y como anunciaron ayer el catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, José ... Antonio Lorente Acosta, y el jefe del servicio de Radiología del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, José Luis Martín Rodríguez.

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Esa fue una de las conclusiones. Otra de ellas es que las alteraciones observadas sugerían la presencia de que esta persona, padeciera un proceso metabólico que altera el desarrollo y produce ciertas modificaciones morfo estructurales en el desarrollo óseo. «Y el más compatible era el raquitismo», comentó Martín. Los expertos recordaron que esta patología era habitual en los hijos de la nobleza europea, como los infantes, porque no se les exponía al sol.

Debido al mal estado de los restos óseos hallados, en esta primera fase correspondiente al estudio antropológico no se ha podido especificar el sexo, pero el estudio, también concreta que los tres huesos encontrados son un fragmento medial de diáfisis de un fémur izquierdo, el extremo distal de un fémur derecho que conserva la metáfisis y una tibia derecha. De los tres restos, la tibia es la que mejor se conserva, con una longitud máximas de casi diez centímetros. Tras realizar un TAC comprobaron que estaba más arqueada de lo normal.

También se halló el extremo distal del fémur derecho, que como el proximal de la tibia, muestran «un claro engrosamiento», lo que junto con otras evidencias hace pensar en alteraciones patológicas que son compatibles con las producidas por el raquitismo y el tercer resto óseo encontrado pertenecía al fémur izquierdo, el más deteriorado y con una longitud de unos ocho centímetros.

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En 3D

En este acto, al que acudieron un gran número de invitados, celebrado en el trascoro de la Catedral, los representantes de la Universidad de Granada y el Hospital San Cecilio hicieron entrega al Deán de la Catedral de Segovia, de una caja de taracea, con una bandera española, con la impresión en 3D de los fragmentos para que puedan ser conservados, expuestos e incluso estudiarlos sin que sea necesario tener que acudir a los huesos originales por su fragilidad. La responsable del estudio antropológico de los restos óseos procedentes de la sepultura del infante don Pedro Enrique de Castilla, la doctora Inmaculada Alemán, no pudo viajar a Segovia al estar en una cuarentena preventiva en su casa, tras un positivo por coronavirus en su departamento.

Huesos hallados. El Norte

Los restos del hijo de Enrique II, aparecieron envueltos en una saya de seda con botones de tela, un faldón y un cinturón. Una mezcla de historia y leyenda cuenta que el infante murió en extrañas circunstancias al caer desde lo alto de un balcón del Alcázar de Segovia, cuando estaba en brazos de una sirvienta el 22 de julio de 1366.

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Este equipo ya realizó, en 1994, la identificación de los huesos de Blanca de Navarra aparecidos y custodiados en Santa María de Nieva. De los tres huesos encontrados, la Universidad ha realizado una réplica para que puedan ser mostrados en la Catedral donde ya reposan los restos del infante.

«Que nos hayamos encontrado esto es gracias a la conservación y mantenimiento de los que nos han precedido en el Cabildo», comentó el Deán de la Catedral, Ángel García Rivilla.

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