

Secciones
Servicios
Destacamos
Un año para olvidar. Así definen muchos agricultores y ganaderos segovianos la temporada de 2022. Tras una cosecha con malos resultados, la incertidumbre se cierne ... sobre la campaña de siembra. La sequía da paso a semanas de precipitaciones que impiden realizar los trabajos oportunos en los campos de la provincia, a la vez cada día se conocen nuevos criterios de la Política Agraria Común para el próximo quinquenio que traen consigo más dudas que soluciones.
Desde 2017, ha habido dos cosechas de sequía y la de este año ha sido «mala» al no alcanzar los cinco millones de toneladas de cereal el conjunto de Castilla y León. Precisamente, Segovia es una de las provincias de la región más afectadas por esta merma. Si este dato se une a los resultados de la campaña de girasol, las organizaciones agrarias de la provincia coinciden en una estimación desalentadora. En concreto, se calcula que se ha obtenido un 30% de cosecha menos que en un año normal.
No se pueden tomar como referencia las cifras del ejercicio pasado, ya que el porcentaje aumenta al haber sido un año «excepcionalmente bueno», concreta el presidente de la Unión de Campesinos de Segovia-UCCL, Alfonso Pescador. «Hemos tenido temperaturas exageradas entre cinco y seis meses», lamenta. Esto ha provocado que el rendimiento de la tierra haya caído en picado. «La media de producción por hectárea ha estado en 1.700, cuando lo normal es rondar los 3.000», detalla el secretario general de Asaja Segovia, Pablo Rincón.
Las inusuales temperaturas de octubre, que han alcanzado niveles históricos, lastraron las expectativas de la cosecha del girasol en la provincia. Un mes después, cuando los agricultores se han puesto manos a la obra con la siembra, las recurrentes lluvias interrumpen las labores.
Mucha agua en la otoñada, poco trigo y menos cebada, dice el refrán. «Empezamos la siembra con falta de precipitaciones y ahora no hay en exceso, pero el aporte continuado de agua impide que se puedan hacer los trabajos con normalidad», especifica Pescador. Todo ello cuando los suelos, a día de hoy, permanecen «faltos» de humedad, debido a la evaporación por la confluencia de calor y sequía. «El agua se queda en las primeras capas, es necesario volver a recuperar los acuíferos», añade.
Las lluvias otoñales son igual de importantes que las primaverales. Al contrario de lo que se piensa, las precipitaciones de los últimos días «son escasas y algo tardías», sostiene Rincón. A su juicio, este mes ya debería haberse sembrado prácticamente todo el cereal en los campos de la provincia.
Por el contrario, hay muchas explotaciones agrícolas del norte y nordeste de la provincia que recientemente han comenzado la campaña. «Se ha empezado ahora con el trigo cuando casi tendría que estar ya la cebada», detalla. Y aunque todo depende de las condiciones meteorológicas de los próximos meses, «las siembras tardías suelen dar menos producción que las tempranas», vaticina el portavoz de Asaja.
En la provincia se siembra fundamentalmente trigo y cebada. En tercer lugar, centeno, al que le sigue el girasol y la colza, que ha experimentado un notable repunte en los últimos años, del mismo modo que los pistachos y almendros. Para todos, ha sido una mala temporada. Solo hay una excepción: los viñedos. Los regadíos han tenido mejores resultados que lo esperado en cuanto a la producción. Pero el «encarecimiento de los costes ha provocado muchos más gastos», explica el presidente de UCCL.
El mercado del cereal ha anotado descensos en los precios las dos últimas semanas. No sucede lo mismo con el abono nitrogenado, que se ha duplicado respecto a 2021 -Rusia es el principal exportador y está en guerra con Ucrania-, y triplicado en comparación con 2020. «El disparado coste de los fertilizantes ha provocado que muchas parcelas hayan prescindido del aporte de abono e, incluso, directamente no se hayan sembrado», apunta Pescador.
Esta situación es compartida por las energías, que incluyen combustibles, luz y maquinaria, «que está desbocada», advierte Rincón. En esta misma línea, hay escasez de semillas de leguminosas. «Las que se pueden conseguir tienen un precio prohibitivo, y la administración no permite reutilizarlas o comercializarlas entre agricultores, lo cual es gravísimo», asevera.
Los agricultores están «descontentos», dice Pescador. Y «aburridos», matiza el dirigente de Asaja. La incertidumbre alarma a los empresarios segovianos del campo, quienes siembran a costes muy elevados sin tener garantías de que los resultados van a ser buenos el próximo año. Tampoco son capaces de pronosticar el precio que tendrán los productos en tan solo un par de meses, todo ello cuando los almacenes de la provincia «andan justos», matiza Rincón.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.