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Han sido meses duros, difíciles y por eso Clara Martín, concejala de Patrimonio Histórico y Urbanismo, asegura que es momento de recargar pilas.
–¿A ... qué verano que añora le gustaría volver este y no podrá?
–Este verano es extraño, pero no me importaría volver a los veranos de la infancia disfrutando del río en Valsaín o de aquellos de la universidad en los que estaba tres meses excavando en diferentes yacimientos arqueológicos.
–¿Tiene pueblo o le prestan uno?
–No he tenido pueblo hasta hace 15 años, pero ahora mismo puedo decir que tengo dos, Basardilla, donde mi familia tiene una segunda residencia y es el lugar de encuentro con mis padres y mi hermano y Encinillas, donde habitualmente resido.
–¿Qué se llevaría a un pueblo vaciado?
–Los medios suficientes para atraer trabajo y fijar población.
–¿Es de los segovianos de Benidorm o de los segovianos que veranea en Santander?
–Sin lugar a dudas el norte me atrae bastante más; no tengo nada en contra del turismo de grandes complejos y playas abarrotadas, pero prefiero el mar bravo y frío del norte, donde es posible que tengas que ir a la playa con 'rebequita' porque amanece el día lloviendo. He pasado muchos veranos de mi infancia en la costa cantábrica y ahora, que tengo toda mi familia política en Bilbao, aprovechamos para hacer una escapada cuando el trabajo lo permite.
Qué hay mejor que un amigo con piscina?
–Un grupo de amigos con letras mayúsculas, con los que compartir buenos y malos momentos, risas y llantos a partes iguales y que, por mucho tiempo que pase, siempre están ahí. Si además tienen piscina ¿qué más se puede pedir?
–¿De qué se desconfinaría primero, de su pareja, de los hijos o nietos, de la mascota, del trabajo...?
–Del trabajo, han sido meses muy difíciles, de mucha tensión y hay que ser cautelosos de cara a los próximos meses. Es momento de recargar las pilas.
–¿Ha realizado ya todos los planes que se le ocurrieron durante el confinamiento o ha dejado alguno para el verano?
–Poco tiempo he tenido para hacer planes durante el confinamiento. No he dejado de trabajar y como mucho me he dedicado a planificar tareas y proyectos dentro de mis áreas de gobierno. En estas semanas si puedo plantearme alguna escapada con la familia o amigos será en el último momento en función de la situación en la que nos encontremos.
–Volver de la playa con la mascarilla en el moreno ¿es sexy?
–Si haces buen uso de las mascarilla, no es muy sexy.
–Para sus hijos o nietos querría un verano como el de...
–Creo que mis hijas deben crear sus propios recuerdos y hago lo posible para que valoren todo lo bueno que tienen cerca. Me gusta que conozcan cómo eran los veranos de mi infancia disfrutando del río y la montaña o viajando a diferentes lugares del país para conocer la riqueza que tenemos al lado de casa.
–¿Y si nos quedamos aquí? ¿Qué nos recomienda hacer o descubrir en Segovia?
–Segovia es un lugar increíble, tanto la ciudad como su provincia. Tenemos un patrimonio histórico y natural incomparable. Sin salir de la ciudad, para escapar del calor, siempre se pueden visitar los monumentos como la Catedral o el Álcázar o algunos de nuestros maravillosos museos... Si se prefiere la naturaleza, los valles de la ciudad siempre tienen un encanto especial y unas vistas únicas.
–¿En la bolsa de la playa o la mochila de la montaña, mascarilla, gel de manos y...?...
– Crema solar, un buen libro y el móvil cargado de batería y buena música.
–La pandemia le impedirá hacer este verano...
–Aunque por el momento no tengo la sensación de haber renunciado a muchas cosas, si que echo de menos poder improvisar, actuar sin pensar en qué se puede o no se puede hacer, plantear salidas en el último momento o acudir a conciertos.
–¿Es de los que sufre en silencio los incumplimientos de las normas covid o de los que se para y recrimina?
–Depende de quién y cómo lo incumple. Si es alguien cercano no tengo problema en recriminar. Si es alguien desconocido, intento recriminar con la mirada si es algo leve, si es un incumplimiento grave soy de las que llama a la policía.
–¿Qué no echará de menos de los últimos cuatro meses?
–El miedo y la tristeza, las cifras de fallecidos, las ciudad vacía, las miradas de temor. El lado más amable, que sí que echaré de menos, son las miradas de complicidad, comprensión y cariño de las personas cercanas.
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