Los hurtos siguen al alza en Segovia con un promedio de uno cada nueve horas

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han tenido que redoblar esfuerzos para detectar a los autores de un amplio abanico de delitos penales que se han cometido en el conjunto provincial. El recuento total, que incluye aquellas infracciones registradas desde enero hasta el pasado junio, asciende a 3.124. No es un número cerrado, ya que los datos publicados esta semana por el Ministerio del Interior están pendientes de su consolidación. Esto significa que las cifras podrían ser incluso más elevadas en próximas semanas.

En cualquier caso, el último balance de criminalidad permite comprobar que cada día pasan por las oficinas judiciales segovianas cerca de una veintena de causas penales. Los motivos son variados y han variado a lo largo de los años. Por ejemplo, hasta el momento no se han recabado datos sobre ningún homicidio, un suceso que sí que hubo que lamentar en las mismas fechas de 2020 o 2021.

Tampoco se han conocido secuestros en el territorio provincial durante el primer semestre, que de forma general suele ser el periodo más tranquilo del año, aunque los agentes policiales sí que han tenido que intervenir en hasta dos ocasiones por casos de asesinato en grado de tentativa. Ambas actuaciones se han llevado a cabo en el medio rural, es decir, fuera de la capital.

Esta última tipología de delito se duplica respecto a los primeros seis meses del ejercicio pasado, si bien el mayor incremento reflejado en el informe viene de la mano de las sustracciones de vehículos de motor que han sido denunciadas. Hasta junio se han notificado 16 robos de coches, furgonetas o camiones, un hecho delictivo que coincide con la reciente desarticulación de un grupo criminal compuesto por tres individuos que se dedicaba a cometer estas infracciones en cuatro provincias, entre las que se encuentra Segovia. La mayoría de ellos tienen como escenario los pueblos y son el doble que en 2023, aunque estas infracciones quedan muy lejos de las 22 que se contabilizaron en el mismo periodo de 2016.

Otro repunte destacado está protagonizado por el robo con fuerza en establecimientos e instalaciones. Se trata de saqueos que están a la orden del día al dispararse cerca de un 50%, sobre todo en las naves y almacenes de pequeños municipios. Tan solo dos de cada diez robos se cometieron en áreas industriales de entornos urbanos o en los comercios de la capital segoviana.

El método para llevar a cabo este cometido difiere, ya que los cacos llegan a forzar cerraduras de portones con técnicas variadas u optan por hacer grandes butrones que dejan huella en los negocios, comportamientos que se han producido en hasta 37 ocasiones. Si bien es cierto que estos actos ilícitos disminuyeron significativamente durante la pandemia, en este último semestre se han recuperado las cifras previas a la llegada del virus, cuando se superaba de manera habitual el medio centenar.

Más numerosos han sido los robos con fuerza ocurridos en zonas residenciales. Desde enero y hasta el pasado junio se ha sobrepasado el centenar. El balance de criminalidad informa de 112 asaltos a viviendas, un 13% menos respecto al mismo periodo del año pasado. El análisis de la distribución de los delitos arroja importantes diferencias según el territorio. Mientras que los actos dirigidos al apoderamiento de bienes ajenos disminuyen en gran medida en los pueblos, se duplican en la ciudad, hasta rozar la treintena. Nunca antes se había observado una cifra tan elevada, según la recopilación de datos que se efectúa desde 2015.

Son casi cinco asaltos a domicilios los que se producen de media cada mes. Los robos detectados en Segovia llegan a superar en términos absolutos a los acaecidos en otras capitales que cuentan con mayor población, como es Ávila (con 21 delitos relacionados); y se posiciona muy cerca de León (32) o Zamora (34). Todo ello justo cuando hace tan solo un año se abrió una investigación ante la oleada de robos que sacudió el barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra, situado en Segovia capital.

Mientras que los robos en viviendas se cuentan por decenas, los hurtos se rastrean por centenares. A diferencia de los primeros, las sustracciones no conllevan el uso de la fuerza, intimidación o violencia para obtener un artículo en posesión de otra persona. En el primer semestre se han formulado casi medio millar de denuncias por este motivo, lo que supone la marca más alta desde 2017.

Hay varios ejemplos clásicos de este delito, como es el hurto de artículos en supermercados, de bolsos que permanecen colgados en las sillas de las terrazas o de teléfonos móviles. Sobresalen las sustracciones realizadas por los carteristas, que en los últimos meses han sido la prioridad en la vigilancia de efectivos policiales en la ciudad. La cercanía a Madrid y el reclamo turístico de los monumentos sitúan a la capital en el epicentro de la actividad de los ladrones, ya que es escenario de más de la mitad de los hurtos contabilizados.

Son varias circunstancias las que pueden actuar de agravante de esta acción ilícita, pero de forma general conllevan menor castigo que los robos con fuerza, aunque también contempla la pena de prisión. En Segovia, se produce un promedio de un hurto cada nueve horas. Cerca de una veintena a la semana, según los registros del Sistema Estadístico de Criminalidad, que computa información procedente de las policías locales y Nacional, además de la Guardia Civil.

Los hurtos tan solo son superados por la estafas informáticas, que continúan su tendencia ascendente con el paso de los años. En lo que va de año se superan las 850 víctimas afectadas por los engaños vía internet, lo que se traduce en un incremento cercano al 30% en comparación con 2023. Una buena noticia que deja el último balance es la caída de delitos contra la libertad sexual, bajo los que se enmarcan a su vez las agresiones y abusos sexuales con penetración. Pese a ello, los casos ilícitos identificados todavía arrojan cifras preocupantes, ya que se encuentran por encima de la decena por cada semestre consultado.