Los Huertos: El sosiego que alteran los peregrinos

Los Huertos posee un nombre que evoca tranquilidad. Y así, con sosiego, ha discurrido la historia del municipio, cercano a la capital segoviana y que no llega a los dos centenares de habitantes. Su mala comunicación por carretera también ha ayudado a que la paz reine en el lugar.

Solo los peregrinos del Camino de Santiago –que recorren el itinerario que nace en Madrid y termina en la localidad leonesa de Sahagún, para enlazar con el camino francés– rompen el sosiego, al menos desde 1993, año desde el que es oficial el paso de la ruta por el pueblo, que cuenta con un albergue que va a cumplir tres años de funcionamiento.

Una tranquilidad que también se rompió a principios de este siglo con la instalación de una planta de tratamiento de residuos, que en su día levantó polémica; y una paz que asimismo se quebró, esta vez de forma más abrupta, con el robo en 1983 de la talla de la Virgen de las Vegas, en la ermita que lleva su nombre. La imagen de madera policromada del siglo XVI aún no ha sido encontrada, así como otros elementos sustraídos.

Precisamente la ermita es una de las joyas patrimoniales de Los Huertos. Situada a unos dos kilómetros del pueblo, ya en el siglo XII estaba edificada; se trata de un templo de buenas dimensiones con 20 metros de largo por 7 de ancho. Destacan los grandes contrafuertes en los que se apoya y la entrada cubierta por un porche, con un buen retablo en el interior. Existen restos de otra ermita, la de San Pedrillo, en el despoblado de Gumiel.

El otro elemento patrimonial destacado del pueblo es la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Ubicada a la entrada del pueblo y separada del casco urbano por el arroyo Roda, es un edificio gótico con reformas y en su interior se encuentra un retablo mayor con una talla de la Inmaculada Concepción.

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