Los cotillones recuperan la demanda previa a la pandemia

En 2020 no se celebraron cenas ni comidas de Navidad por las restricciones de la covid, el año pasado la nueva cepa del virus lastró las buenas expectativas al provocar una oleada de cancelaciones y, al fin, la normalidad alcanza nuevamente el periodo navideño. Las previsiones son «muy positivas», asegura el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse-AIHS), Jesús Castellanos. «Es cierto que el ticket medio por comensal ha bajado, pero viene mucha gente», añade.

Las buenas sensaciones se confirman día a día, especialmente tras el puente de la Constitución y la celebración de las cenas de empresa. «Están funcionando muy bien, incluso cuando Segovia no es un gran exponente de estos encuentros», explica. Todo ello a pesar de que la coincidencia de fechas festivas con fines de semana o puentes ha limitado la celebración de estos encuentros, que se concentrarán desde este viernes hasta la víspera de Nochebuena.

«Hemos recuperado la normalidad absoluta, a la gente le apetece salir y celebrar incluso más que en 2019», se alegra el director del Hotel Cándido, Alberto López, quien confiesa que las reservas para la comida de Navidad en su establecimiento ya se han completado. A día de hoy el alojamiento está prácticamente lleno en las demás fechas festivas. Aunque estas cifras son similares a otros años, el hostelero segoviano se sorprende de la «gran antelación» con la que los clientes han decidido organizar sus planes navideños.

La alegría con la que se afronta esta época del año se percibe en la proliferación de los cotillones. Las cintas de colores, matasuegras y gorros cónicos serán un complemento más de la indumentaria con la que los segovianos quieren dar la bienvenida al 2023. El regreso de la música y el baile, esta vez sin restricciones, protagonizan los eventos centrales de una decena de locales hosteleros.

«Son muy pocos los establecimientos que organizan cotillones en Segovia, es una práctica que estaba desapareciendo por la pandemia», dice Castellanos. Aunque en esta ocasión es optimista y otorga importancia a estos eventos: «Si una parte del sector los trabaja, eso nos beneficia a todos; somos un engranaje», afirma. Ejemplo de ello es el Hotel Cándido, donde en 2021 la fiesta fue «descafeinada», ya que los clientes eran prudentes por la extensión de la cepa ómicron y «se cohibieron», determina su director.

Sin embargo, la normalidad anuncia fiestas de bienvenida del nuevo año por todo lo alto. En el caso de Venta Magullo, cuyas estancias vuelven a acoger grandes grupos de comensales, el cotillón también alcanzará la Noche de Reyes. A la hora de hacer un pronóstico, el gerente de este complejo hostelero, Óscar Calle, se guía por la cautela. «Notamos el gran respaldo de los clientes, pero el año pasado las previsiones también eran muy buenas y todo cambió con el rebrote», recuerda. En ese momento, multitud de reservas para estos eventos se cancelaron «a una semana vista». Sin embargo, «creo que hemos aprendido de la experiencia», matiza.

La pandemia ya no protagoniza la incertidumbre de los hosteleros, ahora es la inflación la que se abre camino en sus cocinas y restaurantes. «Vamos a trabajar lo mismo que en 2019 pero las ganancias van a ser menores», aclara el presidente de los hosteleros segovianos. Los locales hacen frente a una subida del precio de sus proveedores de más del 20%, mientras que «nosotros hemos aumentado tan solo el 7%», aclara. Por ello, cada restaurante ha buscado alternativas para «ajustar al máximo» el precio de los menús navideños, ya sea con la inclusión de platos más económicos o la utilización de técnicas de elaboración más sencillas.

«Hay que hacer encaje de bolillos, aunque eso conlleve la pérdida de rentabilidad. Prefiero ahorrar menos pero tener lleno el hotel», remarca Alberto López. Hotuse recientemente ha publicado una selección de menús destacados, cuyo coste va desde los 25 euros hasta los 160. Asimismo, el precio medio ronda los 45 euros. La mayoría de los restaurantes han repercutido el incremento de los costes, aunque sea de forma mínima. «Es inevitable», advierte Castellanos, a la vez que garantiza que este aumento será recompensado con un servicio más cuidado, profesional y «de categoría».

Esta situación ha afectado a las economía domésticas, pero los hosteleros apenas reciben peticiones de clientes dirigidas a un mayor ahorro. «La gente quiere disfrutar de aquellos días que se perdieron por la pandemia», considera Óscar Calle. En esta misma línea se posiciona el director del Hotel Cándido: «No se sabe qué pasará en enero, pero se está tirando la casa por la ventana», declara. No hay un futuro claro. En un principio, la recesión prevista a partir de enero en el sector no va a llegar, según la Confederación Empresarial de Hostelería de España. Al menos, durante el primer semestre. «La vamos a salvar», concluye el presidente de Hotuse.