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La hostelería de Segovia está tocada, pero no hundida. El coronavirus ha sido un torpedo en la línea de flotación de la actividad de bares, restaurantes, locales de ocio nocturno y alojamientos urbanos y rurales, pero también ha dañado todo el engranaje de esta pesada maquinaria que mueve el 15% del Producto Interior Bruto local, aproximadamente. Proveedores, distribuidores, ganaderos y agricultores son los otros damnificados del parón obligado de este motor económico que acumula más de dos meses de cero ingresos, recuerdan los representantes de las diferentes familias que integran este sector.
Todos se han unido ante el Acueducto, símbolo de la resistencia que quieren presentar antes las adversidades, para reivindicar medidas que devuelvan el pulso a la hostelería. El presidente gremial en la provincia, Enrique Cañada, ha advertido con datos de los daños ocasionados por la pandemia y por el cese de trabajo durante el estado de alarma decretado por el Gobierno de la nación el 14 de marzo. En Segovia, alrededor de 6.000 personas trabajan directamente en el sector. De ellos, entre el 90% y el 95% están afectados en mayor o menor medida por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Esta estimación del presidente de la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia y Provincia (AIHS) equivale a decir que en torno a 5.500 empleados han visto reducida su nómina y su poder adquisitivo, con la incertidumbre añadida de desconocer a ciencia cierta cuándo y cómo saldrán del expediente inmediato y si habrá vida laboral más allá de este túnel en el que se encuentran inmersos los negocios.
Cañada calcula en la provincia segoviana hay más de 1.400 establecimientos dedicados a este sector, fundamentalmente bares y restaurantes, pero también hoteles, hostales, casas rurales... Si no surten efecto las reclamaciones y las administraciones no toman medidas, el presidente de la AIHS revela que «el 20% de los establecimientos cerrará». Es decir, que si las ayudas y los turistas no llegan a tiempo, la hostelería de Segovia podría perder unos 300 locales.
La agrupación segoviana se ha unido a las reivindicaciones lanzadas a nivel nacional por la asociación estatal. Cañada ha leído el manifiesto, apoyado por las Asociaciones de Cocineros, de Camareros, de Sumilleres, por representantes de los alojamientos y también por una delegación de la hostelería que trabaja en el medio rural.
Fundamentalmente, el colectivo reclaman «mayor certidumbre en torno a distintas cuestiones como la concreción de planes de promoción turística; mayor claridad y transparencia para planificar las distintas fases de la reapertura, y la creación de una mesa negociadora con el sector hostelero y turístico para definir la flexibilización de los ERTE» con el fin de conseguir una prórroga para el sector ya que el actual plazo expira con al entrada de junio.
El manifiesto leído por el presidente gremial también solicita que «se fije la distancia de seguridad como criterio para determinar el aforo de los establecimientos, algo que se ha hecho en todos los países europeos en sus procesos de desescalada, excepto en España y Portugal, donde se han establecido aforos, sumados a la distancia mínima interpersonal».
Por otro lado, el sector solicita «el establecimiento de microcréditos, en torno a 25.000 euros de rápida concesión, así como nuevas líneas de financiación, puesto que «las líneas ICO no son suficientes para el perfil de establecimiento hostelero que impera, compuesto principalmente por pequeñas empresas, micropymes y autónomos». En este sentido, el sector hostelero y turístico demanda, entre otras mejoras, la ampliación de las líneas de avales y préstamos al 0% ó 0,25% sin condiciones.
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