Ahora que llega el buen tiempo todo el mundo busca tomar una cerveza en una terraza, pero pocos son los que quieren ponerse detrás de la barra. En la ciudad de Segovia, los propietarios de bares y restaurantes están encontrando severas dificultades para reforzar sus ... plantillas este verano. Necesitan personal pero no lo encuentran y, pese a que no es una situación nueva, muchos han notado que se ha acentuado en estos dos años marcados por la pandemia.
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Jesús Castellanos, presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), apunta que contratar camareros o personal de cocina «es prácticamente una misión imposible» y confirma que es un «problema generalizado» en toda España. «Llevamos desde junio del año pasado con esta situación», dice, recordando que la comunidad autónoma que dio la voz de alarma fue Cataluña; tras ella, la problemática se fue expandiendo por el resto del país. Segovia, una ciudad en la que el sector hostelero es el principal motor económico, no ha sido una excepción.
En estos momentos, en plena temporada alta, reconoce que esta es una de las mayores preocupaciones del sector, que busca personal cualificado o «por lo menos gente que tenga ganas de trabajar». «Vemos que hay una carencia de personal cualificado. Hay negocios que han tenido que recortar terrazas y comedores porque no tienen personal», explica.
Aunque admite que desconoce exactamente los motivos, el presidente de Hotuse cree que una de las razones de esta situación puede ser el tipo de horarios que se demandan. «Creemos que a las nuevas generaciones les cuesta muchísimo no solo trabajar en hostelería sino trabajar en temporadas altas, como puede ser el verano. Somos un sector que trabajamos fines de semana y festivos: cuando los demás se divierten, nosotros trabajamos. Y eso hace complicado que hoy en día encontremos personal», apostilla.
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«Tenemos que afrontar este problema y hay que hacerlo ya»
Para Jesús Castellanos, presidente de Hotuse, la solución pasa por crear una bolsa de trabajo de personas extranjeras y facilitarles al mismo tiempo el acceso a la vivienda para que puedan dedicarse a la hostelería. De hecho, esa es la propuesta que ya acordó esta asociación con la Consejería de Trabajo de la Junta de Castilla y León el año pasado (liderada en aquel momento por Ciudadanos), pero el proyecto nunca llegó a ponerse en marcha debido al cambio de gobierno en la administración autonómica. «Tenemos que afrontar el problema y afrontarlo ya. Si no tienes personal, no puedes atender todo lo que querrías», afirma tajante Castellanos.
Andrés Ortega, presidente de la Federación de Empresarios de Segovia (Fes), también reconoce que los puestos relacionados con la hostelería se encuentran entre los más ofertados de la provincia. Así lo refleja, de hecho, una encuesta realizada recientemente por la entidad.
A su juicio, la explicación de esta falta de interés por parte de la sociedad en estos puestos de trabajo «no es sencilla», pero señala que la pandemia y los nuevos hábitos de vida «han influido mucho». «Esa conciliación laboral que las personas buscan ahora les ha hecho reflexionar sobre el puesto de trabajo que quieren», subraya.
Sin embargo, esta falta de personal no es un problema que afecta solo a la hostelería. También a muchos otros sectores como la construcción (se necesitan maquinistas especializados en movimientos de tierra, peones de electricidad y peones fontaneros), la madera (conductores, aserraderos, cerrajeros y carpinteros), el sector mecánico (mecánicos de maquinaria agrícola, chapistas y pintores), el sector ganadero (peones agrícolas y ganaderos), el sector del transporte (conductores y repartidores) y el sector industrial (técnico de mantenimiento).
De todas estas profesiones, en especial la última, hay multitud de vacantes en diferentes empresas de la provincia segoviana: el problema es que no hay candidatos que quieran ocupar este tipo de puestos. «Lo que no estamos consiguiendo es que la oferta y la demanda casen», termina Ortega.
En el Mesón El Pleno necesitaban incorporar a dos personas a turno completo desde hace varias semanas (actualmente son tres personas en plantilla). «Estamos buscando y no venía nadie con experiencia», afirma Marina Lázaro, responsable del local, quien relata que, a las puertas del verano, «ya no da tiempo a enseñar» a los candidatos que no han trabajado nunca en este sector.
Con la llegada del calor, El Mesón ha abierto también sus dos terrazas, pero para atenderlas haría falta contratar a una persona adicional. La encargada cree que los estudiantes que han terminado el curso académico podrían interesarse en este tipo de puestos, pero insiste en que preferiría profesionales cualificados.
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Para Lázaro, esta situación es nueva: «Antes, cuando necesitaba camareros, me llegaban muchos currículums. Ahora, llevo más de un mes y no ha venido nadie», compara, añadiendo que el resto de establecimientos están sufriendo la misma situación: «Estamos todos igual».
En su opinión, las razones de esta carencia de personal son varias. «Es un sector en el que se trabaja por necesidad o porque te gusta. Yo entiendo que son muchas horas y, mientras la gente está pasándoselo bien, tú estás trabajando. Al final te acabas cansando y te quema», apunta. Por otro lado, argumenta que la pandemia puede haber impulsado a la gente a replantearse su carrera profesional y dirigirla hacia nuevos caminos laborales.
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Sin embargo, Marina Lázaro mantiene un tono esperanzador: espera encontrar a alguien y «poder sacar estos meses adelante». De lo contrario, tendrá que cerrar la terraza, algo que también podría pasar en el restaurante El Jardín, que tiene esta misma situación. El establecimiento, situado en el polígono de Hontoria, cuenta actualmente con seis empleados y contaba dos vacantes libres para el puesto de camarero.
A peor con el tiempo
Vicente Moreno, fundador y encargado del establecimiento, ha estado buscando profesionales desde después de Navidades para ofrecerles un contrato fijo, no solo para la temporada veraniega. «Me hacen falta dos personas ya», dice.
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Pero no ha encontrado a ningún candidato. «La gente huye de trabajos como los de la hostelería. A gente joven no le llama», lamenta. «En el sector sí es cierto que puede que haya algún abuso, pero es una mínima parte. La mayoría de hosteleros actuamos de forma legal», declara.
En los restaurantes que se sitúan a las afueras de Segovia, como este, siempre ha sido algo más dificultoso encontrar personal de hostelería, pero ahora la situación es más compleja que hace unos años, según explica. «No veo un futuro halagüeño al sector».
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Bares y restaurantes ya aceptan profesionales no cualificados
Daniel Rodríguez, encargado de El Secreto de San Clemente, comenta que comenzaron a notar las dificultades de contratar profesionales hace algo menos de un año, aproximadamente desde finales del verano pasado. Desde entonces, están buscando al menos cuatro personas, principalmente para la temporada estival aunque luego la idea es que se queden todo el año. «Parece que la gente no quiere trabajar en este sector», afirma Rodríguez, quien percibe cree que la gente prefiere optar por otro tipo de empleos.
En este restaurante aceptarían a «cualquier persona con iniciativa y ganas», como declara Rodríguez. No importa si tiene experiencia o no en el sector hostelero, lo que valoran realmente es «que quiera aprender».
Si bien en principio no van a cerrar terrazas ni reducir horarios, en El Secreto de San Clemente necesitan alguna mano más para liberar de carga a los empleados fijos que llevan años desempeñando su labor en este local. Lamentablemente, no están encontrando esa mano de obra de apoyo pero afrontan el futuro con optimismo. «El personal que tenemos está perfectamente cualificado, así que sacaremos nuestro trabajo como podamos», concluye Rodríguez.
Caso curioso es el del restaurante La Codorniz, donde no hay problemas relacionados con la falta de personal. Aun así, el encargado, Víctor Uszyñski, conoce de cerca la situación que está viviendo la hostelería y señala: «Hay muchos restaurantes que tiene problemas para encontrar el personal adecuado. Poca gente que quiere trabajar en hostelería por razones de horario, por razones de atención al cliente. Intenta trabajar en sectores más llevaderos, menos duros».
Ante este escenario, Moreno dice que se han visto obligados a tomar la decisión de cerrar el establecimiento los lunes por la tarde para que descansen los trabajadores cuando, hasta ahora, nunca habían tenido esa necesidad porque se podían establecer turnos. «Este verano, las terrazas que tenemos igual toca cerrarlas. Si no encuentro personal, no voy a poder tener abierto tantas horas», apostilla.
En lo relativo a la recién implantada reforma laboral, Vicente cree que hay empleos que tiene carácter temporal y no deberían exigir un contrato fijo. «Hay que reconocer que hay trabajos eventuales o de temporada que van a existir toda la vida», opina haciendo referencia a los empleos vinculados a determinadas épocas.
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