La hostelería reduce horarios, terrazas y comedores por la falta de personal
Segovia ·
Los empresarios del gremio advierten de la pérdida de profesionalidad ante la «desesperación» que supone encontrar trabajadoresSegovia ·
Los empresarios del gremio advierten de la pérdida de profesionalidad ante la «desesperación» que supone encontrar trabajadoresLa búsqueda de personal que trabaje detrás de la barra o al frente de los fogones se ha convertido en una auténtica odisea para los negocios hosteleros de la provincia. La falta de camareros se ha agudizado tras la reapertura de los establecimientos por la ... pandemia y, a las puertas del verano, las ofertas laborales se disparan sin arreglo a la demanda. Los empresarios segovianos aseguran estar «desesperados» ante esta situación y advierten de la pérdida de profesionalidad en el gremio, lo que pone en tela de juicio la supervivencia de bares y restaurantes.
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La Semana Santa es el preludio de la temporada alta de la hostelería y, ante ello, empiezan a proliferar los carteles en escaparates de multitud de locales que anuncian la necesidad de incorporar nuevos empleados a la plantilla. En algunos casos, las ofertas de trabajo han permanecido expuestas durante todo el año. También han abundado en diversos portales digitales y muchas no han recibido respuesta durante meses.
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El presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse-Aihs), Jesús Castellanos, achaca esta situación al «gravísimo problema» existente en la provincia a la hora de encontrar personal. A su juicio, es una situación generalizada en el país y en otras profesiones. «Nadie quiere trabajar, es algo estructural», insiste.
Castellanos reconoce que la hostelería implica esfuerzo y sacrificio, como es el trabajo en fines de semana y días festivos. Pese a ello, el convenio colectivo recientemente aprobado es el «más potente a nivel salarial» del gremio en toda Castilla y León, asegura. «La subida del sueldo es del 13% en los próximos años», detalla el hostelero, de ahí que se muestre sorprendido por esta coyuntura. «Algo está pasando y ya no es por los salarios», asevera.
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Hotuse lanza un grito de 'SOS' por este problema que pone al límite la actividad de muchos negocios y les anima a elevar sus quejas para visibilizar esta situación «límite». Si esta falta de personal no se resuelve, las perspectivas son de lo más pesimistas en un futuro próximo. «Sobre todo en Segovia, que somos la joya de la corona en lo que respecta al turismo: no sé como vamos a poder trabajar», enuncia el presidente de la entidad.
Según advierte, hay varios restaurantes que han reducido sus terrazas, comedores y horarios de apertura porque no tienen camareros o cocineros. De modo parecido, otros se han visto obligados a cerrar un día a la semana o dar vacaciones a todos los empleados en el mismo mes porque no hay posibilidad de establecer turnos al carecer de suficientes trabajadores.
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Jesús Castellanos
Presidente de Hotuse
Aunque los más afamados restaurantes y populares bares eviten ornamentar en sus cristaleras con oportunidades de empleo, Castellanos indica que las vacantes de personal afectan la mayoría de los establecimientos de la ciudad, desde los barrios hasta la Plaza Mayor. «Mientras el problema en las cocinas y tras las barras es grande, en sala es terrible», apostilla. Comienza la cuenta atrás. El mensaje empleado en estas ofertas ya no es «se busca», sino «se necesita».
La supervivencia de muchos negocios depende de que esta escasez de trabajadores se resuelva cuanto antes. Esto se traduce en una «desesperación» por parte de los empresarios en las contrataciones, lo que en ocasiones «pone en cuestión la profesionalización» al no disponer de camareros formados o con experiencia en hostelería. «Ya no se busca a un profesional, sino a gente que te haga un servicio básico, con el que no estamos atendiendo a la clientela como se debería. Pero no hay otra», lamenta el presidente de Hotuse.
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La dificultad se presenta en todos los campos, ya sea en la modalidad indefinida, temporal o simplemente para horas extra. Un problema añadido que Castellanos observa es que la concepción que existe entre los recién contratados es que la hostelería es una labor eventual. «No están para quedarse y la gente no se implica ni está ilusionada», refiere. Nada que decir sobre la vocación. Simplemente orientan su búsqueda a personas que «quieran trabajar y cumplir con ello», añade.
5.812 personas desempleadas
contabilizó la provincia de Segovia el pasado mes de marzo.
Los hosteleros no encuentran una solución certera para este inconveniente que hace tambalear los negocios en pleno periodo de recuperación tras la pandemia. La petición de ayudas ante inflación en los productos y la subida de los costes energéticos es una de sus más importantes reivindicaciones. En los próximos meses, y de cara al verano, la falta de personal se sumará a otra de sus tantas preocupaciones.
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Castellanos apuesta por medidas drásticas dirigidas a cubrir las vacantes. Por ejemplo, aboga por interrumpir la concesión de cualquier tipo de ayuda a las personas inscritas en el paro -en Segovia, un total de 5.812- que rechacen un puesto de trabajo. De esta manera, «habría una necesidad de trabajar», concluye.
La dificultad para encontrar personal está presente en los negocios hosteleros, sobre todo si se buscan trabajadores cualificados. El propietario del restaurante La Concepción, Francisco Javier del Álamo, se muestra tranquilo al contar con una plantilla «más o menos estable». «Si se me cayera alguien, sería muy difícil contratar», lamenta. Precisamente, pretende incorporar a su establecimiento a un nuevo trabajador durante el verano y la búsqueda ya ha empezado. «Hay que planificar mucho y, en todo caso, encontrar gente formada es imposible. La tienes que enseñar tú un poco a tu medida y eso lleva tiempo», subraya. A su juicio, la contratación de empleados es más fácil para las horas extra. «Suele ser gente que se dedica a otras profesiones o estudiantes», añade. Pese a ello, reconoce que la hostelería es un trabajo «muy sacrificado», cuyos horarios obstaculizan la conciliación familiar. «Una solución sería dignificar un poco la profesión en este sentido», propone.
La llegada de la primavera es el preludio de la cascada de contrataciones de nuevos trabajadores hosteleros de cara a la temporada alta durante el verano. «Es una pena, pero es una realidad: hay falta de camareros», indica José Gabriel Cobos, propietario del Bar Bahía. Este negocio ha comenzado el proceso para sumar un empleado a la plantilla, pero no está siendo fácil. «Encuentras muy poquita gente», lamenta. De hecho, remarca que si no fuera por personas de nacionalidad extranjera, «estaríamos cerrados más del 70% de las empresas hosteleras». La oferta supera a la demanda, por eso Cobos se sorprende ante el número de personas desempleadas. «Hay gente que dice que se paga poco y se trabaja mucho, pero ya no es como antes, donde se echaban de 12 a 14 horas; ahora se hacen jornadas más cortas», defiende. «Aquí hay algo que no está funcionando», avisa.
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