Segovia

La hostelería confía en 'hacer el agosto' con reservas de última hora y turismo extranjero

La inflación ha hecho mella en el bolsillo de las familias. El precio de los alojamientos se ha encarecido entre un 15% y un 20%, calcula el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse-Aihs), Jesús Castellanos. A ello se suman los gastos del transporte. Los hosteleros segovianos esperaban que, para ajustarse al presupuesto, los veraneantes decidieran planificar sus vacaciones en las provincias más próximas.

Es un vaticinio que se ha cumplido tan solo de forma parcial, ya que son muchos los turistas que han buscado la playa en detrimento del interior. Al menos, por el momento. El objetivo primordial ha sido huir de las altas temperaturas, que se han hecho notar estos días con gran intensidad. «Las olas de calor no nos benefician nada a la hostelería», considera la presidenta de Festur, Rocío Ruiz. «En verano hay más opciones para viajar y eso influye», señala el presidente de la Asociación de Turismo Rural y Activo en Segovia, Gerardo Otero.

Algunas de las reservas de las que se han beneficiado los hoteles y alojamientos rurales segovianos a lo largo de julio han estado protagonizadas por viajeros que hacen escala entre su lugar de destino y origen. «Estamos en el centro y la gente, además de elegirnos por la gastronomía y riqueza cultural, decide hacer una parada antes de seguir hacia el norte o el sur», explica Ruiz.

En este sentido, el balance que realizan los hosteleros en la mitad del verano es positivo. Los comedores han estado a rebosar en numerosas jornadas y son muchos los alojamientos que en momentos puntuales han tenido que colgar el cartel de completo, sobre todo en la capital. No obstante, «no ha sido un mes para batir récord», subraya la presidenta de Festur.

Miles de turistas han paseado por las calles de Segovia estas semanas, pero no se espera rebasar las más de 44.700 pernoctaciones que se contabilizaron en el mismo periodo de 2022. El gerente de Hotuse-Aihs, Javier García Crespo, insiste en que la afluencia de público a lo largo del verano no es tan destacada como en los puentes, la Semana Santa o incluso la época navideña. «Ahora el turismo es más fluido, más familiar y de interior; aunque intenso, no deja de ser un goteo», sostiene. «Estamos ganando sitio poco a poco, pero evidentemente se busca más la playa», reitera.

Las expectativas eran buenas, pero comedidas, un pronóstico que finalmente se ha cumplido. No se pretendía superar las cifras del ejercicio anterior, sino igualarlas. Las previsiones que tenía el turismo en los pueblos más pequeños no eran muy favorables, ya que «aquí el verano nunca es fuerte, es mucho mejor la primavera o el otoño». El turismo activo es la única excepción a la regla. La temporada estival es su «época fuerte», ya que las empresas dedicadas a organizar rutas en piragua, de senderismo o actividades multiaventura se encuentran a pleno rendimiento.

En el resto de modalidades de turismo rural, Otero reconoce que las primeras semanas de julio «han estado muy flojas», por lo que se confirman peores resultados que otros años. «No sé si achacarlo al calor o a la Eurocopa, pero se ha notado que la gente no ha decidido irse de vacaciones hasta los últimos días del mes», manifiesta.

Los alojamientos que suelen tener más éxito son los que cuentan con piscina y, en este caso, «han quedado muchos huecos» en las agendas de sus propietarios. El portavoz del turismo en el medio rural hace hincapié en que los negocios persiguen compensar la menor llegada de viajeros en los meses estivales con estancias más largas.

«La pernoctación ha aumentado un poco entre semana», afirma. El resto del año las casas rurales se nutren fundamentalmente de las jornadas festivas o no hábiles. En esta ocasión, «ha habido menos reservas y de menos días: están siendo cortas y pocas», lamenta Otero. Por ejemplo, el visitante madrileño que reservaba una habitación en la zona de la sierra para esquivar las noches más tórridas y poder dormir no ha sido un cliente tan frecuente como en ocasiones anteriores. «Vienen mucho menos, no sabemos el motivo», declara.

Los representantes hosteleros llegan a considerar determinante el clima a la hora de valorar unos buenos o malos resultados. El verano permite hacer mejores ofertas «al no tener que encender la calefacción», lo que supone un ahorro en gasto de suministro. Esto puede cambiar en el futuro, ya que la existencia de aire acondicionado en un alojamiento se ha convertido en una demanda destacada en el periodo más reciente. «Es algo que el cliente reclama cada vez más; notamos que se soporta menos tanto el calor como el frío», señala.

El factor de las reservas de última hora también es decisivo, según coinciden los representantes del gremio. Se trata de un hábito extendido a raíz de la pandemia que dificulta acertar en las previsiones. «Algunos visitantes ni siquiera llegan con reserva; vienen de Madrid en una escapada rápida y eligen en el momento el lugar en el que quieren comer», sostiene la presidenta de Festur. El madrileño es el perfil de turista más destacado, pero cada vez adquiere mayor presencia el internacional. «Lo hemos recuperado tras la pandemia, hay mucho público extranjero y ha sido determinante a la hora de cerrar julio con buenas cifras», estima.

«Quiero ser optimista y creer que vamos a cumplir con los pronósticos que teníamos antes del verano», subraya la presidenta de Festur. Con ello, se refiere a que agosto mejorará los resultados de su predecesor. Otero también prevé cierta mejoría, lo que corrobora a su vez García Crespo. «Siempre tiene más tirón», asevera el representante del turismo rural, ya sea por las fiestas patronales, el repunte de precios en la costa o los reencuentros familiares al coincidir los días de vacaciones.

Los hosteleros depositan su total confianza en el puente de La Asunción, que dará comienzo el próximo día 15. «Está justo en la mitad del mes y son cuatro días; si los alojamientos consiguen sumar una reserva en esas fechas y otra estancia de cinco días, se podría hacer un mejor balance que en julio», se alegra.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó hace tan solo unos días la encuesta de ocupación hotelera, que permite comprobar que junio consiguió batir el récord de mayor número de viajeros desde que se tienen registros en 1999. Cerca de 64.000 personas visitaron la provincia, lo que supone un aumento del 44% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, una cuarta parte de los visitantes procedían de otros países. Este último parámetro es el que ha permitido sobrepasar las anteriores marcas.

La capital segoviana no se comportó del mismo modo. El incremento tiene que ver con la subida del turismo nacional en 3.000 personas respecto a junio de 2023. Mientras, caen las reservas de apartamentos turísticos y casas rurales, ya que son tipologías de alojamiento que tienen su pico de visitantes en las fechas más frías del año.