Fuentes sanitarias informan de que la dotación original de la UCI, compuesta por diez camas que eran con las que contaba este área antes de que irrumpiera la pandemia, pasará a acoger solo a los pacientes en estado crítico a raíz de las complicaciones patológicas causadas por el coronavirus; mientras que la ampliación que se hizo en la unidad, dotada de seis estancias, se desinfecta y limpia para acoger la asistencia a los casos que no son covid pero cuyos diagnósticos también necesitan de la atención de Cuidados Intensivos.
Hay que tener en cuenta que reorganización contempla la opción de desdoblamiento de puestos, con la que disponibilidad de la unidad crecería y se reforzaría con tres camas más. En total, la UCI dispone de 19 plazas para los enfermos críticos.
Asimismo, este movimiento de fichas no afecta, por el momento, a las estancias que se habilitaron en el área de Reanimación. Ese sería el siguiente paso, de continuar la tendencia de disminución de la presión sanitaria propiciada por el empuje del coronavirus, ponen de manifiesto fuentes de la Gerencia de Asistencia Sanitaria.
De momento, la función y disponibilidad en Reanimación se queda como está, lo que en la cadena de causas y efectos redunda en la actividad quirúrgica, que se mantiene con solo cuatro quirófanos operativos, a expensas de que la progresiva vuelta a la normalidad recupere salas de operaciones y, por tanto, aumente el ritmo de cirugías para aliviar la lista de espera acumulada por la contingencia derivada de la pandemia.