Segovia

El Hospital General rebaja las cirugías pendientes a niveles de hace 27 meses

No fue posible en el apretado plazo establecido por el presidente regional; pero la gestión del primer trimestre ha logrado que el Hospital General roce con los dedos el objetivo.

A finales de este marzo, el conjunto de especialidades arrastraban una demora media de 64 días. La tendencia de los últimos meses continúa ganando terreno a las esperas que se habían alargado sobremanera entre 2021 y parte de 2022, aún influenciadas y aumentadas por las ondas expansivas de la pandemia del coronavirus en la actividad sanitaria ordinaria.

Esos dos meses y cuatro días que tarda de media un paciente en la provincia en ser operado es el menor retraso acumulado desde hace tres años. En el primer trimestre de 2020, justo antes de la crisis sanitaria desatada por la covid, la tardanza media era de 57 días. Luego, el sistema se volcó en tratar de contener las oleadas de la pandemia. Fue, como lo definió el anterior gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia, Jorge Elízaga, la «tormenta perfecta» para que las listas de espera se dispararan lastradas por la acumulación de consultas durante meses dado que muchos especialistas y el servicio de Radiodiagnóstico se dedicaron a combatir el coronavirus.

El portal Salud de Castilla y León da fe de la mejoría a través de los números, que radiografían la situación en la que afronta la sanidad pública provincial este trimestre primaveral antes de la temporada veraniega, en la que la actividad asistencial especializada suele resentirse y sufrir una desaceleración como consecuencia de las vacaciones a las que tienen derecho los profesionales. Este freno también se nota en los quirófanos.

De momento, entre enero y marzo, el Hospital General ha logrado disminuir la lista de pacientes en espera de una operación hasta dejarla en 1.717 personas. Para hacerse una idea del acelerón, son 517 menos que las que había a las mismas alturas del calendario el año pasado, lo que equivale a un descenso del 23% en doce meses. Si la comparación se realiza con el trimestre anterior, la curva acentúa su bajada. La cartera de operaciones pendientes se vació en 141, lo que significa una reducción del 7,5%, como se deduce de os datos de la Consejería de Sanidad.

La maquinaria en la que encajan las piezas de las consultas externas, las pruebas diagnósticas y las cirugías funciona está más engrasada y trabaja más fluida, sin los palos en las ruedas de la covid-19. Una vez pasadas las páginas más graves y acaparadoras de la crisis sanitaria, el engranaje se ha reajustado de tal forma que la nómina de pacientes que aguardan entrar en quirófano está a niveles de hace 27 meses. Desde el mes de diciembre de 2020 la lista no estaba tan aliviada de demoras.

El plan de choque para reducir las listas de espera quirúrgicas empieza a recoger los frutos deseados, aunque sea tres meses más tarde de lo deseado. Las conocidas como peonadas consistentes en la apertura de las salas de quirófanos durante las tardes comienzan a surtir efecto gracias a los sacrificios remunerados de los profesionales sanitarios que se han sumado voluntariamente a la misión.

Cabe matizar a este respecto que en agosto del año pasado hubo un periodo en el que esta medida quedó suspendida temporalmente. La causa fue el problema detectado en algunos complejos hospitalarios de la comunidad autónoma, entre los que estaba el segoviano. No se realizaban todas las intervenciones que se podía durante las mañanas, por lo que quedó denegado el autoconcierto.

El gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia, Luis Gómez de Montes, ya avanzó durante la aplicación del plan de choque que las peonadas iban a proseguir a lo largo de los primeros meses de este 2023. Para abonar el coste de la apertura de quirófanos durante el turno de tarde y para sufragar los gastos aparejados a la otra baza utilizada por la Administración para reducir las listas de espera quirúrgica, que es la externalización de procesos mediante la colaboración con la sanidad privada, existe un «paquete de recursos financieros» habilitado por el departamento de Servicios Centrales de la Consejería de Sanidad, como también puso de manifiesto el responsable de la gestión sanitaria en la provincia.

En cuanto a los conciertos suscritos para aliviar las demoras van en una doble dirección. Por un lado, se ha apostado por derivar a la privada operaciones de determinadas especialidades más congestionadas y procesos muy específicos, como por ejemplo casos concretos de hernias o prótesis de cadera en la fase de las consultas que se llevan a cabo en el preoperatorio. Por otro lado, también se ha agilizado el estudio y lectura de pruebas radiodiagnósticas que previamente se han llevado a cabo en el servicio del complejo asistencial de referencia en la provincia. En este último caso son varios centenares de valoraciones que se han externalizado al centro médico Los Tilos, en la capital segoviana, para evitar ralentizaciones y atascos y para ganar en cercanía.

La adopción de medidas extraordinarias para reducir la tardanza acumulada en pasar por el quirófano tiene un precedente no muy lejano cuando la Junta activó el Plan Perycles. Fue en 2016 y su horizonte temporal inicial era 2020. Entonces, Sanidad cumplió el objetivo un año antes. En Segovia, en un trienio disminuyó la cifra de operaciones pendientes en un 30%, pasando de algo más de 1.750 pacientes en espera a los 1.221 que había al echar el cierre a 2018. La tardanza media se recortó en 18 días, quedando en 48 jornadas tras tres años de estrategia.

Esto quiere decir que al plan de choque emprendido a mediados de 2022 todavía le queda camino por recorrer para igualar e incluso rebajar las demoras alcanzadas mediante la aplicación de las medidas del Plan Perycles a la hora de entrar en quirófano en Segovia.