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fernando de la calle
Nava de la Asunción
Domingo, 16 de septiembre 2018, 18:27
La localidad de Nava de la Asunción vivió este sábado el inicio oficial de sus fiestas patronales con el lanzamiento del chupinazo desde el balcón de la Casa Consistorial y el estallido de júbilo de cientos de peñistas, vecinos y visitantes. El calor ... también se convirtió en protagonista y decenas de jóvenes, acompañados por la música de las charangas, acabaron pidiendo agua por los balcones del recorrido tradicional. Muchos de ellos terminaron en el pilón del Caño del Obispo.
Los actos en honor al Cristo de la Expiración comenzaron la noche del viernes con un homenaje a los 50 encierros nocturnos celebrados desde que en 1969 el alcalde de entonces, Serviliano García de Castro, decidiera dar un impulso a la nueva plaza de toros ideando la celebración del primer encierro de estas características en la provincia. «Hemos querido tener un cariñoso recuerdo para los que entonces se les ocurrió la idea, algunos ya fallecidos, que contribuyeron a crear un encierro nocturno que ha llegado a cincuenta ediciones. Y a todos los que lo continuaron y hemos seguido tras ellos haciéndolo», destacó el alcalde de Nava, Juan José Maroto, poco antes de descubrir la placa conmemorativa junto al recorrido del encierro y la Plaza del Caño. El Ayuntamiento ha elegido un sitio céntrico «para que se vea la placa y sea un homenaje a estos hombres que trabajaron por ello y una imagen de lo que es un encierro nocturno y todo el mundo sepa que fuimos pioneros en toda la provincia», subrayó Maroto.
En este emotivo acto estuvieron presentes tres concejales que formaban parte de la corporación cuando se celebró aquel primer encierro de noche. «La idea fue de Servis [Serviliano García] y nosotros le apoyamos. Aquella noche no veas como caía agua. Y la gente esperando a que soltaran los toros, pero los toros no estaban en Nava. Se habían perdido con el camión que los traía de Madrid y no llegaban», recuerda Arturo Rubio, de 79 años y concejal del ayuntamiento en esa época. Juan Casado, que en la actualidad tiene 89 años, y Primitivo García, de 86, también formaban parte de la corporación en aquel momento. «Tuvimos que ir a buscar a los toros el cura, don Félix y yo. Conseguimos que llegaran casi a la una de la mañana», relata García, quien rememora cómo fueron aquellos años con la nueva plaza de toros aún de madera. «Se hicieron los nuevos toriles cerca de la ermita y un toro le dio una cornada grave a uno de Santa María en las Cuatro Calles», afirma.
El encierro nocturno de Nava de la Asunción poco a poco fue adquiriendo notoriedad en toda la comarca, convirtiéndose año tras año en punto de reunión de miles de aficionados y en el festejo más popular y multitudinario de La Función navera.
A lo largo de este medio siglo, el encierro ha deparado innumerables incidentes. El más grave fue el fallecimiento de un joven por la cornada de un astado a principios de los años 90. Aunque no mortales, ha habido cornadas a otros corredores e incluso a algún vecino tras entrar alguna res en un portal. En el encierro de 2010, un toro llegó a escaparse tras destrozar el doble vallado instalado. Tras varios momentos de pánico, se le pudo hacer volver al recorrido.
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