Las Hoces del Duratón inspiran el belén monumental segoviano del Seminario

El belén recorre el Duratón y 'visita' al detalle lugares y templos reconocibles que se alzan a su paso, aunque algunos estén abandonos y en avanzado estado de ruina. El autor reproduce con mimo y al detalle la iglesia del Salvador o la fuente de la salud, en Sepúlveda; el convento de Nuestra Señora de los Ángeles, en Sebúlcor; la ermita de San Frutos, o las tres 'ermitonas' de San Miguel de Bernuy. La Cueva de los Siete Altares es el lugar donde Jimeno sitúa el nacimiento, y termina este itinerario en la muralla sur de la villa de Fuentidueña. En cuanto a los hitos reconocidos de las Hoces del Riaza, el belén recoge la escondida ermita del Casuar y el pilón de Riaza.

«En todos los elementos están los consagrados», como las samaritanas que ahora habitan la Fuencisla o el monje franciscano que saluda la llegada a San Frutos. Los misterios propios del nacimiento se alojan a lo largo de este itinerario que Jimeno ha llamado 'El alma del Duratón'. El autor subraya que este belén es «un canto a los consagrados y a la espiritualidad de los segovianos». En esa cuidadosa reproducción, además de las figuras de preciados belenistas como Mayo Lebrija, Montserrat Ribes o las imágenes de Olot, también hallan cobijo animales de la fauna propia de las hoces, como buitres, águilas y búhos reales o nutrias.