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Uno de los dos esqueletos encontrados a escasos metros del Acueducto. Foto cedida por Pilar Barahona
El hallazgo de dos esqueletos obliga al control arqueológico en la ampliación del Mesón de Cándido

El hallazgo de dos esqueletos obliga al control arqueológico en la ampliación del Mesón de Cándido

Patrimonio aprueba el informe técnico de los sondeos, que han sacado a la luz restos humanos de la época medieval y una estructura hidráulica

Carlos Álvaro

Segovia

Sábado, 20 de junio 2020, 09:31

La Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León aprobó ayer el informe técnico de la actividad arqueológica vinculada al proyecto básico y de ejecución de la ampliación del Mesón de Cándido, en el edificio que en su día ocupara el restaurante La Criolla, en la calle Teodosio el Grande, a escasos cinco metros del Acueducto.

Los sondeos previos al comienzo de las obras, dirigidos por la arqueóloga Pilar Barahona, han sacado a la luz restos arqueológicos de interés. En el primero se localizaron superposiciones de distintas cimentaciones y pavimentos, estructuras que en algunos casos podrían alcanzar los siglos XV o XVI, y el segundo dejó al descubierto un elemento rectangular formado por gruesos muros de mampostería, cuyo revoco interior permite adivinar una función hidráulica, «aparentemente amortizada en los siglos XVIII o XIX». Por último, en la tercera intervención, bajo una potente capa de distintas unidades de relleno y escombros, se localizaron dos sepulturas de inhumación en fosas de tipo antropomorfo picadas en el sustrato geológico. Aunque están cubiertas por unidades estratigráficas con presencia de abundantes materiales romanos, cabe la duda de que estos depósitos se hallen en posición secundaria y se hubieran producido con posterioridad a los enterramientos, cuya tipología «sugiere» modelos alto y pleno medievales.

«A veinte metros de este lugar, hasta el siglo XIX, estuvo la iglesia de Santa Columba, y en Segovia hay cementerios medievales muy grandes, como el de San Juan de los Caballeros, que se extiende cien o doscientos metros más allá de la iglesia. Por lo tanto, los restos humanos encontrados podrían corresponder al cementerio de Santa Columba o guardar relación con una supuesta ermita existente en este lugar que todavía nadie ha conseguido documentar con precisión. Hasta ahora, solo se ha podido ver esqueleto y medio porque uno de los enterramientos se encuentra justo debajo de la cimentación y, lógicamente, no se ha descalzado el edificio», dijo el arqueólogo de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, Luciano Municio, tras las primeras supervisiones.

El conjunto de materiales recuperados en toda la intervención abarca una amplia secuencia temporal, desde el mundo celtíbero y romano hasta la época actual, sin adscripciones estratigráficas precisas. «No se han podido vincular de forma clara materiales con valor cronológico ni al origen de la estructura hidráulica ni a la fase de enterramientos», subraya el informe técnico. La Comisión de Patrimonio Cultural recuerda la «necesidad» de realizar un control arqueológico de todas las remociones del terreno precisas durante la fase de obras del proyecto de ampliación.

Los promotores –la familia Cándido– han financiado la excavación arqueológica preventiva, necesaria para disponer de los correspondientes permisos. Las conclusiones de los sondeos y las impresiones del propio arqueólogo territorial permitirán ver qué medidas correctoras o cautelares deben adoptarse durante los trabajos.

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