La Guardia Civil cuenta con un cuartel por cada cinco mil habitantes en la provincia

«Nosotros necesitamos potenciar el servicio sobre todo en lo que respecta a patrullas para tener gente en la calle previniendo la comisión de hechos delictivos», subraya el jefe de Personal de la Comandancia de Segovia, Salvador Rojas. De cara a garantizar una atención homogénea, los puestos abren un día a la semana, de tal forma que el vecino de cada área en que está dividida la provincia tenga un punto presencial a una distancia razonable. Para asegurar que el ciudadano no va a un puesto cerrado está el operativo de cita previa en la web de la Guardia Civil que otorga cita en un cuartel según horarios disponible. Por ejemplo, si el puesto de un pueblo abre los miércoles, elegirá la franja disponible en ese cuadrante para poner la denuncia y el agente sabe que va a recibir visita. «Es una forma de evitar esperas».

La experiencia en Segovia es que las esperas no son un problema, pero hay una excepción a la cita previa: las emergencias. «Si alguien viene a denunciar un hecho muy grave hay que atenderle primero». El ciudadano analógico ajeno a las nuevas tecnologías –un problema no menor en una provincia con una avanzada edad media– puede pedir cita a través del teléfono 062. «Eso no quita para que si tenemos una patrulla en un puesto se desplace a otro puesto a atender una necesidad urgente. Si es más o menos grave, no una pérdida de DNI. Nuestra prioridad es atender las incidencias que ocurren en la calle». La atención trata de estar lo mejor dimensionada posible con respecto a las necesidades de los ciudadanos que, con carácter general, van a encontrar franjas libres todos los días para poder interponer denuncias en los cuarteles que permanecen abiertos.

La Guardia Civil tiene órdenes de servicio específicas para combatir la despoblación. Se trata de un plan a nivel nacional para incidir en la calidad del servicio en las zonas más despobladas. En lugares en los que la densidad de población es muy baja, dar una presencia policial ostensible se hace más complejo que en los núcleos de población más habitados. Se trata por un lado acumular un mayor conocimiento de la zona y aprovechar las circunstancias; si el médico visita un pueblo una vez a la semana tratan de aprovechar que es un día activo en el municipio para llevar una patrulla a las inmediaciones. «Aseguramos una mayor presencia, que la gente vea a la Guardia Civil. Y mejoramos la sensación subjetiva de seguridad». También se aprovechan otros eventos como pueden ser mercadillos municipales o la concurrencia de otros servicios de la administración.

Entre las causas que llevan al ciudadano a denunciar, Rojas habla de un «incremento significativo» en los delitos cometidos a través de las nuevas tecnologías como las estafas en internet. O delitos menores como hurtos, daños o alguna tentativa de robos frente a robos consumados en el interior de viviendas, aunque también se da alguno. A ello se añaden delitos graves menos frecuentes como agresiones sexuales o lesiones de entidad en alguna pelea que se ha ido de mano. «Las incidencias no suelen requerir de una actuación inmediata de la patrulla porque una persona va a poner una denuncia muy grave y se encuentra con el cuartel cerrado. Eso no suele pasar».

La Comandancia de Segovia se divide en tres áreas (Segovia, Cuéllar y Sepúlveda), cada una con sus respectivos mandos. Cada puesto es independiente y tiene su propio mando, un sargento, pero esa división permite asegurar una coordinación para que cada día de la semana haya un puesto abierto de 9:00 a 14:00 horas. Además, hay una patrulla designada para atender las incidencias del resto de puestos del área que en ese momento no tengan la suya operativa. Dentro de las posibilidades, una zona puede contar con dos o tres patrullas. Toda esta organización está coordinada por la Comandancia de Segovia en busca de la reacción más inmediata. «Esa es la forma de asegurar que tenemos tomado el territorio».

La primera compañía, Segovia, tiene los puestos de Cantimpalos (miércoles), Santa María la Real de Nieva (jueves), Sangarcía (viernes), el Real Sitio de San Ildefonso (todos los días), Navafría (lunes), Navas de Riofrío (martes), El Espinar (todos los días), Otero de Herreros (miércoles), Martín Muñoz de las Posadas (lunes) y Villacastín (viernes).

La segunda compañía tiene como cabecera Sepúlveda, que antes abría las 24 horas, pero ahora abre solo por las mañanas. «Primero, por el potencial de servicio. No hay gente suficiente, hay que priorizar patrullas y estar presente 24 horas desgasta mucho el servicio. Se hizo un estudio y por la noche no había denuncias; en todo un año tuvimos tres o cuatro, así que no era eficiente». Cuenta con los puestos de Cantalejo (viernes), Turégano (lunes), Sacramenia (miércoles), Boceguillas (jueves), Riaza (viernes), Ayllón (martes), Prádena (jueves) y Pedraza (miércoles).

La tercera compañía tiene como cabecera a Cuéllar, que sí abre las 24 horas, y los puestos de mando de Lastras de Cuéllar (miércoles), Aguilafuente (martes), Fuentesaúco (jueves), Navalmanzano (lunes), Coca (martes), Nava de la Asunción (miércoles), Carbonero el Mayor (viernes) y Bernardos (jueves).