Superado el primer tercio de competición, la Gimnástica Segoviana protagoniza otra novela de suspense, como en sus dos años en Segunda RFEF. Siempre en el grupo más igualado, en el que dos partidos sirven para pasar del infierno a otear la cima de la montaña. ... El grupo V vivió otra jornada característica, con más empates (cinco) que victorias (cuatro). Es la clasificación más comprimida de la categoría, con diez puntos entre el liderato, en manos del Talavera (24) y el descenso, en 14. El cuadro de Ramsés Gil está en la clase media del pelotón, octavo con 17.
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La primera causa de la igualdad en el grupo V es que los favoritos no marcan diferencias. El Talavera, que había recuperado el liderato el domingo anterior en La Albuera, cumplió ante el Montijo, penúltimo. Pero ninguno de sus perseguidores pasó del empate. El Numancia, habituado a la amplitud de Los Pajaritos, no pudo vencer en la caja de cerillas del Adarve. Ursaria y Atlético Paso, las dos revelaciones, igualaron ante Llerenense y San Fernando, respectivamente. Así las cosas, el Illescas, otro recién ascendido, se sumó al tren de cabeza con una victoria en Guadalajara que le coloca en puesto de 'play-off'. Los toledanos son el equipo más en forma y suman 12 puntos de los últimos 15.
En ese panorama, la primera victoria a domicilio de la Segoviana desde el 26 de febrero le valió para subir un puesto, en detrimento del Badajoz, al que visita el domingo, que no pasó del empate en Getafe e interrumpió una racha de tres victorias. Los de Ramsés triunfaron lejos de La Albuera tras 11 partidos sin hacerlo y marcaron tres goles a domicilio por primera vez desde el triplete de Hugo Díaz en Leganés en septiembre de 2022. En ese archivo comprimido que es el grupo V, el cuadro azulgrana está ahora más cerca del 'play off' –a dos puntos– que del descenso. Sí hay una primera brecha con los tres de abajo. El Mensajero, el único sin victorias, tiene seis puntos, por los nueve de San Fernando y Montijo. El Cacereño, cuarto por la cola, tiene ya 13.
Ningún grupo tiene un panorama tan incierto. En el I, hay 16 puntos entre el Ourense, líder con 27, y el Real Avilés, que disputó el año pasado el 'play-off' de ascenso y ahora marca el descenso con 11. Hay nueve puntos entre la fase de ascenso y la caída a Tercera, por los cinco entre Illescas y Getafe B en el V. En el grupo II hay ya 20 puntos entre el Bilbao Athletic, que ha puesto rumbo a Primera RFEF con 31 puntos de 36 posibles, y el Brea, que marca la zona de descenso. Entre este equipo y el Logroñés, el último que disputaría el 'play-off' de ascenso, hay 11 puntos.
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El grupo III es más parejo, pero sus dos líderes –Lleida y Hércules– tiene 26 puntos, dos más que el Talavera. El margen entre la cabeza y el descenso es de 14 puntos, con un viejo conocido de la Segoviana como el Cerdanyola en mitad de tabla. Hay seis puntos entre el 'play off' y la zona roja. Una situación similar a la del IV, liderado por el Marbella (26), que suma 13 más que el Manchego, en descenso, mientras que el 'play off' lo cierra otro rival el curso pasado de los azulgranas, el Estepona, con 19.
Es la igualdad del grupo V, el de los 39 empates, un 36% de los 108 encuentros disputados. La Segoviana lleva cinco igualadas, una menos que Mensajero, Adarve, Sanse y Ursaria, que han empatado uno de cada dos partidos. Donde los detalles valen puntos.
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La Gimnástica Segoviana marcó en Cáceres tantos goles como los que llevaba en los ocho partidos anteriores. Ramsés Gil puso en valor en la rueda de prensa posterior al triunfo la sesión de finalización que sus jugadores habían tenido el sábado en el último entrenamiento de la semana. Porque el gol, aunque sea lo más caro del mercado de fichajes, también se trabaja. La fórmula no tiene secretos: tirar más para marcar más. Al equipo no le faltaban llegadas; sí quizás convertirlas en ocasiones de verdadero peligro. Ante ese diagnóstico, sus jugadores pensaron menos y dispararon más.
Los tres goles de la Segoviana en Cáceres fueron ejecuciones rápidas, acciones ante las que cabía el argumento de continuar en busca de un remate más sencillo. Empezando por el gol de Javi Borrego, que se encontró un balón por alto y lo empaló con el margen de seguridad para coger portería; sin buscar la escuadra, no dio tiempo al portero a retroceder. Como Rubén, uno de los mejores argumentos azulgranas para el tiro de precisión. El lateral recogió un balón en la corona del área y disparó con convicción un tiro colocado al palo que superó la estirada del portero. Pudo haber continuado, pero no se lo pensó. Y funcionó.
Algo parecido ocurrió con Dani Segovia, que remachó con fuerza una contra generada por sus compañeros a partir de una asociación por el costado izquierdo. Fiel a su instinto de hombre gol, un delantero más ejecutor que dinámico, todo un cambio respecto al perfil de Diego Gómez del curso pasado al que sus compañeros están empezando a acostumbrarse en un periplo azulgrana de 12 jornadas en las que es crucial marcar primero. Los cuatro triunfos segovianos llegaron cuando se adelantó en el marcador; en sus tres derrotas, encajó primero. Cuando un equipo promedia 1,08 goles a favor y 0,9 goles en contra, es mejor no confiar la suerte a las remontadas.
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