Pintada en una de las rocas, con el Monasterio del Parral de fondo. Antonio Tanarro

Segovia

Los grafitis se extienden al extrarradio y ponen en peligro el paisaje protegido

La Policía Local extrema la vigilancia en las cuevas de los Altos del Parral para prevenir «acumulaciones de gente» y atajar los actos incívicos

Martes, 28 de marzo 2023, 00:15

Los actos incívicos se propagan por el extrarradio de la ciudad con la llegada del buen tiempo y la Policía Local agudiza la vigilancia en los puntos más críticos para atajar estos comportamientos. Uno de ellos es el entorno del Alto del Parral, donde su ... patrimonio natural ha sido víctima de grafitis, hogueras y vertidos sin autorización. El Ayuntamiento de Segovia trabaja en la retirada de enseres abandonados y estudia la forma de limpiar las pintadas de las rocas de alto valor geológico.

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El Alto del Parral, que alberga parte del recorrido del Camino del Asombro, forma parte del paisaje pintoresco y disfruta de un rango de protección por sus vistas singulares, según el Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia (Peahis). Esto no ha sido suficiente para esquivar una oleada de pintadas que indican un recorrido hacia una de las cuevas y, una vez dentro de ellas, los grafitis proliferan en cada una de sus paredes.

Un viandante alertó a la Policía Local de estos actos incívicos la semana pasada. «Nos han llegado situaciones de reuniones de personas en la zona por parte de paseantes; no ha habido quejas de vecinos», subraya la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos. De hecho, el viernes se desplazaron varios técnicos municipales y agentes policiales para confirmar los hechos. «Hay pintadas en las rocas y también abandono de enseres», concreta el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo.

Una de las pintadas, de color amarillo fluorescente y en forma de flecha, se sitúa a escasos metros del Monasterio del Parral. Tras superar aproximadamente una docena de marcas con el mismo espray, ya sea en el suelo o en las paredes -donde los signos se combinan con inscripciones-, el itinerario finaliza en una de las cuevas enclavadas en las rocas. Esta es de grandes dimensiones y cuenta con varias sales, interiores o exteriores, ya que históricamente fue un espacio dedicado al cultivo de champiñones desde principios y hasta finales del siglo XX.

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Fiestas en la cueva

'Rave cave' se anuncia en uno de sus laterales, una expresión inglesa que se refiere a una fiesta multitudinaria con música electrónica celebrada de forma clandestina en una cueva, lo que es una práctica que se ha puesto de moda en los últimos años en algunos países europeos. Al lado de este anuncio y en el mismo color rosa se pueden leer tres apodos. En el interior de la caverna, la basura abandonada se combina con el polvo de la estancia, donde sus paredes también han sido víctima de grafitis de mayores dimensiones.

De no ser por los esprays abandonados bolsas llenas de plástico, cajas de tabaco vacías, restos de cristales en el suelo y miles de huellas nada parecería indicar que este lugar haya albergado actividad de forma reciente. Sobre todo por su difícil y escarpado acceso, pero también porque no hay conexiones de luz ni de agua disponibles. Los autores de estos comportamientos inadecuados por el momento «no han sido identificados», sostiene De Frutos.

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La Policía Local tiene identificados varios puntos de la ciudad en los que suelen reunirse personas

La concejala detalla que la Policía Local tiene un sistema de patrullaje continuo, donde los puntos más conflictivos están identificados, aunque «es cierto que hay momentos puntuales, sobre todo en función de la climatología, en los que puede haber más o menos gente». En el emplazamiento citado y a raíz de los grafitis, la vigilancia policial se ha intensificado. También se ha señalizado la prohibición del paso de vehículos por el camino que llega a las cuevas, aunque se permite el acceso con autorización previa y a la maquinaria agrícola.

«La acumulación de personas en este entorno puede conllevar a algún problema de seguridad, por lo que vamos a seguir tomando medidas para evitar riesgos», matiza. Por otro lado, se ha procedido al estudio del patrimonio natural afectado por las pintadas de carácter previo a su limpieza. «El objetivo es evitar generar más daños a las rocas, ya dañadas de por sí», advierte Galindo, quien a su vez rechaza «enérgicamente» unas actitudes que «nos perjudican a todos».

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Vertidos y hogueras

En esta misma línea, en una zona semiasfaltada al lado de la cueva, se pueden observar los residuos de una hoguera, donde hay papeles y palos quemados delimitados por piedras. El Ayuntamiento ha iniciado esta semana la recogida de numerosos materiales vertidos en las inmediaciones del Alto del Parral y la iglesia de la Vera Cruz. «Parece una acción muy meditada porque es un lugar que no es de paso y el acceso es dificultoso», sostiene preocupado el edil de Medio Ambiente. Pese a ello, no es la primera vez que sucede.

El Ayuntamiento ha comenzado esta semana a recoger los vertidos abandonados en el entorno

Hay constancia de incidencias similares en otros puntos del extrarradio de la ciudad, como es el valle de Tejadilla, el del Clamores, el lago Alonso, Hontoria, la senda de Los Molinos o bajo los puentes que cruza el río Eresma. «Es complicado atender estas incidencias porque es difícil pillar a los responsables de un daño gratuito que no tiene justificación», critica Galindo.

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El concejal prefiere no hacer suposiciones sobre qué personas pueden estar detrás de los grafitis y vertidos. No obstante, «es necesario hacer todo lo posible para perseguir estos actos para que no se repitan», determina. A su juicio, estos actos incívicos se abordan desde el Ayuntamiento con la limpieza, aunque también percibe la necesidad de que haya mayor control sobre estas acciones inadecuadas.

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