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Dos goles susceptibles de VAR dejan a la Gimnástica Segoviana en su posición más precaria de la temporada: a cinco puntos de una salvación por ... las nubes que ya está en 40 —y el average perdido con el Real Unión— con solo seis jornadas para remontar. La consecuencia de la quinta derrota en 2025 en La Albuera, donde no gana desde diciembre. El Celta Fortuna salió con la salvación a tiro tras su cuarta victoria seguida y los de Ramsés Gil, con la mejor entrada del año, con las nuevas supletorias, agotan sus vidas en Primera RFEF.
Segoviana
Oliva, Silva, Sergi Molina, David López, Marcel Céspedes, De la Mata, Fer Llorente, Berlanga, Fernán, Javi Borrego y Josh Farrell.
1
-
3
Celta de Vigo B
Coke, Tincho, Gael Alonso, Yoel Lago, Sergio Díez, Román, Burcio, González, Joel López, Manu y Angelito.
Cambios Segoviana: Hugo Marcos por Juan Silva (min. 6), Tellechea por Hugo Marcos (min.67), Diego Gómez por Fernán (min. 67), Hugo Díaz por Javi Borrego (min. 67)y Astray por Céspedes (min. 83).
Cambios Celta de Vigo B: Jordi Escobar por Joel López (min. 46), Antañón por Angelito (min. 70), Gabriel por Sergio Díez (min. 76), Johan por Hugo González (min. 76) y Jaime Vázquez por Burcio (min. 87).
Goles: 1-0 Josh Farrell (min.27), 1-1 Sergio Díez (min.45+1), 1-2 Gael Alonso (min.58) y 1-3 Jordi Escobar (min.90+5).
Árbitro: Aimar Velasco Arbaiza (comité vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a Fer Llorente y Marcel Céspedes por la Segoviana; a Gael Alonso y Johan por el Celta.
Otros datos: Estadio municipal de La Albuera: 3.442 espectadores
Dos goles susceptibles de VAR dejan a la Gimnástica Segoviana en su posición más precaria de la temporada: a cinco puntos de una salvación por las nubes que ya está en 40 —y el average perdido con el Real Unión— con solo seis jornadas para remontar. La consecuencia de la quinta derrota en 2025 en La Albuera, donde no gana desde diciembre. El Celta Fortuna salió con la salvación a tiro tras su cuarta victoria seguida y los de Ramsés Gil, con la mejor entrada del año, con las nuevas supletorias, agotan sus vidas en Primera RFEF.
Los onces de Ramsés ya cambian lo justo. Borrego tenía la suficiente salud para no usar a un lateral como extremo y Fernán fue el elegido para acompañar a Fer Llorente y De la Mata en la sala de máquinas, con Farrell en punta. Fue la pieza más fija de 2025, Juan Silva en el lateral derecho, la que se cayó a los cuatro minutos, retirado en camilla con su tobillo derecho desnudo tras perseguir con todo un balón que se perdía por la banda. Tan mal lo vio que no dio tiempo ni a que las asistencias le examinaran para pedir el cambio: sus gritos tronaban en la grada, que reconoció su esfuerzo ovacionando su salida hacia el túnel de vestuarios, en parte porque su breve concurso en el partido bastó para convertirle en salvador.
Apenas habían pasado 29 segundos cuando salvó bajo palos el tiro de Hugo González, Disparó de primeras a puerta vacía tras recoger la asistencia de Sergio Díaz, que se filtró en un suspiro por la derecha y obligó a salir a Oliva. Y es que los primeros minutos fueron del Celta, más por posesión que por amenaza real.
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El destino tuvo un guiño con Silva y esperó a su regreso, con el pie inmovilizado y el hielo de rigor, para brindar el primer gol. No fue muy distinto al de Lugo, aprovechando las dudas de la defensa en un balón dividido. Lo persiguió Fer Llorente, que fue con todo y ganó el lance aéreo a Gael Alonso, que se quedó tendido, pero no sacó la falta. La cosa continuó y Josh Farrell ganó el segundo salto a Yoel Lago, más tibio en el esfuerzo que su compañero, se giró y golpeó con el alma el balón que se encontró botando en la corona del área. Instinto asesino, nada de controlar e irse al mano a mano. Y Coke no pudo hacer nada ante semejante misil pegado al palo.
El Celta encajó el golpe: pudo más la confianza de un equipo en forma que las dudas de un filial imberbe. Y la calidad, claro, con centrocampistas que trazan pases entre líneas como un chef corta el queso. Así volvió a tener Hugo González una cita con el gol tras recoger un envío a la espalda de los centrales y encontrarse con Oliva, que salió a cerrarle lo posible la perspectiva. El segoviano también salvaba con los brazos estirados un testarazo pegado al palo, producto de una falta lateral. Por allí oteó un tiro que Miguel Román cruzó en exceso tras una acción de Tincho, que frenó en seco y dejó en el sitio al defensor. Suficientes avisos para que el empate no se considerara un acto de traición. Lo obró el arquitecto, Román, con un pase que dejó a Sergio Díaz solo ante Oliva; pese a estar escorado a la izquierda —y partir de una posición probable de fuera de juego—, controló, levantó la cabeza y fusiló al palo largo en el primer minuto de añadido.
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La vuelta de vestuarios confirmó que a nadie le valía el empate. Los disparos desviados, primero de Berlanga y después de Escobar, el máximo artillero de los vigueses, recién salido del banquillo. Más cerca estuvo el tiro de Céspedes, que no se lo piensa ni un pelo en cuanto ve un balón con lazo. Respondió Coke, como haría Oliva a la siguiente contra, tirando de reflejos para sacar el rebote en área chica de Angelito con David López. De ahí al tiro de Fer Llorente que el portero despejaba a córner mientras Berlanga esperaba solo a la derecha. Casi se desquita dos acciones después colando un pase de la muerte que Borrego tocó lo justo para no dirigirla a puerta e impedir que Farrell lo hiciera en el segundo palo.
El partido encorsetado de la primera media hora había saltado literalmente por los aires, faltaba saber a quién le explotaba la patata. Pudo llegar en cualquier transición, pero fue en córner de tantos. Mal momento para fallar una marca, la ocasión que esperaba Gael Alonso, dinamita aérea. El central dejó atrás a De la Mata y cabeceó como un obús el envío en la divisoria del área chica. Como en el empate, había asterisco, pues Yoel Lago se llevó por delante a Hugo Marcos en un agarrón susceptible de arbitraje por vídeo. Casi encuentra la redención la Sego en un disparo lejano de David López, ayudado por un resbalón que dirigió la pelota pegada al palo de Coque, pero su equipo notó el golpe.
En el momento más crítico, Ramsés relevó a Hugo Marcos, tocado, dejó defensa de tres y metió a Gómez como segundo delantero. Qué mejor momento para estrenar su cuenta. Tocaba acosar a Celta con tanto talento arriba como grietas atrás. Y se desgañitaba en la banda el técnico, pero el ingrediente que faltaba, el acierto, no dependía de él. Agotó los cambios con Astray, el que destapó la remontada de ensueño contra el Andorra con un marcador clavado y un remate de videojuego. Pero esta Sego, tan luchadora como siempre, no tiene el embrujo de los días felices de diciembre. Por eso Escobar puso el cierre en el 95' tras llevarse en un rebote el uno contra uno con Oliva, que le acusó de hacerlo con la mano. Pero aquí no hay VAR.
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