Seguro que, al empezar el año, muchos han hecho una amplia lista con el firme propósito de cambiar y de ponerse en forma tras las fiestas navideñas y qué mejor manera que volver al gimnasio o a un centro deportivo. La intención puede que no ... sea nueva y como sucede con las tradiciones se mantengan año a año. A ello invitan los excesos navideños, aunque excesos, en tiempos de covid, contagios, mascarillas, distancia de seguridad y geles, los justos.
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En cualquier caso, nada mejor que sudar y recuperar la forma. Y sudar es lo que están haciendo también los gimnasios segovianos, que quieren volver a recuperar la normalidad tras tiempos duros, muy duros. «La verdad es que los meses de septiembre y octubre y de enero y febrero suelen ser meses buenos. Lo que pasa es que llevamos un par de años que con la pandemia son un poquito extraños», dice José Eutimio García, del gimnasio Bekdoosan.
«Sí que es cierto que la gente tiene todavía un poquito de miedo, pero nosotros la verdad es que estamos funcionando muy bien, se ve a la gente que tiene muchas ganas de normalidad. Esperemos que esto sea un mal sueño y pase pronto, que nos quiten la mascarilla también en interiores y volvamos a hacer vida normal; a la gente se la ve con ganas de hacer vida normal», comenta.
Aunque la situación sanitaria sigue complicado, los datos invitan a pensar en el optimismo. «Yo soy optimista. Deseo y espero que sea como era antes, que podamos trabajar, que la gente no tenga miedo a salir y puedan venir con normalidad a los gimnasios sin tener medidas de mascarillas, sin geles hidroalcohólicos, sin tener que estar limpiando las máquinas cada vez que se hace un ejercicio y que ahora es tan necesario», señala García, quien también apuntó «que la gente se ha acostumbrado y habituado, es consciente de ello y colabora muy bien».
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No se olvida de lo mal que se ha pasado durante la pandemia. «En Castilla y León estuvimos cerrados mucho tiempo, cuando en Madrid, por ejemplo, no lo estaban. Los pagos hay que hacerlos y si no hay ingresos es complicado. Los negocios se pierden y la ruina es una desgracia... En Segovia tenemos la Asociación Segoviana de Empresarios de Gimnasios, que estamos activando», añade. También recuerda que «nos metieron en el paquete de bares y restaurantes y nosotros no lo somos, somos un centro deportivo que pienso que para pasar las enfermedades, la gente cuánto más en forma esté, mejor puede soportarla».
No solo es que se apunte más gente en enero. «Hay de todo, gente constante, da igual que sea enero que diciembre que agosto;hay gente que tiene un hábito al deporte y no falla nunca. Otros sí que reconocen que se han pasado un poquito y que están obligados a ir un gimnasio».
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El objetivo es tratar de que se haga «ameno, de ayudar a la gente. Les indicamos cómo tiene que ser el entreno, las pautas que tienen que llevar para que progresivamente se vayan poniendo en forma. Otros no tienen hábito de deporte y les cuesta un poquito, te aguantan unos meses y luego ya no vuelven».
Otros en cambio, lo han dejado para este mes de febrero, como sucede en el Centro Deportivo Victoria. «Muchos han decidido esperar. La casualidad hizo que la incidencia acumulada estuviera por las nubes en esos momentos. La variante ómicron estaba en su más alto esplendor, y la verdad eso retrasó la entrada de gente hasta este mes de febrero», comenta su director Juan Carlos García. «Ha sido un enero un poco descafeinado por ese motivo, y ahora sí que se nota que la gente vuelve de nuevo a su habitualidad de deporte, de más confianza... y es cierto que se nota más», comentó.
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Diferenció en su centro dos tipos de clientes, «los que hacen deporte habitualmente todo el año y los que vienen con una temporalidad por esa promesa que a lo mejor se hacen a principios de año de venir. Los primeros son adictos, pero el que no lo tiene disciplinado en su vida cree que en menos de dos meses lo va a hacer y esos son los que han venido más en febrero», dice.
Y comparte también el optimismo. «Si sigue la situación en esta línea de futuro, la perspectiva es buena, mejor por lo menos que el año pasado, a poco», sin olvidar «que hemos pasado dos años muy malos. Hemos sido un colectivo muy atacado, tremendamente perjudicado. Los gimnasios hemos ido más despacio que la hostelería, aunque esperamos llegar a los niveles que teníamos antes. Espero que la gente recupere esa habitualidad cuanto antes».
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