Juan Marcos, vecino afectado

«Sí, son los de la IE ¿Estamos contra ellos? Sí, porque generan problemas»

El vecino que habla se llama Juan Marcos, lleva viviendo cuatro años en la calle de Santa Ana y sabe muy bien lo que es convivir con las molestias que, asegura, los estudiantes de IE University causan en el piso del número 8 alquilado. «Hasta cincuenta y cuatro jóvenes he visto entrar, seguidos, en esa casa. El primer año fue terrible. Me quejé, llamé a la Policía, y respondieron agrediendo, pintando en mi fachada. Los estudiantes han ido pasando, cambiando, pero todos son iguales. No tienen educación ni respeto y, sí, son alumnos de la IE, que viven en una esfera en la que no vivimos los demás», afirma. Y prosigue: «No sociabilizan con nadie. Están en otra esfera porque la propia Universidad les hace vivir en otra esfera. No lo entiendo. Tú vas a vivir a otro país y tratas de conocerlo, de adaptarte, y esa experiencia es, al fin y al cabo, lo mejor que te vas a llevar. Pero estos chavales no se relacionan con nadie, no se comunican, te tocan las narices a unos niveles inimaginables y encima son los queriditos de Segovia. ¿Pero esto qué es?».

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Marcos es partidario de tomar medidas contundentes: «Es un cáncer que se ha dejado crecer. Se les da margen, manga ancha, a ellos y a las empresas que contratan los servicios que se les prestan, porque hay algunas que les proporcionan hasta el lavado de ropa y el desayuno. Son servicios hoteleros y hosteleros encubiertos. Es como una enfermedad, si no se coge a tiempo va a más. Y no me sirve que el rector diga que si no le llegan denuncias... Denuncias hay, otra cosa es que se tramiten. Yo he llamado a la Policía Local, pero no he ido al juzgado. Tengo muchas cosas que hacer en la vida para estar interponiendo continuas denuncias porque no se hace nada, cuando se tendría que actuar de oficio. Hasta en lo peor de la pandemia, cuando estábamos todos encerrados, se dieron situaciones porque organizaban fiestas cuando querían y no les pasó absolutamente nada».

El vecino afectado asegura que, desde que los estudiantes regresaron de las vacaciones, la semana pasada, el ruido apenas ha faltado un día. «Es diario, martes, jueves, viernes, sábados... Acaban de llegar y ya está montada».