Fuentepiñel y Fuentesaúco de Fuentidueña, dos pueblos bien avenidos

Las Corporaciones municipales de Fuentepiñel y Fuentesaúco de Fuentidueña rememoraron el miércoles una vieja tradición, ya centenaria, que se celebraba el día de San Antón y que consiste en recorrer los mojones que delimitan ambos términos municipales. Según consta en los libros de actas del Ayuntamiento de Fuentepiñel (sesión del 15 de enero de 1964), el acuerdo entre los dos Consistorios para realizar el coteo fue establecido el 18 de noviembre de 1899.

En Fuentepiñel comenzaban los actos con la misa y la procesión en honor al santo. Para comer se degustaban unas sopas de besugo blanco. Por la tarde, dos concejales y los alguaciles de Fuentepiñel se reunían en el pago La Huelga, en La Cuesta la Gorda con sus homólogos de Fuentesaúco para recorrer juntos las coteras.

Terminaban su recorrido en el Corral del Campillo, donde, junto con los alcaldes y el resto de los miembros de las corporaciones, compartían el queso, el pan y el vino que llevaba el depositario (tesorero) en unas aguaderas a lomos de un burro. A continuación, se firmaban las actas con los acuerdos pactados por las dos corporaciones. El queso sobrante se repartía a los pastores, guardas, vaqueros y chicos de la escuela que acudían al lugar.

Esa noche, la Corporación municipal de Fuentepiñel cenaba en casa del depositario alubias y pollo. Después, los alguaciles entrantes y salientes solían jugarse a las cartas un duro, el astronómico sueldo de todo un año.

Actualmente se sigue respetando la costumbre de que ambas corporaciones compartan una cena, que este año ha tenido lugar en Fuentesaúco. Es un gesto representativo también de las tradicionalmente buenas relaciones existentes entre los vecinos de los dos pueblos.