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Julio de 2021. La provincia de Segovia pierde población con respecto al último semestre del año anterior, pero gana habitantes si se compara con ... la mortal primera mitad de 2020. En tan solo cuatro meses de ese fatídico curso –de marzo a junio, ambos incluidos– el coronavirus se cobró 208 vidas. El paso de las olas de la pandemia y sobre todo la armadura inmunizante de la vacunación extendida desde hace casi un año enero invitaban a pensar en una recuperación demográfica mayor, máxime cuando la mortalidad provocada por la covid está mucho más contenida, lo que acerca las cifras de defunciones a las habituales de los últimos años. Pero no ha habido despegue.
Así lo reflejan los datos publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que a fecha de 30 de junio situaba la población segoviana de nuevo por debajo de la barrera de los 154.000 habitantes. La provincia empezó a descontar este 2021 que ahora afronta su recta final con 154.056 residentes y llegó al ecuador del curso con 153.909. Son 147 vecinos menos, un descenso de apenas el 0,1%. Pero si el espejo retrovisor de la comparación se enfoca más atrás en el tiempo, hacia el primer semestre de 2020, refleja una subida, también muy tímida, de casi el 0,2%, que es el términos relativos la ganancia de 272 habitantes experimentada entre las primeras mitades de los años 2020 y 2021, a tenor de las cifras facilitadas por el INE.
La mortalidad sembrada por la covid ha amainado con la progresiva expansión de la cobertura de la vacunación, empezando por los más ancianos y vulnerables para protegerles de un virus que en las primeras ola resultó letal en organismos envejecidos, débiles y pluripatológicos. Esa creciente inmunización de la población se deja notar en las cifras que periódicamente publica la Consejería de Sanidad a través del Portal de Datos Abiertos de la Junta de Castilla y León. La información de la Administración autonómica indica que, entre los meses de enero y junio de este año fallecieron 864 personas en la provincia, de las que 109 murieron con covid. Es decir, que de cada ocho defunciones registradas en el primer semestre, una fue a causa de las complicaciones originadas por la infección del coronavirus.
Una proporción que demuestra la reducción de la mortalidad y un alejamiento del exceso de óbitos que hubo en 2020 a causa de la pandemia. Y es que, a diferencia del luctuoso patrón que más o menos repetía las principales causas de fallecimiento año tras año, en 2020 una de cada tres muertes en Segovia fue con covid, ya fuera con la confirmación del contagio a través de las pruebas practicadas o con síntomas sospechosos de haber contraído la infección pero sin la acreditación fidedigna de un análisis.
Si la mortalidad vuelve a niveles prepandemia, ¿entonces porqué no ha crecido más la demografía segoviana durante la primera mitad de este año? Las estadísticas del INE dan una pista sobre esas razones. Y la principal se encuentra en el retroceso del flujo de inmigrantes en una provincia tradicional de acogida. Otra vez hay que recurrir al coronavirus para explicar este fenómeno, ya que no solo no han llegado nuevos residentes procedentes de otros países, sino que también ha habido un aumento de la emigración extranjera en los últimos meses.
Tal es así que la disminución de la llegada de ciudadanos foráneos durante el primer semestre del ejercicio actual supone el menor contingente de inmigrantes que recala en tierras segovianas desde finales de 2015. Hace seis años que no llegaban tan pocas personas de fuera de España a la provincia. Entre enero y junio de este curso, los datos del INEsobre el flujo migratorio arrojan el asentamiento de 393 ciudadanos extranjeros, tres más que los llegados en el último semestre de aquel 2015, cuando la crisis financiera generalizada que castigó al país aún coleaba con fuerza.
Con respecto al final de 2020, son 104 inmigrantes menos los que recalaron en la provincia seis meses después. Pero la diferencia se agranda cuando la comparación es anual. Entre los primeros semestres de 2020 y 2021 la afluencia de extranjeros que han pasado a engrosar las cifras de población en Segovia ha caído un 37,5%, ya que en la mitad inicial de la anualidad pasada el INE registró la 629 llegadas, 236 más que las contabilizadas por el ente oficial durante el primer semestre de este curso a punto de acabar.
El descenso del flujo de inmigrantes que eligen la provincia como residencia coincide con un aumento de la emigración entre la comunidad extranjera. De hecho, si se echa la vista atrás a los datos del Instituto Nacional de Estadística, desde 2013 no había una 'salida' tan numerosa de ciudadanos foráneos hacia destinos internacionales, normalmente a sus países de origen. La primera mitad del presente año se saldó con el 'éxodo' de 573 residentes extranjeros. La anterior migración más abultada data del periodo que va de julio a diciembre de hace ocho años, cuando en ese plazo de seis meses abandonaron la provincia 811 personas foráneas.
La salida de emigrantes es aún más notoria si se compara con la de un año antes. Al comparar primeras mitades de ejercicios, en el de 2020 dejaron atrás su residencia segoviana 226 ciudadanos. O lo que es lo mismo, en una anualidad, la marcada por la pandemia, el flujo de emigrantes se ha disparado más de un 153%.
Al hacer girar la bola del mundo para localizar las procedencias que nutren a la comunidad foránea que se asienta en Segovia, en los datos correspondientes al primer semestre del presente ejercicio se observa cambios sustanciales en el flujo de inmigrantes que elige como destino la provincia. Entre enero y junio el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela un desplome de la llegada de ciudadanos procedentes del otro lado del océano Atlántico. La afluencia de población latinoamericana ha experimentado un retroceso con respecto a tiempos no demasiados lejanos. En la primera mitad de este año han recalado y se han asentado en tierras segovianas 27 personas oriundas de países de Centroamérica y del Caribe, que son 101 menos que las que llegaron en el mismo periodo de tiempo de 2020. Ha bajado a una quinta parte en doce meses. El ejemplo que ilustra este descenso es el de Honduras, que en los últimos años se había convertido en una procedencia popular dentro de la comunidad foránea que reside en Segovia. En el primero semestre del año han recalado en la provincia ocho ciudadanos de este país, cuando un año atrás lo hicieron casi un centenar.
Un fenómeno similar se observa en la afluencia de ciudadanos originarios de Sudamérica. Entre el último semestre del año pasado y el primero del curso actual se ha reducido a menos de la mitad (de 99 a 43). Aunque todavía es mucho mayor la diferencia si la comparación es anual, con una disminución de 200 inmigrantes llegados de países del sur de América. Uno de los orígenes que ha sido mayoritario como es Colombia solo aporta cuatro personas a la población provincial entre enero y junio de este curso, cuando solo seis meses antes multiplica por diez ese contingente y solo un año antes era 35 veces mayor.
Sin enjugar la pérdida de inmigrantes, el INE pone de manifiesto un aumento de ciudadanos africanos. La comunidad que más crece es la de Malí, que suma 38 nuevos 'segovianos', aunque el contingente mayoritario sigue siendo el marroquí, con 46 llegadas entre enero y junio, lo que supone un descenso en un año de casi el 32%.
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