Flora Blanco, con la placa conmemorativa del cumpleaños. El Norte
Provincia de Segovia

Flora Blanco cumple cien años y aconseja a las jóvenes que se casen

La nueva centenaria, que vive en una residencia de Carbonero el Mayor, dice encontrarse bien y añora la libertad de las mujeres de ahora

Miguel Mateo

Segovia

Domingo, 25 de febrero 2024, 13:03

Modesta Flora Blanco –o Flora, como le gusta que le llamen– acaba de cumplir cien años en la residencia María Inmaculada de Carbonero el Mayor. La centenaria fue obsequiada con un ramo de flores y con una placa conmemorativa por el siglo de vida. La ... cumpleañera ha demostrado que conserva la capacidad de comunicarse. «Hasta hace unos meses estaba muy bien, aunque cada vez más se le notan los años que tiene, pero es increíble lo bien que ha estado durante estos siete años», que es el tiempo que lleva de residente, describe la directora del centro, Belén Redondo.

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Cien años dan para muchas vivencias y también penurias. De niña, Flora padeció la Guerra Civil, y pese a ello recuerda de manera particular la crueldad de la pandemia. «Sería mejor olvidarlo», afirma. «Para mí esa época fue un recuerdo donde abunda lo malo», sentencia.

La centenaria valora su estancia en la residencia desde el primer día que entró. «Vivo muy bien aquí». Fue ella la que tomó la decisión de ingresar cuando a artritis le impedía ya prácticamente salir de casa. Flora rememora sus años de juventud con alegría y añora la libertad que tienen las jóvenes hoy en día «para salir y disfrutar ellas solas en un bar». La anciana les manda un mensaje a estas nuevas generaciones y les aconseja que se casen porque «mis mayores recuerdos fueron en el matrimonio».

«La época de la pandemia sería mejor olvidarla porque es un recuerdo en el que abunda lo malo»

Flora Blanco

Centenaria

Sus momentos más nostálgicos se remontan a su niñez, con sus hermanos. Eran doce vástagos y Flora ocupaba la undécima posición. «Fui muy feliz con ellos, fueron unos años muy buenos». Tras dejar los estudios con apenas 15 años, se dedicó a trabajar en comercios. Fue dependienta de tienda durante 16 años, hasta que conoció al que se convirtió en su marido. Dejó el trabajo, pero se dedicó el cuerpo y alma a su hogar.

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Cumplidos los cien, la vallisoletana agradece su buen estado de salud. «No me puedo quejar, me encuentro bien», asegura. «Recuerdo con felicidad algunos de mis cumpleaños», comenta, incluso uno en el que en vez de flores le regalaron una cazuela, a lo que preguntó si era para golpear a quien no tuviera buena relación con ella.

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