«Firmaría si en el mes de diciembre abrimos y trabajamos como antes»

La Luna anunciaba el fin de semana pasado la reapertura del pub con novedades para adaptarse a los nuevos tiempos tras la pandemia. La primera, una terraza al aire libre para las tardes, antes de que abra el local ya entrada la noche. «Hemos estado cuatro meses sin facturar un euro», se lamenta Luca Sparapani, gerente del negocio, quien apunta que «lo que nos salva un poco es la alternancia de clientela fuera y dentro». En cuanto a las medidas de protección, el local cumple con lo fijado por la norma al haber colocado mesas en el interior para que los grupos puedan sentarse con el distanciamiento estipulado y desinfectando frecuentemente el recinto. A mayores, «a la entrada se toma la temperatura». El empresario afirma que «no queremos dar un paso atrás que supondría volver a la fase 2 o 3» en una desescalada en la que discotecas y bares musicales han sido los últimos en volver a actividad.

A diferencia de otros establecimientos, han decidido no cobrar entrada. Al ser un local pequeño, «es más sencillo controlar el límite de aforo». «Como mucho –concreta– caben treinta o cuarenta personas» con la aplicación de la restricción del 75% sobre la capacidad total dentro del pub. « Y bailar, nada», dice contundente, aunque es consciente de que «la gente agradece que se ponga música».

En cuanto a la clientela, asevera que «somos una familia». La fidelidad de la que hace gala le lleva a concluir que «el comportamiento está siendo muy bueno». De hecho, «hay clientes habituales a los que quieres dar las gracias invitándoles a una ronda y te la rechazan porque no quieren que gastes en ellos», comenta Sparapani. El negocio, como muchos otros, aguarda el regreso de los universitarios. La Luna trabaja mucho con la UVA. «Firmaría si para diciembre podemos abrir como antes», suspira el hostelero.