Mercedes Gómez-Blesa, en la puerta de centro, ubicado en Cardadores. A. Tanarro

La filosofía sale de las aulas

Espacio Extra echa raíces en el barrio de La Albuera con una variada oferta literaria, alternativa y feminista

luis javier gonzález

Segovia

Lunes, 18 de junio 2018, 21:47

Que Mercedes Gómez-Blesa acabe su vida académica como profesora de Filosofía en el Instituto Mariano Quintanilla era un final obligado para su currículo. La ensayista manchega que está editando las obras completas de María Zambrano recorre ahora los pasillos que su gran inspiración literaria recorría como alumna y el centro donde impartía Antonio Machado. Su currículo empezó de forma premonitoria en el instituto María Zambrano de El Espinar y continuó en el Andrés Laguna. Quedó prendada entonces de la ciudad, por más que estuviese más de 20 años como docente en Salamanca. «Todos los años venía aquí el día de mi cumpleaños como una especie de peregrinación a La Meca. El comienzo de mi trayecto intelectual se fragua aquí; aquí empecé a escribir poemas y publiqué mi primer libro. Amo esta ciudad».

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Regresó hace dos años y el pasado mes de diciembre creó Espacio Extra, un proyecto con una huella personal que seis meses después reluce en la calle Cardadores, en el barrio de La Albuera. Se trata de una asociación cultural con tres grandes pilares: el arte, la cultura y sobre todo el pensamiento y la filosofía. En función de ellos se van organizando una serie de actividades donde se busca el desarrollo integral de la persona; no solo cultivar el cuerpo sino su mente. Hay de todo: un taller sobre María Zambrano, arteterapia para niños, exposiciones de arte, un intercambio de libros, taller sobre interpretación de los sueños, danzas del vientre o africanas, taichí, yoga, un club de lectura feminista, presentaciones de libros o conferencias. Y rutas filosóficas por el Guadarrama. «Yo quería sacar la filosofía del aula. Si lo entendemos como una forma de vida y no como una teoría solo para iniciados, haremos algo muy necesario en nuestra cultura».

El nombre del centro no es casual. Extra hace referencia a la extraoficialidad, al horario del tiempo libre y a lo que representa en la vida. «Yo tenía mucha ilusión por crear un centro de este tipo. Quería un lugar alternativo, apolítico, que se alejara un poco de la cultura espectáculo y ofreciera una cultura donde la persona se implica en su formación, el placer de aprender cosas curiosas. A todos nos gusta asistir a un buen concierto o al cine, pero no solo es eso». El tamaño reducido de los grupos, que no suelen superar la docena de miembros, supone un añadido 'extra'. «Un lugar como este es necesario porque se necesitan espacios de reflexión, con encuentros de grupos pequeños porque así se consigue un mayor acercamiento». La ensayista insiste en la utilidad de su centro, aunque sea una contracorriente en una sociedad tan acelerada «Pero precisamente por eso es necesario. Vivimos de alguna manera estresados y se ha perdido el tempo, ese paréntesis donde se escuche y sea posible el diálogo».

La asociación se constituyó al principio como una empresa privada pero acto seguido entendieron que era más conveniente que fuera una asociación cultural sin ánimo de lucro. Los grupos llevan en marcha desde comienzos de año; el colectivo se autogestiona alquilando la sala para hacer los talleres y se costea con la aportación de las matrículas, aunque la mayoría de las actividades son gratuitas. La clases suelen ser por la tarde; además, hay una serie de talleres semanales y actuaciones puntuales como presentaciones de libros o conferencias. O muestras de arte efímero como la de Iván Montero, que presentó a un grupo reducido su obra el día antes de su exposición. «No nos sorprende tanta actividad porque la hemos generado».

El rostro de Gómez-Blesa se ilumina cuando habla del Encuentro María Zambrano que ella dirige. «Somos un grupo pequeño de cinco personas pero constante». Está editando las obras de la autora junto con otros investigadores de la Universidad Complutense y realizó su tesis doctoral sobre ella. Hacen un seguimiento a su trayectoria vital y filosófica en sesiones que llegan a las tres horas. «Yo hago una exposición teórica, leemos un fragmento y luego comentamos. Estando tan vinculada como está con Segovia, es un gustazo y el escenario ideal. Nos ha permitido generar un grupo que quiere continuar el año que viene con otro tema».

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Quizás el grupo estrella sea el club de lectura feminista, que reúne a una docena de personas una vez al mes. Leen un libro, una de ellas se encarga de la presentación y hay un debate posterior. El último ha sido 'La teoría King Kong', de Virginie Despentes; también han leído Fortunas del feminismo de Nancy Fraser, una de las grandes teóricas. Este martes presentan a las 20:30 horas 'Autorretrato de un macho disidente', con la presencia de su autor, Octavio Salazar, un catedrático y jurista cordobés de mucho prestigio. La entrada es gratuita. «Estamos asistiendo a una revolución feminista. Se quitan muchos prejuicios de la educación del macho tradicional, que se le identifica con la fortaleza, la violencia o la incapacidad para mostrar sus emociones». Gomez-Blesa habla de un antes y un después en el feminismo. «Cada vez hay más hombres de la cultura no asisten a mesas redondas o conferencias donde solo hay hombres. En Segovia el movimiento está teniendo mucha fuerza, son mujeres muy lúcidas de tres generaciones. Me emociona que haya gente joven que tome las riendas sin prejuicios».

Si sacar la filosofía a la calle es un reto, llevarla al campo eleva la apuesta. Las rutas filosóficas rescatan el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza y el legado de José Ortega y Gasset, que venía con sus alumnos, incluida Zambrano. «Yo quería despertar el espíritu de los guadarramistas, que aúnan ese amor por la naturaleza con el conocimiento, igual que hacían los presocráticos. Ortega incluso decía que existía una filosofía del Guadarrama». Su propuesta reivindica a sus dos grandes maestros y la dirige Juan Pedro Aragoneses, que ha hecho una tesis doctoral sobre el itinerario filosófico. Son recorridos atendiendo a los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. «Hemos hecho la del agua por las pesquerías y la tierra, en Otero de Herreros, por las minerías de la época romana. Todo esto lo aderezamos con teorías filosóficas como el agua de Tales de Mileto». En la noche de San Juan harán una ruta nocturna sobre las estrellas, recordando a los Pitagóricos.

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La ubicación del centro también hace honor a su encabezamiento alternativo porque extra también significa extrarradio. «Lo bueno que tiene este sitio es que yo quería hacerlo en un barrio, porque la cultura a veces está muy centrada en el casco antiguo y es bueno que se diversifique y se expanda. El barrio de La Albuera es uno de los más poblados y hacerlo aquí es una forma de animarlo culturalmente». Gómez-Blesa, sorprendida porque un lugar tan poblado no tenga quizás una más rutina más activa, relata que a veces cuesta hacer llegar a la gente y mucha no les conoce; pero el que viene, repite. «Veo que es un barrio que necesita un poco de este tipo de actividades para que la gente no se vaya tanto al centro. Que necesita como una especie de resurgimiento».

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