'Filomena', una de tantas en el nordeste segoviano

TEMPORAL ·
Los pueblos de esta zona de la provincia recuerdan nevadas más intensas y problemáticas que la del pasado fin de semana

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 17 de enero 2021, 22:06

Municipios prácticamente incomunicados, trenes y autobuses que conectan con Madrid estuvieron suspendidos, varios tramos de la red viaria cortados al tráfico pesado y muchos alumnos no pudieron acudir a las aulas porque las rutas escolares estaban intransitables. Estas han sido algunas de las consecuencias de la borrasca 'Filomena' en Segovia. Tampoco está siendo fácil recuperar la normalidad porque las bajas temperaturas no dan tregua y la nieve y el hielo no abandona una semana después de la nevada las calles de muchos pueblos.

La zona nordeste de la provincia ha sido una de las más afectadas por el temporal. En las localidades a las que no ha podido acceder la maquinaria por la orografía del terreno o porque no daba abasto para retirar la nieve acumulada han sido los propios vecinos los que han buscado soluciones. Con palas y tractores han tratado de abrir caminos los habitantes de Santibáñez de Ayllón, una pedanía de Ayllón en la que tan solo viven siete personas en invierno y aunque el más joven tiene 57 años, la mayoría superan los 80.

El pasado fin de semana se acumularon unos 60 centímetros de nieve y las calles son tan estrechas que la maquinaria del Ayuntamiento tan solo puede retirarla en la vía de acceso principal y la plaza del pueblo. «El resto de calles tenemos que limpiarlas a mano entre todos», explica Adriano Gómez-Calcerrada, uno de los vecinos. Hasta que lograron abrir paso para salir a la carretera permanecieron incomunicados durante tres días, aunque esta no es una situación nueva para ellos, ya que estas nevadas son frecuentes en la zona. «Vivo en el pueblo 18 años y ya he visto unas cuantas como esta o peores, pero mi mujer que lleva aquí toda la vida cuenta que hace años nevaba mucho más. Caía más de un metro de nieve y les tocaba hacer pasillo con palas para poder sacar a las vacas a beber al río», relata.

Nevada en una de las calles de Madriguera. El Norte

Las consecuencias de 'Filomena' no han sido excepcionales para los habitantes de esta pedanía, ni tampoco las peores que han vivido en los últimos años, ya que en 2018 tuvieron más problemas. Sin embargo, Adriano asegura que cuando ocurren estos temporales «se pasa regular», sobre todo porque para realizar cualquier compra o gestión como ir al médico, a la farmacia tienen que desplazarse a Ayllón, ya que ni siquiera disponen de panadería. Aunque la distancia no es grande, 14 kilómetros, cuando las carreteras están cubiertas por la nieve y el hielo este desplazamiento se complica.

Una semana después de la tormenta de nieve todavía es peligroso caminar por el pueblo debido a la presencia de grandes placas de hielo. No obstante, cree que han sido afortunados porque al menos en esta ocasión no se han quedado sin luz. «Este año ya nos ha ocurrido dos o tres veces, cuando hay un temporal con mucho viento tenemos averías en el tendido eléctrico y estamos sin electricidad hasta que pueden arreglarlo», advierte Adriano.

De hecho, esto les ocurrió durante la nevada de Nochevieja y Año Nuevo, la primera de este 2021, «cayó menos cantidad de nieve que esta vez, unos 20 centímetros, pero se enganchó en los cables y provocó la avería». Cuando tienen que permanecer varias horas o días sin electricidad reconoce que es «muy molesto», aunque les salva que antes de comenzar el invierno hacen buen acopio de leña para tener calor. También pueden seguir cocinando gracias a las cocinas de gas y las linternas y velas se convierten en sus mejores aliadas.

Durante uno de los últimos fallos del sistema eléctrico al pastor del pueblo, Ángel García, se le estropeó el arcón frigorífico de 500 litros que utilizan él y su madre para guardar las provisiones para los meses más fríos del año. «Tenemos, carne, pescado o setas, un poco de todo, para vivir en condiciones durante días en caso de que el temporal venga muy fuerte y no podamos ir a hacer la compra», aclara. Por eso, esta avería les dio un gran susto y aunque la comida no se estropeó porque en unas horas pudo comprar, afirma que fue toda una odisea dar con un electrodoméstico de estas características. «Me recorrí toda la comarca. Hice decenas de llamadas hasta que di con uno», apunta.

Sobre la borrasca 'Filomena' admite que «no ha sido para tanto» y agradece la buena disposición de los vecinos para limpiar las calles cada vez que les azota un temporal similar. Su principal preocupación en situaciones como esta son sus ovejas. «El ganado tiene que comer, pero cuando hay tanta nieve es imposible mover los coches. Ni siquiera conseguí sacar el tractor porque está en cuesta y cuando intentaba arrancarlo se resbalaba hacia abajo». Por suerte, las naves en las que guarda al ganado se encuentran a poco más de 1,5 kilómetros de su casa, lo que le permite llegar a pie, aunque no sin dificultad.

Las inclemencias meteorológicas no les asustan, pero todos los vecinos comparten el miedo a que durante uno de estos temporales que les dejan incomunicados pueda haber una emergencia sanitaria. «En el pueblo hay gente mayor y si alguien se pone enfermo hay días en los que es imposible salir a la carretera», subraya. Son conscientes de la nieve es una compañera habitual, pero insisten en que sufren «un importante abandono» por parte de administraciones como la Diputación Provincial. Ángel lamenta que en las ocasiones en las que han pedido ayuda a los operarios para que les ayudaran a limpiar 300 metros de carretera ni siquiera se han parado a escucharlos.

La alcaldesa de Ayllón y de las pedanías pertenecientes al municipio, María Jesús Sanz, también pone en relieve los esfuerzos que tienen que hacer tanto los vecinos como el Ayuntamiento para paliar los efectos de estas borrascas. Esta misma semana, el Consistorio ha tenido que contratar una máquina quitanieves para que limpiara determinadas vías de las pedanías porque «en Valvieja había un entierro y las calles que deberían de haber limpiado las maquinas de la Diputación estaban cubiertas de nieve», lamenta.

El principal inconveniente estos días están siendo las bajas temperaturas, según la edil, porque «lo que se deshiela durante el día por la noche se vuelve al helar, ya que a las 8 de la mañana hemos registrado temperaturas de hasta -17º». Este descenso de los mercurios está provocando que algunas tuberías de las casas con menos uso se estén congelando. De hecho, esto les ha ocurrido a varios vecinos y a algunos profesores que tienen alquiladas casas en el municipio y han pasado fuera la Navidad, y es que «al no utilizar durante varios días el agua corriente es más fácil que se congele en las tuberías».

Nieve y hielo en una de las calles de Santibáñez de Ayllón. El Norte

Los habitantes de Riaza y de algunas de sus pedanías han vivido una situación similar. En Madriguera, el pasado fin de semana tuvieron que despejar un circuito para poder entrar y salir del pueblo. El resto de la semana la nieve y el hielo también han permanecido en las calles debido a las bajas temperaturas, aunque los accesos se han mantenido limpios, según comenta Chema Martín, vecino de la localidad. En esta ocasión han caído unos 40 centímetros de nieve, pero tan solo han estado incomunicados unas horas porque «las quitanieves del Ayuntamiento y de la Diputación han actuado con rapidez». Además, en caso de emergencia son varios los vecinos que disponen de tractores con los que se puede retirar la nieve, al menosde forma provisional.

A pesar de las dificultades que generan estos fenómenos meteorológicos insiste en que «hay que tener paciencia porque según cae la nieve no puede desaparecer y todos somos conscientes del lugar en el que vivimos». Los alimentos tampoco serían un problema en caso de permanecer incomunicados más tiempo del debido porque Chema es el propietario del restaurante de Madriguera 'La Pizarrera' en el que «hay provisiones suficientes por si tenemos que preparar algo de comer a los vecinos en una situación de emergencia», concreta.

A más de 1.100 metros de altitud tampoco ven las nevadas como como un fenómeno extraño y recuerda que la que cayó el día de Reyes de 2018 «fue mucho más gorda comparada con esta, casi un metro de nieve y bastante aire que provocó una avería en la red eléctrica». Recuerda que fueron unos días realmente duros porque muchos vecinos se quedaron sin luz, pero también sin calefacción a temperaturas de varios grados bajo cero.

En la localidad de El Muyo, a poco más de cuatro kilómetros de Madriguera, los diez habitantes que conviven habitualmente suelen tener más problemas ya que se encuentran a casi 1.300 metros de altitud. De hecho, hace poco más de una semana estuvieron varias horas sin agua porque se les congeló el depósito del pueblo a causa del frío.

El alcalde de Riaza, Benjamín Cerezo, cuenta que en la zona»todavía hay nieve para rato». Ante esta situación, confirma que los operarios municipales llevan trabajando sin descanso desde el 1 de enero, cuando cayó la primera nevada del año. Su objetivo principal es que los accesos a los lugares prioritarios como el centro de salud, el colegio, las farmacias e incluso el casco urbano permanezcan despejados y transitables en todo momento. «Estos días se ha podido circular, pero con precaución porque las placas de hielo eran frecuentes en aceras y calzadas y con temperaturas tan bajas no actúa ni la sal», enfatiza.

Además, en algunas pedanías como El Muyo la limpieza es todavía más complicada, ya que «las calles son muy estrechas y las máquinas no pueden acceder, a ello se suma que la temperatura suele ser dos o tres grados más baja que en Riaza», puntualiza su alcalde. 'Filomena' les ha traído la nevada más abundante de los primeros 15 días de 2021, aunque prevén que no será la última. En todo caso, a los vecinos de estas poblaciones no les sorprende ver sus calles colapsadas por varios centímetros de nieve y saben que la colaboración es fundamental para despejar el camino.