Después de casi dieciocho meses cerrado, el sector del ocio nocturno respiraba aliviado. El avance de la vacunación y el consiguiente descenso en la curva de contagiados por la covid-19 provocó una relajación de las medidas en casi todas las comunidades autónomas que ... ahora vuelve a estar amenazada por el repunte de la que ya se considera la sexta ola de la pandemia. En Castilla y León, los locales de fiesta y discotecas reabrieron sus puertas hace menos de tres meses, cuando el pasado 14 de septiembre entró en vigor el nivel 1 de alarma, que permitía a este tipo de establecimientos volver a recibir a clientes, aunque limitando su aforo al 50%.
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En Segovia, estos locales pudieron abrir durante algunas semanas al inicio del verano pasado y también entre el 11 de junio y el 20 de julio de este año. Pero exceptuando estas dos pequeñas ventanas de aire fresco, el sector de 'la noche' ha permanecido parado durante toda la pandemia del coronavirus y ha sido, sin duda, uno de los más perjudicados de esta crisis.
Así lo asegura José Cobos, representante del ocio nocturno en Segovia y propietario de la discoteca Sabbat, quien ha notado que la gente ya tenía ganas de que se reactivasen las salas. No obstante, señala que algo que está «fastidiando» últimamente al sector son las fiestas privadas. «Después de abrir nosotros, se han hecho varias fiestas en lugares en los que antes no había fiestas», cuenta el empresario. Se refiere a los encuentros entre jóvenes que se han producido con motivo de Halloween en algunos hoteles de la capital e incluso al macrovermú que se organizó en la plaza de toros de Segovia. «Me cabrea porque estamos pasando una temporada mala después de dieciocho meses cerrados», sostiene.
Ante esta situación, se pregunta qué tipo de licencia tienen los organizadores de estos eventos y se queja: «A nosotros nos obligan a abrir a partir de las 5:00 y estos pueden abrir a las 12:00 horas de la mañana». En la misma línea, dice que los empresarios de las discotecas podrán trabajar «bien» este invierno «siempre y cuando no haya ningún intrusismo».
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Como asegura Cobos, las pérdidas que el sector ha acumulado en todo este tiempo «son grandes». Explica que ya solo los gastos fijos (alquiler, luz, seguros, comunidad, etcétera) de los locales suelen ser «enormes». En el caso de la discoteca Sabbat, solo el recibo de la electricidad asciende a unos 300 euros mensuales «sin abrir el local».
Víctor Blázquez, propietario del bar de copas Destino y también de la coctelería Daddy Cool, también lamenta la situación del sector. Sostiene que, en general, los empresarios del ocio nocturno están «ahogados» debido a las pérdidas que han sufrido este último año y medio. En su caso, calcula que pueden llegar incluso hasta los 400.000 euros en total, aunque confiesa que no sabe el dato a ciencia cierta.
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Los dueños de estas salas coinciden en que se han sentido olvidados durante todo este tiempo, un largo periodo en el que muchos de sus compañeros y ellos mismos no han podido trabajar. José Cobos subraya que «en ningún momento» se han sentido arropados por las instituciones: ni por el Ayuntamiento ni por las administraciones regional o central. «Nadie se ha preocupado por el sector del ocio nocturno», asevera, aunque matiza que es una situación que se ha dado en todo el país.
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