Los fieles piden ayuda para reparar la cubierta y la torre de San Miguel

Roberto Moreno asegura que la cantidad necesaria para arreglar los daños asciende a unos 600.000 euros y explica que con lo recaudado por la parroquia procedente de los fieles no se llegaría a alcanzar esa cifra porque, según dice, la gente ya no acude tanto a la iglesia como lo hacía antes. Por ello, hace un par de meses, la comisión comenzó a tramitar la solicitud para que la iglesia sea declarada BIC, una figura jurídica con la que la parroquia podría optar a bonificaciones de hasta 400.000 euros.

«Es un proceso largo que puede tardar hasta dos años», admite Moreno, aunque se mantiene optimista y cree que el Estado podría conceder la distinción a la iglesia de San Miguel el año que viene. Esta figura es clave en la conservación y perdurabilidad del edificio ya que proporciona una serie de medidas de protección encaminadas a mantener en buen estado los bienes muebles e inmuebles del patrimonio estatal y, aunque el expediente debe pasar primero por el Gobierno autonómico, finalmente es el Estado quien valora y otorga o no la declaración.

Lo más deteriorado del templo de San Miguel es la cubierta. Según afirma el sacerdote, Isaac Benito, se encuentra en «urgente necesidad» y es «lo primero» que debe repararse. «Es lo más importante, no podemos hacer nada si el tejado no está asegurado», insiste el párroco. Incluso hay una zona en la que el techo corre peligro de desprenderse. A pesar de su buen aspecto exterior, la torre también es uno de los puntos a tener en cuenta dado que presenta ciertas deficiencias. Como señala Moreno, «está muy deteriorada» y entraña un riesgo para los que suben y bajan por ella.

Una vez reparada la techumbre, el párroco asevera que podría arreglarse el interior, especialmente la bóveda, que presenta goteras y manchas, aunque confiesa que no es lo primordial. Benito lleva poco más de un año en la iglesia y señala que el templo ya contaba con estos desperfectos cuando llegó. «Vi la necesidad de formar un grupo que se preocupase de conseguir ayuda, porque es urgente», reitera.

Otra forma que tienen los fieles de la iglesia de San Miguel de recaudar fondos es a través de los columbarios de la parroquia, sepulcros o estructuras funerarias con nichos donde se colocan hasta dos urnas cinerarias. Según explica Benito, se crearon específicamente para este fin (esta parroquia fue pionera en Segovia) y se encuentran en la Capilla de la Misericordia, en el lado izquierdo de la iglesia.

La comisión estima que con su venta se podrían obtener unos 300.000 euros, o sea, la mitad de lo que se necesita para cubrir los gastos de la restauración. Hasta el momento, se han vendido 42 columbarios y quedan aún libres algo menos de un centenar, cada uno a un precio que ronda los 3.000 euros. «No se venden muchos, pero si los vendiéramos sería una gran ayuda», dice el sacerdote sin perder la esperanza.

La iglesia se ubica en la calle Infanta Isabel, en las inmediaciones de la Plaza Mayor. El templo actual es de estilo gótico y está construido sobre la antigua iglesia románica del mismo nombre, que fue demolida. Su valor histórico está muy ligado a la proclamación de Isabel la Católica como reina de Castilla en este mismo lugar en 1474. Además, el médico y humanista segoviano Andrés Laguna está enterrado en el templo. Por este motivo, Roberto Moreno insiste: «Hay que llamar un poco más la atención porque es una iglesia importantísima».

En la ciudad de Segovia, otras iglesias catalogadas como Bienes de Interés Cultural son la de la Santísima Trinidad, la de San Juan de los Caballeros, la de San Justo, la de San Martín (próxima a empezar sus obras de restauración financiadas con fondos Feder) o el monasterio de Santa María del Parral, además de la torre de la iglesia de San Esteban y la propia Catedral.