El festivo de San Frutos despierta gran devoción en sus orígenes

A pesar de no ser un día festivo en todas las localidades segoviana, decenas de personas de la comarca se acercaron a la ermita para asistir a la misa que tuvo lugar en los exteriores del templo. A continuación, siguieron a San Frutos en procesión, donde hubo ocasión para bailar jotas frente a su imagen como ejemplo de devoción.

Muchos de los asistentes a la romería procedían de Burgomillodo, localidad perteneciente a Carrascal del Río. Desde allí partía una de las más numerosas e históricas peregrinaciones que transcurre por los meandros del cañón hasta llegar a la ermita. Como manda la tradición, los participantes degustaron previamente unas sopas de ajo para coger fuerzas.

Por su parte, son muchos los que llevaron calderos con este plato tradicional por el día de San Frutos para almorzar en el mismo paraje natural. Sin embargo, las fuertes rachas de viento surgidas al mediodía, que alcanzaron hasta 80 kilómetros por hora según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), obligaron a trasladar este plan a otro lugar.