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Fernando Aramburu admite que detrás de sus personajes de 'Patria', la novela sobre el conflicto vasco con la que asombró en 2016, están sus padres. «El 98% del monólogo de mi madre y mi padre soltando dos monosílabos», bromeó. El escritor valora la compañía ... que le hacen sus personajes en la lejanía de Hannover, su lugar de residencia, y cómo esa distancia le ha permitido describirlo con mayor autenticidad. «He desarrollado una forma natural de objetivar el idioma y eso es de un gran provecho literario. A algunos paisanos no les parece literatura, creen que no he hecho arte, que simplemente me he limitado a copiar lo que habla todo el mundo».
Aramburu departió ayer en la clausura del Hay Festival en un Juan Bravo casi abarrotado con Aitor Gabilondo, el productor y guionista de la serie de HBO que llevará la novela a la gran pantalla el próximo año, un encuentro moderado por el periodista Jesús Ruiz Mantilla. Vieron la luz los primeros 20 segundos de una producción que tendrá ocho capítulos; con el plano fijo de un puente, el sonido de la lluvia y una mujer clamando ayuda. «Son imágenes crudas, muy vascas, de una gran belleza», valoró Aramburu. El escritor recalcó la motivación que hay detrás de su obra para alguien que 'colecciona' parientes alemanes y conoce la herencia del nazismo. «Con parar la actividad no era suficiente, reconozco el deseo de que el tema del terrorismo estuviera otra vez encima de la mesa». Destaca el legado de una sociedad enferma. «Algunos me reprochan que haya hablado demasiado, pero me parece mejor que seguir prolongando comportamientos hipócritas. Quienes fuimos contemporáneos debíamos dejar nuestro particular testimonio en lugar de callar o escribir sobre las mariposas». No le preocupa remover conciencias. «Nunca dejaré que me arrebaten la serenidad».
Aramburu puso como ejemplo la memoria histórica alemana y la contrapuso con el tratamiento de la Guerra Civil española. «Se debería aplicar una óptica pedagógica y eso no lo estamos haciendo [pone el ejemplo de las visitas escolares a campos de concentración alemanes]. Un español nace y parece que está obligado a elegir entre un bando y otro. Algo se está haciendo mal».
El escritor reconoció un efecto de la adaptación a la gran pantalla. «Soy incapaz de pensar en mis personajes con la cara inicial que yo les ponía». El rodaje de 'Patria' concluyó en verano. Lejos de vender un tema original, Gabilondo, donostiarra, expuso un enfoque único. «Era fundamental que fuera una serie. No me da tiempo en 90 minutos, se iba a quedar reducido a la historia de un atentado. Y prefería que fuera un canal extranjero, que los jefes no fueran españoles. La historia me convulsionaba tanto que no iba a aceptar la más mínima pega».
Gabilondo ansía que esa sociedad busque su «cura» y apuesta por la palabra. «ETA y yo tenemos la misma edad, tenía la sensación de no poder hablar o matizar. En la novela encontré esos matices a ras de suelo. Contarnos historias los unos a los otros es muy sanador, guardártelo te hace un cáncer». Muchos espectadores intervinieron simplemente para dar las gracias por una novela que desbordó las expectativas. «Eso se convirtió en un problema», reconoció el guionista, ante el ingente volumen de trabajo. «Problema para ti», le sonrió Aramburu.
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