Los feriantes plantan a Mazarías y amagan con «boicotear» las fiestas

Los feriantes se plantan. Así lo aseguraron fuentes municipales, quienes concretaron que el regidor había mantenido una reunión con algunos promotores de los negocios a raíz de su negativa a participar en las ferias del próximo mes de junio. Según indican, solicitaron regresar a La Albuera, que tantas críticas había acumulado a lo largos de los años por los problemas de desnivel del terreno, su lejanía del centro de Segovia y las limitaciones horarias, entre otras cuestiones. El colectivo había calificado esta explanada como «el peor espacio de España» para acoger una feria.

En cierto modo, se trata de una decisión que ha sorprendido al propio equipo de gobierno, ya que antes de optar por el traslado de las atracciones hicieron un sondeo entre los negocios asistentes. «Dijeron que era un sitio magnífico», subrayó Mazarías durante la sesión plenaria. A los pocos días, se pusieron en marcha todos los trámites necesarios para hacer posible la mudanza al entorno ubicado en el barrio de Santa Eulalia que ronda los 15.000 metros cuadrados de superficie.

El visto bueno de los bomberos, Policía Local y el área de Obras llegó pronto. Fue en ese momento cuando se recibieron las primeras solicitudes por parte de los interesados en instalar su atracción, que se sucedieron en los días posteriores hasta el punto de que «tenemos mayor demanda de la que en estos momentos el recinto puede albergar», explicó el concejal de Urbanismo, Alejandro González-Salamanca, lo que se convirtió en una buena noticia y también un problema.

Esta dualidad se debe a que tener el aforo completo obliga a elegir entre «quiénes pueden disponer de espacios en la feria de Segovia y quiénes no pueden hacerlo», un dilema que el propio colectivo ha sido incapaz de resolver. Según el propio edil, para definir la nueva ubicación se tuvieron en cuenta los negocios asistentes a La Albuera el año pasado, entre los que no se encuentra el popular Ratón Vacilón, que se ha convertido en un protagonista de la polémica. «Todas las atracciones que pensaban venir en este ejercicio decían que era un sitio ideal», recalcó el titular de Urbanismo.

El área existente en el antiguo Regimiento era «similar» a la que ocupaban en los terrenos cercanos al campo de fútbol, defendieron. Sobre todo cuando la superficie útil «no es solo la que es transitable en la actualidad», sino la que se va a crear en el futuro a través de los trabajos de adecuación. «No es solo lo que está adoquinado, sino también los laterales: el espacio crece mucho», resumió Mazarías. «¿Caben todos? Creemos que sí sobre plano», remarcó a dos meses del comienzo del periodo festivo.

Sin embargo, los propietarios de atracciones no confían en esta previsión. «Es una situación de cerrazón que se niegan a solucionar los propios feriantes», destacó el Consistorio. Según relata, la única medida que los empresarios han puesto sobre la mesa es un boicot. Esta amenaza ya fue analizada en el propio pleno. El concejal socialista Miguel Merino preguntó si se contempaba alguna alternativa -como cancelar el evento o definir otro lugar- en caso de que los feriantes rechazasen finalmente a montar sus instalaciones «por falta de espacio o seguridad».

El regidor descartó esta hipótesis y, tras conocerse la negativa del colectivo, aseguró que se mantiene el proyecto de acondicionamiento del antiguo Regimiento. La portavoz del grupo municipal del PSOE, Clara Martín, criticó que «esta ocurrencia nos deja sin ferias y sin 300.000 euros en las arcas municipales». Asimismo, insistió en que a día de hoy «no hay proyecto ni dinero ni informes que hagan viable» esta propuesta.

En este sentido, González-Salamanca defendió que «no es un derroche ni un gasto innecesario, es un anticipo para las futuras obras de reurbanización que tenemos que cofinanciar con el Ministerio de Defensa cuando se desarrolle la zona o cuando se hagan las instalaciones deportivas de la Universidad de Valladolid».

La inversión prevista para la adecuación este espacio supera los 200.000 euros, a los que se suman cerca de 30.000 que se corresponden con dos contratos menores debido a la especialización que requieren algunas labores, como es el desbroce de la parcela y retirada de uralitas, además de la creación de un acceso y «puesta a punto», puntualizó Mazarías.