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El entrenador de la Gimnástica Segoviana, Ramsés Gil, ha definido en las dos últimas temporadas a Fernando Llorente como el mejor jugador de Segunda RFEF. Sin ser tan categórico en la división superior, no escatima elogios hacia su centrocampista. «Está por encima de la media, ... sin ninguna duda. Todavía no ha podido coger su nivel porque ha tenido una lesión muy fastidiosa, pero se está echando el equipo a la espalda cuando es necesario. Es el jugador omnipresente, parece que está en todas las partes, tanto atacando como defendiendo». Tras una década de trotamundos entre Segunda y Segunda B, el segoviano afronta el reto de competir en ese nivel con el equipo su ciudad. «Hay que hilar muy fino, hay jugadores de una calidad extraordinaria».
El rendimiento y la salud de Llorente fueron claves en el periplo azulgrana por la cuarta categoría. Sus compañeros han sorteado este otoño su mes de baja con solvencia, pero la etiqueta de omnipresente no deja dudas. Su experiencia no solo se traduce en el campo, sino en el modo de vida: un profesional del descanso, de la nutrición, de la prevención. «Hay que cuidarse más, es el profesionalismo. Todos queremos estar en la categoría más alta y eso supone mucho sacrificio».
Ese nivel tan alto de Primera RFEF castiga más cualquier percance, como sus molestias en el isquio. «Cuesta más volver. Afortunadamente, tenemos la categoría que queríamos. Ahora con los cinco cambios, los partidos no bajan de nivel en las segundas partes y hay jugadores muy frescos continuamente. Cuanto más alto subes, más preparado hay que estar físicamente y más acusas si no lo estás». A eso se añade el enorme estudio de los rivales o la igualdad de los campos. «En esta categoría hacer las cosas bien no te garantiza resultados. Al final, son detalles». Convertir los empates –van cinco– en victorias. «No vale solo con las sensaciones, queremos empezar a sumar de tres en tres». Y el legado de tardes con 3.000 espectadores en La Albuera. «Cada vez se ve más gente de la Sego, es algo que a mí me enorgullece mucho. Es algo que estamos ganando».
De cara a recibir el domingo al Sestao, Ramsés no da mayor importancia a la primera semana que su equipo pasa en descenso. «Es anecdótico dentro de un contexto de igualdad tremendo». Y repasó la secuencia reciente. El último empate en casa ante el Barça B: «El partido que mejor hemos jugado». El «partidazo»de la eliminación copera de Cáceres en un campo asfixiado de agua. Y las tablas del viernes en Tarazona, cuyo vídeo vio de nuevo ayer. «Competimos muy bien ante un rival incomodísimo». Con dos peros. El ofensivo. «No estuvimos finos en el último tercio, tuvimos juego para generar cuatro o cinco ocasiones más. Recuerdo dos de Borre y Fer Llorente en la frontal, ellos acumulan gente en la frontal y es muy difícil, nos va a volver a pasar este domingo». Y el defensivo. «Estamos encajando mucho. Lo que estamos buscando es no perder arriba y afianzar atrás. Sobre todo no exponer tanto al equipo en los partidos de casa». La Sego suma como local 9 de sus 14 puntos.
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Luis Javier González
Bajar un ápice en rendimiento se paga. Ramsés pone a Nástic, Andorra o Ponferradina como ejemplos. «Están hechos para estar arriba y como no expriman a tope su potencial, no ganan. Tenemos que jugar al máximo de nuestras posibilidades, pero me queda el consuelo de que no somos los únicos». Como Davo, el esfuerzo hecho futbolista. Y la tarea de dosificarle en Tarazona. Por eso una de las mejoras es Diego Gómez, cuya segunda parte elogió Ramsés. «Le necesitamos como agua de mayo. El otro día Davo sale en el descanso porque necesita aire». Las bajas son Rodrigo Sanz y David López, pero el club suma un nuevo lesionado en Roberto Cadenas, con ficha del Turégano, por una rotura del cruzado de la rodilla que le obligará a pasar por quirófano.
El entrenador de la Segoviana, Ramsés Gil, sitúa la «cabeza» como el principal aspecto para derrotar el domingo al Sestao en La Albuera (12:00 horas). «Sé que vas a dar el partido por ganado antes de jugarle y eso al jugador le penaliza mucho, le genera ansiedad. Viene un equipo, le ves por debajo de ti y dices, hoy ganamos». Dos puntos separan a los segovianos (16º) de los vascos (17º). «Es un equipo muy superior al nuestro históricamente». Un rival que, en el otro extremo, puede pecar de exceso de confianza. «Me atrevería a decir que la prensa de allí está pensando que después de ganar a la Cultu van a venir a Segovia y se van a dar un paseo. Ese entorno exterior condiciona mucho la preparación. Ellos vendrán con esa presión, van por debajo, es un punto de ventaja que tenemos nosotros».Un rival que varía su defensa –cuatro o cinco– y combina agresividad atrás con verticalidad en la delantera. La fórmula que acabó con la imbatibilidad de la Cultural, líder destacado, en León. Fue su tercer triunfo y décimo punto a domicilio –por solo dos en casa–, el segundo mejor bagaje. «Les hicieron tres transiciones súper acertadas, tenemos que estar prevenidos», avisa Ramsés. Coincide Fer Llorente: «Sabemos que somos un rival humilde dentro de la categoría, por así decirlo. Esa humildad es nuestra seña de identidad y no la vamos a olvidar».
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