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La cotización en el fútbol depende de las circunstancias. Y ayer un gol para la Segoviana cuando perdía por 1-0 en Llerena, en una caja de cerillas con césped artificial donde las ocasiones valen por milagros, cotizaba alto. El remedio lo puso Fernando Llorente ... que no solo distribuye, sino que es el pichichi azulgrana. Su quinto gol, con un zurdazo de categoría, valió un punto que prolonga el momento dulce tras tres victorias seguidas. «Hay que saber torear en todas las plazas», decía el 14 tras el pitido final. Una obligación para los ambiciosos.
Llerenense
Kellyan, Pedro Toro, San Vicente, Pedro Inglés, Álvaro, Mario Tomé, Eric Quezada, Dani Martínez, Gustavo, Platero y Maikel.
1
-
1
Segoviana
Carmona, Silva, De la Mata, Javi Marcos, Arévalo, Manu, Fer Llorente, Astray, Hugo Díaz, Javi Borrego y Segovia.
CAMBIOS LLERENENSE: Laerte por Platero (min 71), Bayo por Mario Tomé (min 79) y Pablo Guerrero por Gustavo (min 79)
CAMBIOS SEGOVIANA: Merencio por Arévalo (min 71), Ivo por Hugo Díaz (min 71) y Álex Maroto por Astray (min 88).
GOLES: 1-0 Maikel, de penalti (min 51) y 1-1 Fer Llorente (min 76)
ÁRBITRO: Jorge Álvarez Dorado (Andalucía). Amonestó con amarilla a Eric Quezada y Dani Martínez por los locales y a Carmona por los visitantes.
Uno puede imaginarse el hastío de la Segoviana cuando saltó a calentar. Otra vez césped artificial, la visita del cuñado, tras jugar en tapetes de ensueño en Cáceres y Badajoz. Un deporte diferente, un ejercicio de reflejos en el que los errores tienen consecuencias inmediatas. Lo vivió Pedro Astray, que entregó a Dani Martínez un balón que trataba de convertir en peligro; al rescate llegaron Manu y Arévalo, obligados al sentido arácnido del repliegue. El capitán, por la propia idiosincrasia de un pivote defensivo; el lateral, porque el tráfico extremo llegaba por allí. Una lección que ya tenía aprendida Javi Marcos tras pasarlo mal el curso pasado en La Palma o Cerdanyola. En la temporada de su madurez, no se complica y la envía a otra galaxia si es necesario.
Minutos en los que no hay mucho que llevarse a la boca, una pobreza que obliga a saborear lo poco comestible del menú. La Segoviana intentó cocinar en su primera jugada digna de ese nombre, hilando pases como si fueran los verbos de una conversación improvisada, que terminó en un disparo manso de Pedro Astray. Más agresivas fueron las palabras de Borrego, la primera amenaza real. El charro tuvo el gol tras una acción que no terminó de convencer a Hugo Díaz. El gallego pensó que era más rentable prolongar a la izquierda que disparar de aquella manera. Y allí estaba Borrego, al que se sobraron un par de suspiros para que no llegara el defensor, que le molestó lo justo y salvó la papeleta.
En un contexto así, el balón parado es un comodín. Lo sabe la Segoviana, que probó suerte cuando se presentó la oportunidad. Fer Llorente sirvió desde el ecuador del campo un envío envenenado, como hiciera el año pasado en el gol que adelantó a los suyos en La Palma. Pero el Llerenense se defendía. También lo intentó Díaz en una falta en las inmediaciones del área, pero su disparo salió demasiado tímido.
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Quique Yuste
En ese ejercicio de nilhismo, tenía más presencia la Segoviana, pero los sustos fueron de los extremeños. Primero fue Mario Tomé, que desaprovechó una posición propicia con un remate en semifallo. Esa parada sirvió de calentamiento para Carmona, que tuvo que sacar la mano izquierda para desviar un testarazo letal de Maikel.
Como ante el Ursaria, la Sego llegó con tablas al descanso y se llevó el disgusto al volver. Con Abel Pascual y David López lesionados, Juan de la Mata volvió a tapar el descosido junto a Javi Marcos en el eje de la zaga. Su solvencia no evitó que el Llerenense colara un balón entre los centrales para alegría de Quezada, que aprovechó las dudas de Carmona, décimas de segundo que en un campo así llevan a un equipo al patíbulo. El portero salió cuando las alarmas estaban ya encendidas y no tuvo otra que derribar con el pie a su verdugo, una acción que quedó en amarilla para disgusto el público. Maikel ejecutó la pena máxima, haciendo inútil el esfuerzo del meta, que acertó la trayectoria –a su derecha– pero nada más.
La ventaja era la excusa que necesitaba el Llerenense para fortificar su defensa y confiar la sentencia a la contra, a la velocidad de jugadores rápidos con talento como Platero. El paso de los minutos dejaba sin red a los azulgranas en su odisea en busca del empate. Pero no bastaba con enviar balones al área: había que hacer artesanía con porexpán.
Lo entendió Ramsés, que dejó defensa de tres y confió en el ejército de llegadores, al que se sumaron Merencio e Ivo. Pero el artesano fue Llorente, que llegó desde segunda línea, apoyándose en Borrego, para enganchar un zurdazo inapelable que no entendía de tipos de césped. Quedaba cuarto de hora para el final y el nuevo dibujo azulgrana no tenía marcha atrás: la mejor defensa era buscar la victoria. Pudo llegar en un par de pases interiores al área que no terminaron de embolsar Segovia o Llorente. También la local, en una contra que tuvo que embolsar Carmona. Mientras, Manu evitaba disgustos con la solvencia de toda una carrera. Un día de mono de trabajo que mantiene a su equipo a cuatro puntos del líder e igualado en puesto de 'play off' con Sanse. Y con una plaza menos que sufrir.
Decenas de aficionados de la Gimnástica Segoviana se quedaron sin poder ver el partido de los azulgrana en Badajoz. FootballClub, la plataforma que anunció el encuentro, no retransmitió el mismo y descargó la responsabilidad en el Llerenense por no poder garantizar la conexión de la cámara y de la red de fibra.
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